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miércoles, 10 de marzo de 2021

¿Qué es un virus?

 

lunes, 4 de mayo de 2020

Ambivalencia: Atención Primaria de Salud, IFEMA, COVID-19 Y Homeopatía


Por Mar Rodríguez Gimena.Médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, trabajadora en el SERMAS (servicio madrileño de salud) y postgrado en Homeopatía
Defiende tu derecho a pensar,
porque incluso pensar de manera errónea
es mejor que no pensar.
Hipatia de Alejandría.

Comparto a través de esta maravillosa web mis reflexiones sobre la asistencia sanitaria brindada en el ámbito de la Atención Primaria de salud durante la epidemia de coronavirus. Agradezco la oportunidad que se me ofrece.
Espero que, en un futuro, se pueda tener un diálogo sosegado en torno a los retos de la asistencia sanitaria en estas crisis, con la participación tanto de l@s profesionales sanitarias como de l@s pacientes. Tanto con la gente que comparta mis opiniones como quienes las pongan en cuestión.
Aunque sea un sueño y muchas no tengamos un lugar institucional para poder impulsar un debate, ojalá pudiéramos llegar a consensuar las líneas de actuación que nos permitan afrontar otra posible pandemia con herramientas de colaboración entre diferentes terapéuticas distintas a las que se han dado en el territorio español, siempre con el objetivo de procurar la mejor asistencia posible a l@s pacientes, a nivel individual y a nivel poblacional.
Espero que l@s pacientes que usan la homeopatía y otras terapéuticas y desean verse asesoradas en el tratamiento a seguir ante una nueva epidemia de estas características, sean escuchadas sin prejuicios ni juicios.
En esta lucha contra las pandemias la participación comunitaria y de todos y todas las agentes de salud es imprescindible. Cada quien debe poder poner al servicio de la comunidad sus saberes y experiencias sin sentir que puede ser censurada de entrada.
No quiero seguir mis reflexiones sin agradecer a todos l@s profesionales sociosanitarios que han atendido a l@s pacientes, a los propios pacientes que han demostrado paciencia infinita con los tiempos de espera y nos han brindado una comprensión exquisita y a las cuidadoras de personas ancianas, las de las residencias y las que han seguido atendiendo a la gente más frágil y vulnerable en sus domicilios.

LA GESTIÓN DE LA 

CRISIS EN LOS INICIOS

 CON UNA SANIDAD 

PÚBLICA DETERIORADA

 Y ESCUÁLIDA.

Gestionar esta crisis no ha sido fácil desde los inicios. Hemos contado con mucha incertidumbre, tanto en el campo de la epidemiología como en el campo de la evidencia científica sobre el manejo farmacológico que ofrecer a l@s pacientes que padecían COVID-19. Las informaciones que nos llegaban de otros países no eran fácilmente contrastables.
El 20 de Marzo Abel Novoa en la plataforma noGracias[1] hace sugerencias muy certeras sobre el modelo a seguir para tomar decisiones en condiciones de escasez con criterios éticos y organizativos. Propone un modelo que deberíamos tener en cuenta, el modelo adaptativo, que, bajo mi punto de vista, no ha podido ser aplicado plenamente en esta oleada de la pandemia por COVID-19.
“El modelo adaptativo es aplicable a cualquier recurso escaso: camas de UCI, ventiladores, camas de hospital o sistemas de protección. Cada nivel de contingencia establece unos estándares de atención que serán proporcionales a los recursos y demandas. Cuanta más demanda, menos recursos y, por tanto, para que su distribución sea eficiente y equitativa, los estándares deben cambiar.”
“…El deber de cuidado. Este deber requiere fidelidad al paciente (no abandono), el alivio del sufrimiento, y el respeto de los derechos y preferencias de los pacientes.”
“…El modelo adaptativo, fundamentado éticamente en los principio de eficiencia y equidad, es el único que permite, en condiciones de escasez, no discriminar con el criterio de orden de llegada (que perjudica a los que más podrían beneficiarse de un servicio aunque no hayan llegado los primeros) ni con la aplicación discrecional de la regla del rescate (decisiones distintas dependiendo del profesional y/o el centro).”
Quiero resaltar de este artículo que el deber de cuidado requiere del respeto de los derechos y preferencias de l@s pacientes. Si atendemos a las recomendaciones de este modelo adaptativo para la gestión de nuevas crisis este es un elemento fundamental que no podremos olvidar.
En las recomendaciones de nuestro actual código deontológico[2] en los artículos 8 (respeto del derecho del paciente a elegir), 9 (respeto a las convicciones del paciente) y 12 (respeto al derecho del paciente a decidir libremente después de recibir la información adecuada sobre las opciones clínicas disponibles) se recogen también estos derechos.
En lo que a la elección de la prescripción terapéutica se refiere, estos derechos, me temo que en algunas ocasiones no se han tenido en cuenta en la gestión de esta crisis.

