martes, 4 de mayo de 2021

Cuadernos de Homeopatía, número 14


 

lunes, 19 de abril de 2021

La Pandemia, la homeopatía y otras zarandajas...

La enfermedad forma parte de la historia de la humanidad de manera intrínseca desde que el ser humano empezó a organizarse en sociedad y a crear núcleos de personas que convivían juntos en un mismo espacio territorial, las enfermedades contagiosas tomaron un especial protagonismoi. El tiempo se encargó de que la humanidad se familiarizara con las pandemias, algo, por tanto, no desconocido en la historia de los tiempos. Hablemos de algunas de ellas:



1.- Peste de Justiniano


La plaga de Justiniano fue una epidemia que afectó al Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África entre los años 541 y 549. Se estima que, entre 541 y 549, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13 y el 26 % de la población estimada en el siglo VI. Se ha llegado a considerar como una de las más grandes plagas de la historia. Se supone que la causa fue la peste bubónicaii,​ y las investigaciones más recientes confirman que se trata de la misma plaga bubónica relacionada con las infecciones actuales o de la época medievaliii.​

La pandemia fue recurrente en torno a los puertos del Mediterráneo hasta aproximadamente el año 750, causando un gran impacto en la historia de Europa. Historiadores modernos le dieron su nombre en referencia al emperador romano Justiniano I, que regía entonces el Imperio bizantino. El impacto sociocultural en el período de Justiniano ha sido comparado al de la muerte negra. Según algunos historiadores del siglo VI, la plaga epidémica tuvo repercusiones a nivel mundial, atacando Asia, África y Europa. Los estudios tradicionales señalan el inicio del contagio, y su penetración en Europa, en el este de África, aunque recientes estudios genéticos señalan que el reservorio original de la cepa pudo estar en Chinaii.



2.- Peste Negra


La peste negra o muerte negra fue la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero modelos contemporáneos los calculan entre 75 y 200 millones, equivalente al 30-60% de la población de Europa, siendo un tercio una estimación muy optimistaiv.​ La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia pestisv.​ Es común que la palabra «peste» se utilice como sinónimo de «muerte negra», aun cuando aquella deriva del latín «pestis», es decir, «enfermedad» o «epidemia», y no del agente patógeno.

De acuerdo con el conocimiento actual, la pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales. Introducida por marinos, la epidemia dio comienzo en Mesina. Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra. HamburgoColonia y Bremen fueron las ciudades en donde una mayor proporción de la población murió. En cambio, el número de muertes en el este de Alemania fue mucho menor.

Las consecuencias sociales de la muerte negra llegaron muy lejos; rápidamente se acusó a los judíos como los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchos lugares de Europa se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías. Aun cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la falta de autoridad debido a la agitación social, que a su vez era consecuencia de la gravedad de la epidemia, generalmente no les permitía a aquellos tener éxitovi.​

3.- Viruela. Considero la enfermedad como tal dada su morbi-mortalidad



La viruela (del latín variola: pústula pequeña) fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa y con un alto riesgo de muerte, causada por el virus Variola virusvii.​ El último caso de contagio natural se diagnosticó en octubre de 1977 y en 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó la erradicación de la enfermedad en todo el planetaviii.​ Sus principales características eran una elevada tasa de mortalidad para quienes padeciesen la enfermedad, de alrededor de un 30 %, con tasas especialmente elevadas en bebésix​ y las cicatrices por todo el cuerpo, y en algunos casos ceguera, que dejaba a quienes sobrevivíanx.​

Los síntomas iniciales incluían cuadros de fiebre y vómitosxi,​ seguidos en días posteriores de la formación de llagas en la boca y erupciones cutáneas. Al cabo de unos días, las erupciones cutáneas se convertían en protuberancias cargadas de denso líquido con un característico hundimiento en el centro. Con la evolución de la enfermedad, las protuberancias se convertían en pústulas y después en costras, las cuales se caían y dejaban las características cicatrices en la piel.​ La enfermedad se propagaba a través del contacto de personas sanas con personas contagiadas o mediante el intercambio de objetos contaminados con el virus responsable de la enfermedadxii. La principal vía de prevención consistió en inocular la vacuna desarrollada contra la viruela, mientras que para su tratamiento una vez contraída la enfermedad existían antivirales específicos, aunque de efectividad escasa1.​

