lunes, 30 de mayo de 2011

CASO CLINICO: Técnica de aplicación de las potencias LM en un caso de pielonefritis y cistitis crónica.

Inmaculada González-Carbajal García
Presidenta de la FEMH y de la Academia de Homeopatía de Asturias
Autora del libro Bases teóricas y aplicación práctica de las potencias LM
Ponencia presentada en el III Congreso Nacional de Homeopatía de Valladolid (2008)

Resumen: Paciente que fue tratada con potencias CH hace veinte años. Vuelve a consulta por un cuadro de pielonefritis y cistitis de repetición y recibe tratamiento con potencias LM, experimentando un proceso de mejoría progresivo en el que aparecen síntomas de retorno. Es un caso que ejemplifica la adecuación de las potencias a la respuesta del paciente en las distintas fases del proceso de curación. Esta historia se puede enmarcar dentro de la 3ª Observación Pronóstica en el transcurso del tratamiento: Retorno de síntomas antiguos.



HISTORIA : Rosa S.F

Se trata de una paciente que fue tratada con homeopatía en el año 85 por dispepsia y cistitis de repetición en el último año. Antes de la primera cistitis había tenido una sinusitis tratada con antibióticos y corticoides. De aquella primera historia sólo señalar que la madre de esta paciente había fallecido 6 años antes y toda la situación, tanto de la enfermedad como la consecuente con su muerte, había recaído sobre ella, siendo entonces cuando empezó a tener catarros nasales de repetición. Rosa es enfermera, trabaja en el hospital y tiene dos hijos. En el postparto del segundo se sintió sola en todos los sentidos, de esto hace dos años. Siente cierto rencor hacia su marido y cuando discuten ella se lo recuerda. Es una persona con mucho temperamento y dice las cosas tal cual las siente. Le gusta estar ocupada y siempre anda haciendo cosas nuevas, muy inquieta, tanto en lo personal como en lo laboral. No le gusta que la vean llorar porque lo considera una debilidad. Es vehemente defendiendo sus puntos de vista y le molesta que le lleven la contraria. Le gustan las cosas bien hechas y tiene fama de meticulosa y ordenada en el trabajo. Como bien, tiene aversión a las grasas que le producen pesadez y malas digestiones. Le gusta el dulce y a veces lo apetece. Tiene somnolencia después de comer. Duerme bien y es friolera. Se siente mal al despertar y necesita el café de la mañana para despejar. Le sienta mal el tiempo cálido y húmedo. A veces se le inflaman los ganglios cervicales, sobre todo antes de un proceso catarral.



En aquellos momentos no utilizaba la LM y sólo trabajaba con CH. La paciente tomó Lycopodium 30, 200 y 1000 CH y fue evolucionando favorablemente en el aspecto de su ánimo y su irritabilidad. El tratamiento se interrumpió durante el año 86 que estuve estudiando afuera. En 1987 regresó a la consulta y me dice que permanece estable en la mejoría pero que se siente apática, no tiene ningún deseo sexual, siente indiferencia hacia su marido y dice de sí misma que es el “prototipo de mujer frígida”. Las cistitis habían desaparecido en todo este tiempo. Tuvo una infección vaginal que trató con Kanestén. Empezó a tener dolores de cabeza antes de las reglas Seguía la apetencia de dulces y la intolerancia a la contradicción y en ese momento le indico Sepia 1000 CH. Después de tomarla la paciente experimentó una mejoría en su estado de ánimo, una atenuación de su irritabilidad y dijo sentirse mejor de su apatía. En ese momento empiezo a indicarle la Sepia en potencias LM empezando por lo 6, 9 y 12 LM. Era de las primeras pacientes a quienes indicaba este tipo de escala y el desconocimiento y la falta de experiencia alimentaban el temor a empezar por potencias más altas. Después le mandaba la 12 y la 15, siempre en tomas alternas y con descansos de 10 ó 15 días por temor a que hubiera agravaciones. Así llegó hasta la 33 LM en un año mientras decía encontrarse mejor progresivamente de todo. Persistía un mal aliento a la mañana y sensación de moco retronasal. Recibió el alta cuando llegamos a un estado de bienestar satisfactorio después de tomar la 42 LM y haber pasado unos meses sin tomar nada y sin ninguno de los síntomas iniciales. Se sentía más equilibrada en su ánimo y carácter. No volvió a tener ningún problema de cistitis. No tenía apatía ni malhumor, ni tampoco la astenia física de los últimos tiempos. Recibe el alta en el año 90.