LA ASISTENCIA EN 

CENTROS DE SALUD Y 

EN EL HOSPITAL IFEMA.


Intento hacer memoria porque los días han pasado muy rápido.
El día 21 de marzo pidieron personal sanitario voluntario para ir al hospital de campaña que se iba a montar en IFEMA. El 22 me presenté allí. No era necesario entrar ese día. Había gente suficiente.
Desde el 23 de Marzo hasta el 16 de Abril he ido a diario a IFEMA con tres días de libranza y he compatibilizado como he podido mi trabajo en las guardias rurales.
He aprendido mucho y comparto mis reflexiones y sentimientos.
Los primeros días hubo que hacer una gran esfuerzo organizativo, había mucho caos, mucha gente a la que atender, pero todo el mundo trabajó lo mejor que supo y lo mejor que pudo para sacar adelante la asistencia de la gente enferma por COVID 19.
Pasar de la atención primaria a la hospitalaria cuando dejé atrás el hospital hace tantos años, tras acabar la residencia de familia, fue para mí toda una experiencia. Gratificante en algunos casos, estresante en otros. L@s residentes de familia de cuarto año, los de interna, nefrología, endocrino, etc. nos ayudaron un montón. Parece que en algunas ocasiones cambiábamos el rol. Ellos y ellas, adjuntas y nosotras, residentes. El aire que se respiraba en cada control de IFEMA era de compañerismo y apoyo mutuo y eso es lo que permitió sacar adelante nuestro trabajo.
L@s pacientes han mostrado una paciencia infinita, al menos en mi control. A pesar de algunas deficiencias que hubo los primeros días y que poco a poco se subsanaron, no hubo ninguna crítica ni queja y todo el mundo allí ingresado entendió el contexto y aprendió también a colaborar, haciendo de “guía” a los nuevos ingresos y dando ánimos a la gente más mayor.
Una vivencia que quiero destacar es la gran colaboración entre los distintos estamentos sanitarios: medicina, enfermería, auxiliares y celadores. Todas a una trabajando y colaborando aunque lo que tocara a hacer no fuera estrictamente de nuestra “competencia”.
Las reflexiones en torno a lo más científico técnico las tengo que reposar más y deberemos esperar a la exportación de los datos recogidos para saber, en realidad, más allá de las percepciones personales, qué tratamientos han ayudado realmente en el manejo de la infección por COVID 19 y cuáles habrá que dejar en reserva o directamente desechar.
Espero que este debate también lo podamos tener con sosiego y con calidad humana y científica.
Estoy segura de que a todas y todos nos ha movido el bien del paciente. Trabajar como hemos trabajado con estos niveles de incertidumbre, con muy escasa evidencia científica nivel A y con esta presión asistencial, ha sido muy interesante. Pero también se suma la vivencia que muchas hemos tenido de nerviosismo, de tristeza, de agotamiento algunos días.
Recuerdo hoy un comentario de una residente que dijo: “la gente que solo sabe trabajar con nivel de evidencia científica basada en ensayos doble ciego debe estar de los nervios. Siempre nos debe mover el sentido común y leer todo lo que se vaya publicando, con la calma. Y seguir adelante.”
En la asistencia proporcionada por la Atención Primaria de salud en los centros de salud también hemos vivido estos problemas. Con muchos menos recursos y con el grueso de la atención basada en la atención telefónica y los avisos, una atención primaria que lleva años sufriendo por los recortes y las privatizaciones ha dado un ejemplo de asistencia en situaciones de crisis. Hemos vivido situaciones de tensión a la hora de pensar en derivar a los pacientes que necesitaban valoración hospitalaria, cuando las camas de hospitales y UCIs ya estaban llenos y sabíamos que no se les iba a poder ingresar. Especial tensión y pena nos ha producido la situación de las residencias de personas ancianas.  Atención Primaria también ha asumido algo para lo que estaba preparada y que ha sido nuestra labor desde siempre: acompañar también en el final de la vida y procurar hacerlo pensando en el mayor bienestar para el paciente y sus familias. Acompañamientos que en esta crisis se han hecho difíciles, sin poder tocar a nuestros pacientes, ni abrazar a sus familias para darles el pésame.
Los duelos que se han vivido en silencio, sin abrazos, con tristeza contenida, sin funerales, ni misas, ni recordatorios pasarán su factura individual y colectiva y, también desde atención primaria estaremos para acompañar. 

