jueves, 18 de diciembre de 2008

Anginas

Las Anginas Eritematosas
Por el Dr. L. A. Rousseau
Médico del Hospital Léopold – Bellan


Traducción: Francisco Javier Ramos Alija, Septiembre 2007





Revisaremos en este artículo el tratamiento de las anginas eritematosas.

En la próxima lección estudiaremos el tratamiento de las anginas pultáceas y herpéticas, así como las anginas profundas y por extensión las úlceras y los flemones amigdalinos.

La terapéutica en este caso, hace honor a la Homeopatía a causa de los sucesos que veremos en el tratamiento de estas afecciones.

Esta revisión, aquí planteada, tiene una puesta a punto muy precisa, y es fruto de numerosos trabajos, de los cuales, los más antiguos se remontan a Hahnemann y a sus discípulos.

Nuestro colega, el Dr. Chavanon ha sometido a examen y ha verificado la acción de los diferentes remedios valorando exactamente sus síntomas, de tal suerte que después de diez años de experiencia, ha autentificado lo que la Materia Médica expresa.

Estamos muy agradecidos por sus legados.


Acónito (3-6)
Remedio que está indicado cuando debutan los siguientes síntomas: resfriado contraído por tiempo seco y frío.

Espontaneidad y violencia de los síntomas.

Temperatura elevada.

Insomnio con agitación, ansiedad, temor de morir.

Garganta roja y seca con sed viva de agua fresca.

Inflamación de la amígdala, dolores desgarradores acompañados de picor e inflamación.

Agrava por la noche y en una habitación caliente.

Hay que tener en cuenta que su periodo de indicación es de corta duración, menos de doce horas solamente, de suerte que aunque el medicamento sea el adecuado, el estado de Acónito haya pasado.

Es el remedio que el enfermo debe saber tomar desde el primer acceso febril o que el médico debe saber prescribir por teléfono cuando se le ha pedido el consejo. Una vez que han aparecido los sudores, Acónito no es el más indicado.

Ferrum phosphoricum (6 – 30)

No debuta con tanta rapidez.

Síntomas menos violentos.

Fiebre elevada con debilidad sin ansiedad; pulso rápido, débil, fácilmente suave o irregular. La fascies no tan voluptuosa como Acónito, más palidez con bofetadas de calor pasajeras. Falta de reacción del enfermo.

Es elegido y empleado habitualmente no por los síntomas de la garganta, si no por los signos generales.

Belladonna (6-)

El más importante de los remedios de las anginas, ya que debuta en cualquier periodo de este estado. Aquí, los signos locales son tan interesantes y se deben considerar antes que los generales.

Debuta de forma expontánea y violenta.

Fiebre elevada con alternancia de agitación y postración.

La agitación se manifiesta por un delirio locuaz con alucinaciones, accesos de rabia con deseos de rasgar, de morder; la postración es profunda, algunas veces abatimiento casi comatoso.

La cara está roja, cubierta de sudor, las pupilas dilatadas, la transpiración es general.

La lengua está seca, roja, aframbuesada.

Las amígdalas, el velo del paladar y la faringe están rojos y secos.

La sed es violenta, pero hay una violenta constricción de la faringe, de tal modo, que el enfermo agrava fuertemente con la deglución.

Los dolores son violentos con sensación de garganta al rojo vivo e irradiación a los oídos.

Agravación por todos los excitantes sensoriales: la luz, el ruido. Al beber agua fría, tragando saliva, por el frío, del lado derecho.

Mejora por el reposo, en una habitación caliente.

Indicaciones: No será necesario insistir sobre la importancia de la Belladonna en las anginas. Puede estar indicado este remedio antes o después de Acónito.

Nuestro colega Chavanon preconiza alternar los dos remedios desde que debuta y hasta que Acónito deje de estar indicado por su cuadro clínico.

La acción de Belladonna se prolonga durante toda la duración de la angina y su esfera de acción no está limitada únicamente a las anginas superficiales.

Es además, un excelente remedio de amigdalitis profundas como veremos en una próxima lección.

Los Mercurios (6)

El Mercurio y sus sales son remedios electivos de la garganta y encuentran un empleo frecuente en las anginas.

Estudiaremos primero su “jefe de fila”: Mercurius solubilis e indicaremos de pasada, en aquellas circunstancias donde sería de preferencia uno de sus compuestos.

Mercurius se usa en el periodo de estado de las anginas, es decir, a partir de las doce o las veinticuatro horas.

En este estado se le alterna de buen grado con Belladonna.

Los síntomas son los siguientes:

Lengua gruesa y sucia, húmeda, aparece la impresión de los dientes.

Salivación muy marcada con acumulación de mucosidades gruesas y viscosas.

Toda la garganta eritematosa; inflamación de las amígdalas, adenitis, inflamación de los pilares y de las glándulas submaxilares.

Dolores quemantes, con picor y constricción de la faringe.

La temperatura es variable, la sed es viva.

Hay transpiración abundante, sobretodo por la noche que no cesa.

Las secreciones tienen tendencia a la fetidez (mucosidad, sudores).

Agrava por la noche, por el movimiento, por la transpiración, por la deglución, sobretodo en vacío (Chavanon), acostado sobre el lado derecho.