En el año 2002 vuelve a consulta porque ha tenido varias pielonefritis. En el 97 tuvo la primera y estaba entonces haciendo un tratamiento con homotoxicología con otra médica. Empieza diciendo que se levanta varias veces a orinar en la noche como síntoma inicial, después sigue con fiebre muy elevada, hasta 40º. El urinocultivo siempre es positivo el E. Coli. Le dijeron que tiene esta bacteria acantonada en algún cáliz. Ha tomado antibióticos de forma continua durante 6 meses. Le afecta mucho el frío y lo nota sobre todo en la espalda. Aguanta mejor el calor. También le afecta mojarse. En el 2001 dice que tuvo una infección vaginal (ya la había tenido cuando se trató anteriormente) que trató con Flagyl y posteriormente tuvo una pielonefritis. Cuando vino a consulta estaba tomando un complejo homeopático que le había dado la otra médica.



El cuadro agudo con fiebre alta cursa también con síntomas catarrales, con moco retronasal y dolor de cabeza muy intenso. No tiene molestias al orinar ni dolor en fosa renal.



De apetito está bien, come mucha fécula y fibra. Le apetece algo de chocolate después de comer, también apetece galletas a la tarde. De vientre anda bien. No tiene sed y no se fuerza a beber. Le cuesta mucho sudar y en general no suda. Empezó con desarreglos de la menstruación hace 3 años, a los 43, y está tomando Isoflavonas. Las reglas se mantuvieron abundantes hasta el final y ella se sentía más irritable antes. Padece dolores de cabeza tipo jaquecas con aura de destellos de luz que le aparecen sobre todo después de algún esfuerzo. Duerme bien y el sueño es tranquilo. No ha tenido ninguna vacunación en estos años. Ha tenido varias sinusitis que empiezan con sensación de cuerpo extraño en la garganta y luego evoluciona a una sinusitis con moco retronasal amarillo. Le afectan mucho los cambios de tiempo y siempre nota algo con ellos. En lo sexual sigue notando una disminución del deseo que le dificulta la relación con su marido.



En el aspecto personal me cuenta que está trabajando en el servicio de psiquiatría. En general está bien pero tirando por la vida con mucho esfuerzo. A veces se siente cansada, no se siente satisfecha con su marido. Se descubre internamente con una especie de frialdad, como poniendo distancia por dentro, dice que le cuesta conectarse con la ternura. No está apática sino cansada. Miedo a perder el control, es una mezcla de miedo e inseguridad. Miedo a que se vaya de las manos algo en lo que siempre creyó que es la familia. Le afecta ver el sufrimiento de los demás y le asusta ver sufrir a la gente. Dice que siempre ejerció de niña buena y la rebeldía la proyectó hacia sí misma. A veces llora. Me siento perdida, no tengo angustia pero me siento sola y no me gusta estar sola. La rabia no la contengo, la expulso tal como viene, puedo ser irritable si me engancho emocionalmente con algo que considero un principio o si me llevan la contraria.



Repertorizo los siguientes síntomas: agravación por frío y enfriarse, al mojarse, abandono, irritabilidad antes de la menstruación, no tolera la contradicción, falta de confianza en sí mismo, descontento, frialdad en la espalda, deseo de dulces, ausencia de sed, micción frecuente a la noche, secreción en coanas posteriores, catarro postnatal, inflamación de riñones y deseo sexual disminuido.



Le cubre todos los síntomas Sepia y Phosphorus y detrás Natrum Muriaticum, Lycopodium, Sulphur, Lachesis y Pulsatilla.