REFLEXIONES PARA EL 

FUTURO. LIBERTAD DE 

ELECCIÓN DE L@S 

PACIENTES Y DE L@S 

PROFESIONALES


Ambivalencia es lo he que sentido y os lo explico a continuación. 
Además de médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria soy médica homeópata.
No puedo evitar individualizar los síntomas de cada paciente y mirarlo con esos ojos. Y trato de buscar qué medicamento homeopático le podría ayudar. Pero mis autoridades sanitarias me “impiden” o no me “facilitan” desde hace años poder tratar a mis pacientes de la pública con esta maravilla terapéutica.
Tengo la gran suerte de haber tratado a más de 25 casos leves y moderados por vía telefónica y Whatsapp desde el inicio de la pandemia con resultados buenos en muchos casos. Más compañeros y compañeras lo estamos haciendo y estamos llevando a cabo un registro que, espero, nos ayude a hacer ciencia y poder aportar todo lo que sabemos cuando los tiempos sean mejores.
Me enfrento a mis contradicciones día a día y a las inequidades en salud que produce este sistema. ¿Por qué la gente que me conoce o conoce a un médico/a homeópata puede tener la “suerte” de tratarse y l@s pacientes que ni conocen este método no?
¿Por qué en otros países está integrada la homeopatía, la medicina naturista, la acupuntura, la medicina ayurvédica, etc. en los sistemas públicos de salud y en el nuestro no?[3][4]
¿Por qué , sabiendo como sabíamos, o al menos intuíamos, que no había un tratamiento 100% eficaz para el COVID-19 las autoridades sanitarias de nuestro país no se han planteado ni siquiera la posibilidad de permitir el tratamiento con diferentes medicamentos, incluidos los homeopáticos como se ha llevado a cabo en otros países?
¿Por qué si sabemos por las publicaciones científicas de la eficacia de la homeopatía en la prevención de epidemias, gracias a la experiencia de Cuba[5] con la prevención de la leptospirosis, o de Brasil con el dengue[6], o del el cólera en Haití[7] no lo hemos podido ni proponer en nuestro país? ¿Por qué si en el libro de Frederick Freadborn se recoge de lo estudiado en los registros de la gripe del 18 que “…el rango de mortalidad con tratamiento convencional fue del 2,5% al 10%… Menos del 1% de pacientes tratados con homeopatía murieron”  no hemos podido ni plantearnos esta posibilidad como estrategia preventiva poblacional? [8]
Estoy segura de que l@s médicas homeópatas hemos evitado que, algunos casos con afectación leve y moderada, acudan al hospital y hayan podido ser tratados en sus domicilios con relativo éxito. En este momento muchos y muchas homeópatas anónimos siguen atendiendo en esta grave pandemia. En silencio. Con dedicación absoluta. Pasando desapercibidas… Felices por poder aportar nuestra experiencia y nuestro estudio. Tristes por no poder ofrecérselo a todo el mundo.
Seguiremos recopilando los datos de nuestras historias clínicas y los tratamientos ofrecidos para que la próxima ola de esta pandemia nos pille más preparadas.
Para finalizar lanzo al aire una pregunta, un deseo: ¿podremos colaborar médicos y médicas que somos personas expertas en diferentes terapéuticas en el siguiente repunte de la pandemia desde diferentes perspectivas, aportando el conocimiento, las dudas y las incertidumbres para mejorar la asistencia individual y poblacional?
Como dice Yayo Herrero,[9] somos seres interdependientes y ecodependientes.
“Ecodependientes porque todos los recursos y bienes que utilizamos para todas nuestras actividades, salen de la naturaleza; e interdependientes, porque es imposible pensar la vida de un ser humano sin la ayuda de otro ser humano. Y tras estas certezas, el problema surge cuando los recursos naturales (todos) se agotan y lo que es peor, no están disponibles para     todos por igual o son origen de grandes conflictos.”
Aplicada a mis deseos, esta frase se llena de contenido. Los seres humanos hemos crecido como especie gracias a la colaboración y el apoyo mutuo. Ojalá esta pandemia nos ayude a estar más unidas a todas las personas que deseamos cuidar de la salud de las personas y eso redunde en el beneficio de la especie humana. Estoy convencida que para la homeopatía es un reto que debemos aceptar. La homeopatía tiene mucho que decir. Esperemos que su experiencia no sea silenciada.