Se desconoce el origen de la viruela, pero existen evidencias de su existencia en una época muy temprana, pues se han hallado restos en momias egipcias datadas del siglo III a. Cxiii.​ La enfermedad se propagó a lo largo de la historia a través de brotes periódicos: en la Europa del siglo XVIII se estima que unas 400 000 personas morían cada año por viruela y un tercio de los supervivientes desarrollaba cegueraxiv.​ Se estima que solo en el siglo XX, la viruela mató hasta 300 millones de personasxv​​ y a 500 millones en sus últimos 100 años de existenciaxvi.​



4.- Gripe Española.


La pandemia de gripe de 1918, también conocida como gripe española, fue una pandemia causada por un brote del virus de la gripe tipo A, subtipo H1N1xvii.​ A diferencia de otras epidemias de gripe que afectan principalmente a niños y ancianos, sus víctimas fueron también jóvenes y adultos con buena salud, y también animales, entre ellos perros y gatosxviii.​​ Se considera la pandemia más devastadora de la historia humana, ya que en solo un año mató entre 20 y 40 millones de personas.​​ Esta cifra de muertos, que incluía una alta mortalidad infantil, se considera uno de los ejemplos de crisis de mortalidadxix.​

La enfermedad fue notificada por primera vez el 4 de marzo de 1918, en Fort Riley (KansasEstados Unidos), aunque ya en el otoño de 1917 se había producido una primera oleada heraldo en al menos catorce campamentos militaresxx.​ Tradicionalmente se ha localizado al paciente cero en Estados Unidos, concretamente, en el Condado de Haskell, en abril de 1918, y en algún momento del verano de ese mismo año este virus sufrió una mutación o grupo de mutaciones que lo transformó en un agente infeccioso letal. El primer caso confirmado de la mutación se dio el 22 de agosto de 1918 en Brest, el puerto francés por el que entraba la mitad de las tropas estadounidenses aliadas en la Primera Guerra Mundialxxi.​

Recibió el apelativo de gripe española porque la pandemia ocupó una mayor atención de la prensa en España que en el resto de Europa, ya que España no estaba involucrada en la guerra mundial y por tanto no se censuró la información sobre la enfermedad.

Con el fin de estudiar la pandemia de gripe, los científicos han empleado muestras de tejido de víctimas congeladas para reproducir el virusxxii.​ Dada la extrema virulencia del brote y la posibilidad de escape accidental (o liberación intencionada) de la cuarentena, hay cierta controversia respecto a las bondades de estas investigaciones. Una de las conclusiones de la investigación fue que el virus mata a causa de una tormenta de citocinas, lo que explica su naturaleza extremadamente grave y el perfil poco común de edad de las víctimas. Gracias a la Homeopatía, las circunstancias pandémicas mejoraron después de dos años de intensa lucha.



5.- Gripe asiática


La pandemia de gripe de 1957-1958, también conocida como gripe asiática, fue una pandemia de gripe causada por un brote de Influenzavirus A H2N2 que se inició en China. Tuvo una alta mortalidad, con estimaciones de alrededor de 1–4 millones de personas fallecidas por causa de la pandemia, lo que la convierte en una de las pandemias más mortíferas de la historiaxxiii.​

De China pasó aproximadamente en el mes de abril de ese año a Hong Kong y Singapur, de donde se difundió a la India y Australia. Durante los meses de mayo y de junio el virus se extendió por todo el Oriente. En julio y agosto, pasó a África y posteriormente a Europa y Estados Unidos entre octubre y noviembre. En menos de diez meses el virus alcanzó una distribución mundial.

La rápida difusión de la pandemia fue debida a dos factores:

  • El incremento de la rapidez de los transportes y vuelos internacionales.

  • La mutación sufrida por el virusxxiv.



6.- Gripe de Hong Kong



La pandemia de gripe de 1968, más conocida como gripe de Hong Kong, fue una pandemia de gripe ocurrida en 1968, al aparecer una nueva variación de la hemaglutinina del virus Influenza A subtipo H3N2, que además contenía la neuraminidasa N2 del subtipo H2N2, mediante el cambio antigénicoxxv.​ Se estima que entre 1–4 millones de personas murieron durante la pandemia de gripe de Hong Kong, lo que la convierte en una de las pandemias más mortíferas de la historiaxxvi.