Mejora con el reposo y con temperatura moderada.

Mercurius corrosivus

Mismo cuadro clínico, pero los síntomas son más graves, en particular el calor con sensación de herida al rojo vivo de quemaduras violentas ; la disfagia con rechazo inmediato de líquido o de sólido.

Las mucosidades pueden ser sanguinolentas.

La úvula está inflamada.

Mercurius proto iodatus (Flavus)

Se recomienda para la lateralidad derecha y la necesidad constante de deglución.

Mercurius triiodatus (Ruber)

Posee la lateralidad izquierda.

Cinnabaris (Sulfuro rojo de Mercurio)

Esta indicado para: la presión en la raíz de la nariz, la sequedad de la garganta más notable por la noche, la acumulación tenaz de mucus en la parte posterior de las narinas.

Apis mellifica (3-6-30)

La lengua esta roja, inflamada, al igual que el velo del paladar; edema de la úvula que pende según la comparación clásica entre los pilares ”como una hoja batiente de cloche”

Las amígdalas están muy inflamadas, edematizadas, de un rojo vivo, mientras que la úvula infiltrada aparece casi traslúcida (Chavanon).

Gran sensibilidad externa e interna.

Los dolores son violentos, como si fueran espinas, como por agujas rojas al fuego; la disfagia intensa.

De otra parte la cara está sin color, pálida y los labios y las encías están inflamadas.

La temperatura es irregular, el pulso rápido, fácilmente arrítmico.

La postración puede aparecer en casos graves.

Ausencia de sed.

Agravación por el menor contacto, por el calor de la habitación y las bebidas calientes, las compresas calientes, hacia las cuatro de la mañana, después de haber dormido.

Mejora por el aire fresco, bebidas frías, destapándose.

Hay que remarcar que Apis mellifica resulta mejor en las inflamaciones superficiales (Farrington) de las amígdalas y su acción es muy inconstante en las inflamaciones profundas donde se hace preferible Belladonna.

Por otro lado, hemos señalado y el Dr. Portier – Bernoville lo ha señalado particularmente, la infidelidad de Apis que nos causa decepciones. Será preferible emplear Apium virus, el veneno de abeja o incluso la Apisina (extracto activo del veneno de las abejas), que los Doctores Nebel padre e hijos nos han dado a conocer recientemente (más activo en inyección subcutánea).

Los remedios que acabamos de exponer, son suficientes en el caso de las anginas más habituales.

Con Acónito, Belladonna, Mercurius, Apis, el práctico curará las cuatro quintas partes de las anginas eritematosas.

Los medicamentos que siguen, son de segundo orden.

Cantharis (6-).

Angina con sensación de quemazón intensa, sensación de estar acorchada y disfagia muy pronunciada.

Espasmos de la garganta, llegando incluso a la sofocación aunque el enfermo intenta beber.

Agravación con solo mirar el agua.

Síntomas urinarios concomitantes, en particular disuria y debilidad.

Capsicum (6)

Angina con quemazón intenso y constricción espasmódica de la garganta (Farrigton).

Elongación de la úvula.

Postración.

Sobretodo angina con dolor irradiado a la oreja.

Amenaza de otitis.

Guaiacum (6).

Angina aguda con garganta seca, quemante.

Amígdalas inflamadas.

El picor se irradia a los oidos.

Agravación por el movimiento, el calor, la humedad.

Mejoría por la presión externa y duradera.

Solo citaremos a Lachesis cuando la localización anginosa pasa de izquierda a derecha; Lycopodium cuando la característica es inversa: de derecha a izquierda; Lac caninum cuando las localizaciones pasan alternativamente de un lado a otro.

Para terminar, hablaremos de un modo de tratamiento local.

Sobre el cuello, es recomendable aplicar compresas calientes excepto en los casos en los que se encuentra a los enfermos con la siguiente modalidad: “agravado por el calor”.

Por mi parte, preconizo los envolvimientos acolchados calientes y secos; la humedad juega un rol en la génesis de las anginas y estimo que es lógico sobre todo en las hipertrofias adenoideas, eliminar de la terapéutica el elemento “humedad”.

Los gargarismos adicionales con antisépticos son inútiles. El Dr. Chavanon relata el uso de gotas de Phytolacca en tintura madre diluidas en un poco de agua, pero el dice que jamás ha verificado los resultados.

Prefiere, para asegurar la higiene bucal y faríngea, prescribir gargarismos o lavados calientes o tibios, según la tolerancia del enfermo, de suero fisiológico estéril.

El tiene la experiencia de que grandes irrigaciones calientes de las amígdalas y de la garganta son una ayuda preciosa sobretodo en los casos en que el trismus y la disfagia son intensas, no deberíamos privarnos de su ayuda.


Referencias : L’ Homœopathie moderne, 1 er janvier 1935, N° 1, page 34 à 39.

► En su exposición, el autor cita remedios en alternancia ; la alternancia de los remedios en homeopatía significa simplemente que no se ha encontrado el similimun y que el análisis repertorial no ha sido posible.
El médico homeópata generalista debe adaptarse al Arte y a la Ciencia de la Homeopatía y no a la inversa.