[5] Bracho G, Varela E, Fernández R, et al. Large-scale application of highly-diluted bacteria for Leptospirosis epidemic control. Homeopathy 2010; 99: 156-166.
[6]  Marino R. Homeopathy and Collective Health: The Case of Dengue Epidemics. Int J High Dilution Res [online]. 2008; 7(25): 179-185.
De Souza Nunes, L. Contribution of homeopathy to the control of an outbreack of dengue in Macaé , Rio de Janeiro. Int J High Dilution Res 2008; 7(25):186-192
[7]  E. Broussalian . Chólera in Haiti.. Spectrum of homeopathy. 2011; 3: 20-25
[8]  Dearborn, Frederick M. MD, American Homeopathy in the World War; 1923

martes, 25 de junio de 2019

Pequeñas tribulaciones de un hombre libre




Resultado de imagen de budaQueridos amigos, déjenme que les cuente una pequeña historia que un hombre sabio me contó. Él dijo: «Una vez me encontraba en un país desconocido para mí, caminando por una calle extraña. Miré alrededor intentando orientarme; y vi dos hombres que estaban de pie cerca de mí. Me acerqué a ellos, y les pregunté, “¿Dónde estoy?” “¿Quiénes sois?” El primer hombre me respondió: “Este es el mundo del Samsara, ¡y en este mundo da la casualidad de que soy el enano más alto!” Y el otro contestó, “Sí, ¡y yo por casualidad soy el gigante más pequeño!”. Este encuentro me dejó muy confundido, porque ambos hombres medían exactamente lo mismo».
¿Dónde está el principio? ¿Dónde está el fin?, esta pequeña tribulación tomada de «Las Enseñanzas del Maestro Hsu Yun: Nube Vacía», nos pone en la entrada de un pequeño desconcierto.
Resultado de imagen de kantAl igual que los filósofos eudemonistas de la Antigüedad, el filósofo de Könnigsberg asume el presupuesto de que la felicidad constituye una aspiración humana universal: «Ser feliz, es necesariamente la exigencia de todo ente racional aunque finito y, en consecuencia, inevitable motivo determinante de su facultad apetitiva»i. Kant parte así de una determinada constatación: todos los entes racionales se esfuerzan por alcanzar la felicidad; ésta, en efecto, se les presenta como una valiosísima meta, y en consecuencia, como un poderoso incentivo para la acción. No obstante, ¿puede surgir de tal incentivo una acción con auténtico contenido moral?
La ética kantiana ofrece un cuadro en el que el motivo moral no sólo difiere del natural deseo de felicidad, sino que incluso se le opone, pareciendo librar, en ocasiones, una dura batalla contra el mismo. No es de extrañar entonces que el propio Kant haya llegado a afirmar que el principio de felicidad constituye precisamente lo contrario del principio de la moralidadii.
Resultado de imagen de humeHume señala que es imposible para la prudencia humana predecir los fenómenos extraordinarios. Nos parece que la razón por la que Hume señala que es imposible predecirlos es porque son precisamente irregulares y extraños con respecto a las leyes establecidas, esto es, con respecto a la experiencia acumulada, pero, evidentemente, no porque en principio, no sean predecibles. En cualquier ciencia, sea natural o social, aparecen fenómenos que escapan al sistema de leyes establecidas e imponen una modificación del mismo, en la que se tengan en cuenta aspectos que en un primer momento se habrían considerado irrelevantes.