Aunque fue menos virulenta que sus dos pandemias predecesoras en el siglo XX, las de 1918 y 1957-1958xxvii,​ infectó a más de 30 millones de personas y causó cerca de 1 millón de muertes a nivel globalxxviii,​ de las cuales cerca de la mitad se generó en Hong Kong, entonces territorio británico, en un lapso de dos semanasxxvii.​

7.- Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH)



El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un lentivirus (un género de la familia retrovirus) que causa la infección por VIHxxix.​ Se trata de un virus que, en promedio, en 10 años en países desarrollados o en cinco años en países con deficiente salud pública, provoca el desarrollo del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida)xxx,​ una enfermedad que progresa hacia el fallo del sistema inmune, lo que permite que se desarrollen infecciones oportunistas y cánceres potencialmente mortales, cuando los niveles de linfocitos T CD4+ están por debajo de 200 por mililitro. Sin tratamiento, se estima que la sobrevida promedio después de la infección de VIH es de nueve a once años, dependiendo del subtipo de VIHxxxi.​ La infección por VIH ocurre únicamente a través de los siguientes fluidos de las personas infectadas: sangresemenflujo vaginallíquido preseminal y leche de lactancia. Dentro de todos y cada uno de estos fluidos corporales, el VIH puede estar presente como partícula libre o como virus dentro de células  infectadas.

El VIH infecta células vitales en el sistema inmune humano, como las células T helper (específicamente, células CD4+), macrófagos y células dendríticas)xxxii. La infección por VIH puede llevar a niveles bajos de células T CD4+ a través de varios mecanismos, incluidos la piroptosis de células T infectadas inutilizadasxxxiii,​ apoptosis de células no infectadas próximasxxxiv,​ muerte viral directa de las células infectadas y muerte de las células T CD4+ por los linfocitos citotóxicos CD8 que reconocen a las células infectadasxxxv.​ Cuando el número de células T CD4+ disminuyen bajo un nivel crítico, se pierde la inmunidad celular y el organismo se vuelve progresivamente más susceptible a las infecciones oportunistas. La transmisión del virus puede prevenirse con el uso adecuado del preservativo al momento de tener relaciones sexuales.


¿Y ahora?


A la fecha actual vivimos una de las crisis más importantes de la Historia de la Humanidad, junto a la nueva enfermedad se añaden los nuevos correlatos que desde el cientifismo se nos reporta como la única manera y forma, no discutible, criticable, argumentable…, so pena de ser tildado de antivacunas y otras nuevas palabras que todo el mundo reconoce, pero que ni siquiera la RAE, en su legitimidad, admite. Así es como se plantean las cosas al mundo gobernado desde la sin razón y el miedo.

El oscurantismo inquisitorial evita la discusión científica. Las élites políticas se han aliado con un solo poder al que llaman científico, y el resto, es decir, quienes se plantean la crítica constructiva en el quehacer cotidiano, quedan desmarcados e inexorablemente tildados con tal o cual palabreja… Los medios de comunicación, como es obvio, en el regazo del poder político, no se plantean la discusión y, desde todos ellos, de forma inquisitorial, se nos aburre a diario con un torrente de miedos, cifras y desvaríos.

Es extraño que cuando algunos científicos, y no digo cualquiera…, incluso premios nobeles, que al efecto han sido otorgados por el poder fáctico, se posicionan de forma crítica ante el pensamiento manejado, son evitados, y en lo posible callados.

Acabo de leer la famosa Wikipedia en español y no salgo de mi asombro…, se la transcribo: «Luc Montagnier (n. 18 de agosto de 1932 en ChabrisFrancia) es un virólogo francés. Realizó su doctorado en Medicina en la Universidad de Poitiers, y en 1967 inició sus investigaciones en virología. En 1972 fue nombrado jefe de la Unidad Oncológica Viral del Instituto Pasteur, y en 1974 fue designado también director del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, en francés). En 2008 obtuvo el Premio Nobel de Medicina, junto a Françoise Barré-Sinoussi, por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida; dicho galardón fue compartido con Harald zur Hausen, quien fue premiado por el descubrimiento de los virus del papiloma humano que causan cáncer cervical.