Le hago varias repertorizaciones valorando los síntomas por agrupaciones miasmáticas y se perfila la Sepia como medicamento predominante. Puesto que es un medicamento que ella ya ha tomado anteriormente la indico en potencias 15, 18, 24 y 30 LM de forma alterna, diez tomas de cada potencia sin descansos intermedios. A los dos meses me llama porque tiene una agudización y le repertorizo: calor febril intenso, transpiración después de fiebre, escalofríos agitantes, escalofríos agitantes con calor febril, frialdad de pie durante la fiebre, frialdad de manos durante la fiebre, dolor de cabeza con calor febril, boca seca sin sed, dolor de riñones y acostado sobre el lado doloroso mejora. Es la repertorización de un cuadro agudo y lo cubre todo Pulsatilla, detrás aparecen Árnica, Belladona, Bryonia y Nux Vómica. Le indico Pulsatilla a la 6 LM en dos tomas diarias y si hay fiebre repitiendo las tomas con mayor frecuencia. La paciente me llama por teléfono a los dos días y me dice que la fiebre ha desaparecido, el dolor ha empezado a remitir. Le dieron antibiótico que no tomó y sólo está tomando un antiinflamatorio para el dolor. El cultivo ha dado positivo. Dice que el cuadro se le desencadenó por agotamiento después de una mudanza y una serie de disgustos familiares, como siempre empezó con polaquiuria. Tomó Berberis por su cuenta pero no le frenó el cuadro. Tiene mal aliento a las mañanas (síntoma que ya había tenido cuando se trató en la primera ocasión). El resto de los síntomas estaban más o menos como al principio. En ese momento hago otra repertorización aquilatando más los síntomas: abandono, falta de confianza, ansiedad por su salud, deseo de dulces y de chocolate, ausencia de sed, inflamación de riñones, micción frecuente y frialdad de espalda incluyendo escalofrío. El medicamento que cubre toda la sintomatología es Pulsatilla y detrás Sepia, Kali Carbonicum, Phosphorus y Argentum Nitricum.



Es importante señalar que el carácter de esta paciente no encajaba para nada en el perfil o la imagen estereotipada que podemos tener de Pulsatilla. Rosa es una mujer con mucho carácter, peleona, reivindicativa, con una forma de expresión fuerte, poco dada al llanto y la queja.



Ante los resultados de la repertorización y la respuesta en el cuadro agudo le indico Pulsatilla 12, 15, 18, 24 y 30 LM en dosis diaria. Empiezo por una potencia más baja de lo que suelo hacer habitualmente porque estamos ante un caso en el que hay un componente lesional importante. En la primera revisión me cuenta que había notado urgencia para orinar y entonces se hizo un cultivo que salió positivo pero no tomó antibióticos. Dice que se siente mejor, con más energía, se cansa menos. Nota alguna molestia en la vagina, prurito sin flujo que no relaciona con nada. De ánimo está fluctuante aunque se siente bastante equilibrada. Se siente como más segura de su vitalidad que últimamente le preocupaba mucho porque se sentía enferma y vulnerable. Sigue el mal aliento a las mañanas. Ahora hace un año que no tiene regla y los sofocos le han mejorado al tomar isoflavonas. Le indico las siguientes potencias hasta la 42 LM de forma diaria. En la siguiente revisión cuenta que tiene sensación de cuerpo extraño en la garganta, una sensación antigua que ya había tenido en otras ocasiones cuando terminaba teniendo una sinusitis. Nota que tiene más flemas. A veces siente urgencia para orinar que lo relaciona con el frío. En la revisión ginecológica le han dicho que tiene una infección vaginal y le han dado antibióticos de aplicación tópica. De vitalidad está bien, duerme bien y de ánimo bien. Le indico hasta la 51 LM en dosis diaria. En la revisión cuenta que si hace esfuerzos le duele la cabeza, sigue la urgencia para orinar aunque no es tan frecuente. Ha empezado con una leucorrea amarillo-verdosa, de escasa cantidad pero diaria. El último urinocultivo que hizo cuando tenía la urgencia para orinar fue negativo. De vitalidad sigue mejor, se cansa menos. De ánimo está bien. No tiene la sensación de cuerpo extraño en la garganta. Despierta a orinar una vez en la noche. Continúa tomando Pulsatilla hasta la 66 LM y en la misma dosis.



En la siguiente revisión cuenta que nota como una pequeña reacción al empezar la dilución. En la última tuvo una inflamación de los ganglios cervicales y también ha notado alguna jaqueca. Observa que si está estresada tiene más urgencia para orinar pero el urinocultivo es negativo. Desapareció la leucorrea pero ahora tiene prurito. De vitalidad está bien y de ánimo bien.



Al presentar la paciente una cierta reacción a la toma del medicamento es conveniente disminuir la cantidad que está tomando y observar la respuesta. Le indico entonces las potencias 69, 72 y 75 LM en dosis diaria pero diluyendo una gota en 10 cucharadas de agua y tomando de ahí sólo una cucharilla.



En estas últimas revisiones voy objetivando un retorno de síntomas en las jaquecas, la inflamación de ganglios cervicales que había tenido durante la primera fase de tratamiento, la leucorrea y los trastornos vaginales.