Resultado de imagen de spinozaSpinoza entiende por sustancia sólo una cosa: aquello que no necesita de nada para existir. ¿Y quién no necesita nada? ¿Qué son entonces, en opinión de Spinoza, todas las demás cosas? No sustancias, sino atributos, responde. Los atributos son lo que el entendimiento percibe de la sustancia como constituyente de su esencia. Esto no es más que la res cogitans y res extensa de Descartes, pero en este caso rebajadas ambas de categoría: Descartes las llama “sustancias”, mientras que Spinoza prefiere pensar que son atributos de la única sustancia que existe… Partiendo de la metafísica es como llegamos a la ética. Puesto que todo lo que hay es naturaleza, no tiene sentido oponerle nada, ni siquiera aquello que denominamos espíritu. El alma no es más que la idea del cuerpo, por lo que las dos están estrechamente relacionadas.
Spinoza explica el Ser como el afán que tenemos de perdurar siempre, de seguir siendo eternamente. Cuando este afán se refiere a la mente, lo denominamos voluntad, pero cuando se refiere no sólo a la mente, sino también al cuerpo, lo denominamos apetito. El apetito no es otra cosa que la esencia misma del Ser humano: el deseo. No queremos algo porque sea bueno, sino al revés, decimos que algo es bueno porque lo deseamos.
Existen, además, otros dos afectos para este autor: la alegría y la tristeza, ambas relacionadas con el Ser. La alegría sería el aumento de la perfección del Ser, mientras que la tristeza sería su disminución. De estos afectos es de los que Spinoza cree que derivan todos los demás: el odio, la envidia, el enamoramiento, la frustración, la euforia, etc. Ser es, por tanto, tener apetito de eternidad. Querer ser para siempre. Y puesto que querer es desear, el deseo ha de ser la esencia del hombre.
Resultado de imagen de descartesDescartes desea llegar a la verdad estructurando un sistema de proposiciones evidentes e indudables basándose únicamente en la razón. Y puesto que la razón es única, la ciencia, la sabiduría humana también lo será, así lo simboliza mediante la imagen de un árbol cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física y las ramas serían las ciencias prácticas (medicina, mecánica, ética.).
Investigando el funcionamiento de la razón y encuentra dos mecanismo mentales, a saber:
La intuición: es una especie de “luz natural”, que ilumina nuestra razón y permite captar sin error ideas simples.
La deducción: permite establecer relaciones entre ideas simples, es todo aquello que se concluye necesariamente de verdades ya conocidas con certeza.
A partir de aquí Descartes propone las siguientes reglas del método.