Principales aportaciones

En 1983 el equipo del que forma parte describió e identificó lo que sería uno de los mayores descubrimientos de las últimas décadas del siglo XX: el virus VIH causante del sida, apenas poco después de que este síndrome fuera reconocido como una nueva entidad patológica, en 1981. El virus fue llamado inicialmente virus asociado a linfomadenopatía (LAV). Un año después el equipo del estadounidense Robert Gallo confirmó el descubrimiento del virus y que este era el causante del sida. El virus fue renombrado virus T-linfotrópico tipo III (HTLV-III).​


Durante muchos años hubo una fuerte disputa sobre si el primero en aislar el virus había sido Montagnier o Gallo. En noviembre de 
1990, la Oficina de Integridad Científica de los Institutos Nacionales de la Salud intentaron clarificar el asunto designando a una comisión que analizara las muestras almacenadas en el Instituto Pasteur y en el Laboratorio de Biología de Células Tumorales del Instituto Nacional del Cáncer entre 1983 y 1985. El grupo, liderado por Sheng-Yung Chang, concluyó que el virus de Gallo provenía del laboratorio de Montagnier. Chang concluyó que el virus del grupo francés había contaminado un cultivo del que el grupo de Montagnier había enviado una muestra a Gallo, y a su vez contaminó los cultivos en los que Gallo estaba trabajando.​

Hoy en día se reconoce que el grupo de Montagnier fue el primero en aislar el virus VIH, pero que el grupo de Gallo fue el que demostró que el virus causa el sida y fue responsable de gran parte del desarrollo científico que hizo posible el descubrimiento, incluyendo una técnica desarrollada previamente por Gallo para el cultivo de células T en laboratorio.​

En el número de 29 de noviembre de 2002 de Science, Gallo y Montagnier publicaron una serie de artículos, uno de ellos firmado por ambos, en el que reconocen las aportaciones fundamentales que cada uno había tenido en el descubrimiento del VIH.

Premios

Se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, compartido con Robert Gallo, en el año 2000 y el Premio Nobel de Medicina en 2008 compartido con Harald zur Hausen y Françoise Barré-Sinoussi.

Polémica

En los últimos años, el gran prestigio de este científico francés se ha visto ensombrecido por su aparente apoyo al movimiento antivacunas o al menos al poner en entredicho su seguridad»xxxvi.

Bien, resulta curioso que a pesar de su incuestionable valía, el redactor y obviamente la familia de palmeros, es decir, los renteros que aprueban los contenidos publicables en dicha página, se atrevan a afirmar en el último párrafo una soberbia tontería: «...se ha visto ensombrecido por su aparente apoyo al movimiento antivacunas o al menos al poner en entredicho su seguridad».

Existen numerosos artículos y referencias del que la misma publicación al principio de su redacción reconoce que fue el primer investigador que consiguió aislar el virus del VIH, una de las aportaciones a la ciencia más importante a lo largo de su historia… Y luego, al final se atreven a ningunearlo en vez de explicar las razones que han llevado al doctor Luc Montaigner a tomar posiciones desde la ciencia en favor de determinados postulados… Como comprenderá el lector, es cuanto menos increíble.

Y es cierto que ya pasamos por todo y que todo se queda singularmente desplazado al baúl de la ropa sucia si no se está de acuerdo con los postulados al uso que son de transmisión dogmática…, y siempre con la obligación de callar…