Pasos o reglas del método: La primera regla se refiere a la intuición, las otras tres afectan a la deducción.
  • Regla de la evidencia: solo deben admitirse como ciertas aquellas ideas que se presenten a la mente tan claras y distintas que no quepa ninguna duda.
  • Regla del análisis: Se dividirá lo complejo en tantas partes simples como sea posible para que pueda recaer en ellas la evidencia.
  • Regla de la síntesis: Partiendo de lo simple, de lo vidente, rehacemos el camino hasta llegar a lo complejo, deduciendo a partir de las ideas simples el resto de las proposiciones.
  • Regla de la revisión: ordena hacer enumeración, y repaso de los pasos que se han ido dando para asegurarnos que no hay lagunas y no ha habido precipitación.
Descartes nos llega a decir que el conocimiento es la representación en la mente humana de lo que se da fuera de ella. Lo que representa a las cosas en la mente son las ideas. Idea es, pues, una imagen o representación mental de algo que está fuera de ella. (En cuanto que todas son representaciones mentales son todas iguales, pero en cuanto a su contenido unas poseen más realidad objetiva que otras).
Estamos acostumbrados a tener una particular mirada sobre el mundo y, en ocasiones, nuestra forma de pensar nos parece inobjetable. Sin embargo, ¿qué sustenta nuestras ideas? ¿Hay una sola forma de pensar la realidad o el estado de las cosas?
Resultado de imagen de NietzscheDos años después de publicado El nacimiento de la tragedia, Nietzsche, sobre la base de un conjunto de anotaciones previas, dictó a Cari von GesdorfiFdurante el mes de junio de 1873 su opúsculo «Verdad y mentira en sentido extramoral» (Ueber Wahrheit und Lüge im aussermoralischen Sinne), un escrito donde se abordan cuestiones eminentemente filosóficas. Cuenta el autor 29 años, su salud se ve resentida de modo alarmante y está a punto de desembarazarse de la filosofía de Schopenhauer y de la influencia de su amigo y maestro Richard Wagner, para convertirse en el mayor iconoclasta de lo que en su época se adoraba: el historicismo positivista, la filosofía académica, el arte burgués, la idea liberal de «progreso». Los rigores de la ciencia empiezan a enfriar los ardores románticos. Las dos primeras Consideraciones intempestivas —«David Strauss, el confesor y el escritor» y «La utilidad y la desventaja de la ciencia histórica para la vida»— suponían ya una seria arremetida contra los dogmas imperantes en la cultura alemana. La reacción de los nacionalistas alemanes no podía hacerse esperar en un momento en que Bismarck, tratando de aislar a Francia y de mantener un equilibrio en Europa, lograba que Guillermo I firmara una alianza con el emperador austriaco Francisco José y el zar de Rusia Alejandro. De este modo, si El nacimiento de la tragedia había sido objeto de desabridas críticas desde ambientes eruditos, los últimos escritos de Nietzsche motivaron un impetuoso artículo en un periódico de Leipzig donde se le acusaba de ser enemigo del Imperio alemán y miembro de las Internacionales, y se pedía que friese proscrito de todas las universidades, incluyendo la de Basilea en la que había pasado de estudiante a profesor numerario «por una maniobra de Ritschl y la estupidez de su claustro».
La historia se repite, se repite y se vuelve a repetir…, es una constante dónde la estupidez suele aflorar, ora, casi siempre, en beneficio de unos pocos… Pero la masa se mueve hacia donde los elementos rígidos y singulares quieren… Se denosta a unos para conseguir lo que en esencia no es lícito… Pero la masa es masa y se la lleva por el camino del no pensamiento… Eso sí, se nos llena la boca hablando de las bajísimas tasas de analfabetismo en nuestras sociedades industrializadas y del mal llamado primer mundo, pero yo me pregunto: ¿Es esto cierto?
No será acaso que hay otra suerte de analfabetismo que domina a la masa… que se la lleva por dónde los poderes fácticos desean… ¡Reflexionemos, por favor!

Bibliografía:

iKANT, Immanuel. Crítica de la Razón Práctica. Trad. J. Rovira Armengol. Losada, Buenos Aires, 2007. pp. 38‐39.
iiVer KANT, Immanuel. Crítica de la Razón Práctica, p. 55.