En el canal francés Cnews el doctor Montaigner declaró el 17 de abril de 2020: : «llegamos a la conclusión de que hubo manipulación en torno a este virus. A una parte, no a todo el coronavirus del murciélago, alguien agregó secuencias, en particular del VIH, el virus del SIDA. No es natural. Es el trabajo de profesionales, de biólogos moleculares. Un trabajo muy meticuloso». Algunos medios de comunicación, al pronto, se atrevieron a desdecir al viejo profesor en un artículo que no había sido revisado por pares, es decir, se había publicado como preprint  y en el que se afirmaba que SARS-CoV-2 tenía cuatro inserciones en el gen de la proteína que el virus usa para entrar en las células diana que eran idénticas o similares a los motivos de las regiones altamente variables de la glicoproteína de la envuelta o la proteína Gag de algunas cepas únicas del virus del sida (VIH-1). Junto con el análisis de modelado de estructura, los autores especulaban con que estas inserciones del VIH podrían proporcionar al nuevo coronavirus una mayor afinidad hacia los receptores de las células y aumentar el rango de células a las que podía infectar. Tras recibir las primeras críticas abiertas, tanto en el servidor donde se había depositado el artículo como en Twitter, los autores retiraron el artículo. Después se desdijeron y afirmaron : «Sus resultados no mostraron evidencia de que las secuencias de aquellas cuatro inserciones polémicas fuesen específicas del VIH-1 ni, por tanto, de que el virus SARS-CoV-2 se hubiese generado a partir del VIH-1». Es curioso, ¿verdad? Desde aquí el resto de la comunidad científica comienza a efectuar aseveraciones que dan como legítima esta última idea, sin proporcionar cancha alguna a los científicos que abogan por la idea demostrada por el profesor Luc Montaigner.

No les quiero aburrir con los detalles de tales artículos que bien pueden encontrar con facilidad en las redes. Empero, creo que basta para comprender que la solicitud del profesor Montaigner y colaboradores de reunirse con los firmantes del citado artículo no fue aceptada y por el contrario se evitó para que la contratransferencia de ideas no trastornara el mensaje del imperio científico dominante.



¿Y la homeopatía?

La comunidad homeopática mundial durante la pandemia no ha estado parada, de hecho, por el contrario, el trabajo se ha multiplicado en la labor de atender y comprender desde nuestra terapéutica los casos que han llegado a nuestras consultas. En mi caso, he atendido con la enfermedad confirmada por las pruebas al uso (PCR) a un total de ciento dos pacientes a la fecha del día 10 de abril de 2021.

De los ciento dos pacientes, tomaban remedio de fondo setenta y tres, siendo los restantes casos, doce que jamás habían tomado homeopatía y el resto, es decir, diecisiete, antiguos usuarios de la Homeopatía que recurrieron a nuestro método terapéutico tan pronto se supieron afectados por la enfermedad.



Sintomatología

Estos son los síntomas que recoge la medicina alopática como más recurrentes:

Los síntomas más habituales son los siguientes:

Fiebre

Tos seca

Cansancio

Otros síntomas menos comunes son los siguientes:

Molestias y dolores

Dolor de garganta

Diarrea

Conjuntivitis

Dolor de cabeza

Pérdida del sentido del olfato o del gusto

Erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies

Los síntomas graves son los siguientes:

Dificultad para respirar o sensación de falta de aire

Dolor o presión en el pecho

Incapacidad para hablar o moversexxxvii


Desde el punto de vista de nuestro método terapéutico, la asunción de los síntomas referidos por la alopatía no nos aporta prácticamente nada, de tal manera que la necesidad del homeópata reside en modalizarlos para entenderlos mejor y encajarlos, tras su repertorización, en nuestra Materia Médica.

Me extenderé, por tanto, en el análisis «somero» de algunos pocos síntomas físicos, además, añadiré otros síntomas mentales, que desde mi punto de vista han sido capitales en la mayoría de los casos a la hora de la elección del remedio.


La fiebre:

Modalizar la fiebre, y resumiendo, implica entender los tiempos en que se producen los picos:

  • Mañana: 6 casos.

  • Tarde: 14 casos.

  • Mañana y tarde: 5 casos

  • Noche: 45 casos.

  • Tarde y noche: 7 casos.

  • Mañana, tarde y noche: 9 casos. Entiéndase que los casos no nombrados, no tuvieron fiebre.

Rango de temperaturas:

  • Menor de 37,5: 23 casos

  • Entre 37,5 y 38: 37 casos

  • Entre 38 y 38,5: 16 casos

  • Mayor de 38,5: 10 casos



Las causas de agravación y mejoría:

  • Mejoría por aplicación de paños fríos: 33 casos.

  • Mejoría por aplicación de paños calientes: 12 casos.

  • Mejoría por aire libre: 65 casos.

  • Mejoría en cuarto cerrado: 2 casos.

  • Agravación por aplicación de paños fríos: 9 casos

  • Agravación por aplicación de paños calientes: 4 casos

  • Agravación al aire libre: 3 casos.

  • Agravación en cuarto cerrado: 54 casos.


Como se podrá comprender, las combinaciones de la modalización de un solo síntoma (fiebre) son numerosas, y ya solo con uno de los síntomas tendríamos con facilidad más de un millar de remedios diferentes a nuestro alcance.


La tos:

Para responder al «cuando» diremos que:

  • Mañana: 22 casos

  • Tarde: 1 caso

  • Mañana y tarde: 12 casos

  • Noche: 24 casos

  • Tarde y noche: 7 casos

  • Mañana y noche: 3 casos

  • Mañana, tarde y noche: 32 casos


Para responder al «cómo» diremos que:

  • Seca: 45 casos.

  • Productiva: 18 casos.

  • Tos espasmódica: 12 casos

  • Tos emetizante: 49 casos

  • Tos  bitonal: 35 casos

  • Tos perruna: 47 casos2.

Las causas de agravación y mejoría:

  • Mejoría por aire libre: 47 casos.

  • Mejoría en cuarto cerrado: 21 casos.

  • Mejoría sentado: 5 casos

  • Mejoría tumbado boca arriba: 7 casos

  • Mejoría tumbado boca abajo: 1 caso.

  • Agravación al aire libre: 3 casos.

  • Agravación en habitación cerrada: 53 casos

  • Agravación sentado: 7 casos.

  • Agravación tumbado boca arriba: 39 casos.

  • Agravación tumbado boca abajo: 45 casos.



Cansancio – fatiga

Para responder al «cuando» diremos que:

  • Mañana: 29 casos

  • Tarde: 4 casos

  • Mañana y tarde: 28 casos

  • Noche: 2 casos

  • Tarde y noche: 21 casos

  • Mañana y noche: 0 casos

  • Mañana, tarde y noche: 3 casos


Para responder al «cómo» diremos que:

  • En reposo: 7 casos

  • Al hacer ejercicio leve: 14 casos

  • Al hacer ejercicio moderado: 22 casos

  • Al hacer ejercicio intenso: 44 casos


Las causas de agravación y mejoría:

  • Mejoría por aire libre: 2 casos.

  • Mejoría en cuarto cerrado: 47 casos.

  • Mejoría sentado: 52 casos

  • Mejoría tumbado boca arriba: 27 casos

  • Mejoría tumbado boca abajo: 42 casos.

  • Agravación al aire libre: 49 casos.

  • Agravación en habitación cerrada: 35 casos

  • Agravación sentado: 12 casos.

  • Agravación tumbado boca arriba: 28 casos.

  • Agravación tumbado boca abajo: 24 casos.


Tras la repertorización de tan solo tres síntomas físicos, los que desde la medicina alopática se estiman como más habituales, nosotros nos encontramos con numerosísimas combinaciones que multiplican las posibilidades de elección de un remedio.

Mi propósito no es aburrir con las modalizaciones que cualquier médico homeópata trabaja con diligencia en su devenir diario, es simplemente facilitar la comprensión de nuestro arte al lego, para hacerle entender las características individuales que hacen que la elección del remedio se convierta en arte al cruzar cada una de las características repertoriales, a fin de elegir ese remedio único y por ello, el adecuado a cada uno de nuestros pacientes.


Como síntomas mentales me he encontrado numerosos, ya les digo, no les quiero aburrir, pero si nombrar algunos, que por relevantes, no creo que puedan soslayarse.


Entre los miedos - temores:

  • A la muerte.

  • A la soledad.

  • Al fracaso.

  • A la enfermedad.

  • Al futuro.


Entre los síntomas mentales propiamente dichos:

  • Inquietud – nerviosismo.

  • Angustia.

  • Ira.

  • Pena – tristeza.

  • Ansiedad.

Debe entenderse que cada cual de estos items repertoriales con sus características específicas a cada uno de los pacientes y sus respectivas modalizaciones.


Los remedios elegidos:


Cabe destacar que han sido numerosos, en total he utilizado sesenta y nueve remedios, y todos con buenos resultados. Ha de explicarse que del total de casos, 73 ya tomaban su remedio de fondo, en estos casos la primera medida en todos y cada uno de ellos fue darle su remedio en baja potencia, entiéndase que para mi, que utilizo potencias LM, la baja potencia es la 12 LM, potencia con la que suelo comenzar todos los tratamientos y a la que siempre recurro cuando hay una agudización de la enfermedad crónica de mi paciente. En ninguno de estos casos hubo de recurrirse a la toma de otro medicamento. La pauta indicada fue una dosis (gránulo, glóbulo o gota, según disposición) tres veces al día y repetida a las cuarenta y ocho horas solo en caso necesario.

Hay que recordar que diecisiete pacientes de la muestra eran antiguos pacientes que por una causa u otra habían dejado de tomar el remedio homeopático. De entrada a todos, dado el conocimiento previo, se les indicó la misma pauta anteriormente mencionada con su antiguo remedio. Tan solo en dos casos hubo de reconsiderarse una nueva toma del caso y, por tanto, la toma de un nuevo remedio.

En cuanto a los doce casos restantes, hubieron de estudiarse desde el inicio como casos nuevos y requirieron cada uno su propio remedio.


Los tiempos de curación:


Atendiendo a la observancia de que el/la paciente estuviera totalmente libre de síntomas.

El número de pacientes que tras la primera pauta se despertó al día siguiente asintomático fueron setenta y uno.

Requirieron dos días diecisiete pacientes.

La curación se observó al cuarto día de la primera toma en tres pacientes.

Al quinto día en un paciente.

Al séptimo día en cuatro pacientes.

Al décimo día en un paciente.

Al duodécimo día en un paciente.

Al decimoséptimo día un paciente.

Al vigésimo dos pacientes.

Al vigésimo séptimo día un paciente.


Secuelas:


La pérdida incompleta del olfato y el gusto ha perdurado en torno a veinte días dos pacientes y a veintisiete en uno. No conocemos ninguna otra secuela referida.


Genio epidémico:


Como se comprenderá, después del relato referido, yo no puedo afirmar, desgraciadamente, que haya un genio epidémico de la enfermedad. Cada caso ha debido de tratarse de forma individual, sin encontrar un parangón superponible a la mayoría de los casos. Es muy importante destacar una curiosidad que para mí es única de ésta epidemia, es decir, la singularidad de que con su tratamiento de fondo en baja potencia, la gran mayoría de los pacientes ha respondido muy rápidamente a la toma del remedio. Es por ello que me atrevo a afirmar, con mi casuística en la mano, que en la gran mayoría de los casos lo que se ha producido ha sido una agudización de su enfermedad crónica. Y esto, ya de por sí, requiere, desde mi punto de vista, una profunda reflexión.




1 Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) debido a la erradicación de la enfermedad, la vacuna no está disponible para la población, aunque existen reservas estratégicas de esta, al menos en este país. Sobre su tratamiento, desde su erradicación se han desarrollado fármacos que parecen arrojar resultados positivos en animales y experimentos de laboratorio. Antivirales como el cidofovir y el brincidofovir parecen ser efectivos contra el virus, mientras que el tecovirimat parece seguro en personas sanas (efectos secundarios menores), pero por razones evidentes no se ha probado su efectividad contra la viruela en humanos. Este último está, a pesar de lo anterior, aprobado como tratamiento para la viruela por la FDA de EE.UU.

2En varios casos se han identificado varios tipos de tos en un mismo paciente, por lo que se han recogido de forma sistemática las toses identificadas.

ihttps://historia.nationalgeographic.com.es/a/grandes-pandemias-historia_15178

ii Nicholas Wade (31 de octubre de 2010). «Europe’s Plagues Came From China, Study Finds»The New York Times. Consultado el 1 de noviembre de 2010. «The first appeared in the 6th century during the reign of the Byzantine emperor Justinian, reaching his capital, Constantinople, on grain ships from Egypt. The Justinian Plague, as historians call it, is thought to have killed perhaps half the population of Europe and to have enabled the Arab takeover of Byzantine provinces in the Near East and Africa.»


iv Leegaard, LoneBaastrup, Mads (s.f.). «The plague in Europe» (vídeo). Copenahgue: DR. Consultado el 9 de abril de 2021.


vi Cuadrada, Coral. El llibre de la pesta (1a edició edición). ISBN 978-84-232-0767-1OCLC 804150684. Consultado el 9 de abril de 2021.


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