En la siguiente revisión me dice que tuvo una gripe para la que tomó por su cuenta la Pulsatilla 6 LM y evolucionó bien. Se hizo un cultivo del exudado vaginal y dice que sigue con el “bicho” pero tiene menos picor con las últimas potencias. Sigue teniendo miedo a tener una pielonefritis a pesar de que pasó un año desde la última. No siente urgencia para orinar. No hay sensación de cuerpo extraño en la garganta. De vitalidad está bien. No tiene tampoco dolores de cabeza al tomar el medicamento más diluido. De ánimo está estable, más sosegada por dentro, con menos irritabilidad. Tiene mal aliento a las mañanas y le han salido orzuelos que hace años que no tenía. Le indico las potencias 78, 81 y 84 de la misma forma.



Dice que cuando cambia la dilución nota que le mejora el exudado vaginal pero al final de cada toma aparece de nuevo y se vuelve más purulento. No tiene molestias. Ningún síntoma de la orina. No tiene tanta urgencia. De vitalidad bien, de ánimo bien y todo lo demás bien. Le indico las siguientes potencias en tomas alternas y en la revisión siguiente dice que no se le ha quitado el exudado vaginal pero está mejor, ya no es tan purulento al final de cada potencia. De vez en cuando algún dolor de cabeza por esfuerzo. Ningún otro síntoma. Seguimos con la 99, 102 y 105 en días alternos. En la siguiente revisión me dice que ha tenido un cuadro de afonía, sin tos ni secreción pero con alguna flema retronasal que hacía dos años que no le pasaba. En general está muy bien. Ya no se levanta por la noche a orinar. Duerme bien, de vitalidad está bien, incluso nota que le está desapareciendo un dolor de espalda que solía tener a las mañanas. Está todo bien y le mando que haga algunos días de descanso en los cambios de potencia. Cuando vuelve a la revisión dice que nota más dolor de cabeza cuando está tomando la potencia que en el descanso. Me había llamado por teléfono para contármelo y le había dicho que dejara la medicación hasta la consulta. Habían pasado unos quince días y le mejoró el dolor de cabeza pero notaba que la micción era más frecuente y le empezaba algo de flujo vaginal. Entonces le digo que eche una gota en 10 cucharadas de agua, de ahí que extraiga una gota a otra cucharada de agua y que tome esta mezcla, que lo tome cada tres días y que me llame. Después de hacer unas tomas así, me cuenta que se levanta a orinar todas las noches, algo que ya no le ocurría, pero ya no tiene el flujo vaginal, está bien de vitalidad y de ánimo, el urinocultivo es negativo y apareció la sensación de cuerpo extraño en garganta. Le indico sólo las potencias 111 y 114 en doble dilución, cada 3 días, sólo 5 tomas y con descansos de 15 días. Me dice que disminuyó el dolor de cabeza, no tiene molestias al orinar, menos flujo vaginal, no sensación de cuerpo extraño, sigue el mal aliento y todo lo demás está bien. En este momento le paso a dosis única cada 20 días y cuando la veo después de tomar la 129 LM me dice que está todo bien, ningún síntoma de la orina, no tiene flujo, de la espalda está bien como nunca en los últimos años, de ánimo y vitalidad bien, duerme bien y sólo tiene algo de picor vaginal. Le indico hasta la 138 en dosis única. Sigue todo normal y después de tomar la 147 LM hace una agravación: aparece el exudado, prurito en vagina, tuvo una migraña, le salieron orzuelos, una erupción en la flexión de un brazo que recuerda haber tenido cuando era adolescente, ha tenido algún dolor de cabeza, mal aliento y moco retronasal. En ese momento le retiro la medicación y le hago tres revisiones más sin tomar nada en las que la paciente me cuenta que va mejorando de todo y van desapareciendo todos los síntomas. Le doy el alta este año en septiembre y en la última revisión dice que está muy bien. Ningún dolor de cabeza. No tiene mal aliento. Se le fueron los picores y el flujo vaginal. De la orina está bien. Se siente bien de ánimo, con humor y ganas de hacer cosas, más motivada para todo lo que hace, más cercana con la gente en general y con su marido en particular. Duerme bien. Dice al final ella misma que por primera vez en mucho tiempo “se siente sana”.



Esta historia tiene el interés de comprobar la aplicación del medicamento en los primeros tiempos en los que no conocía su técnica de aplicación y en los que el temor a las agravaciones con la LM me llevaban a indicarlo con una lentitud extrema. La primera vez que recibe el alta, esta paciente no está curada, tal como se pudo comprobar por la evolución en los años siguientes. No hubo un proceso de curación con retorno de síntomas antiguos, el silencio sintomático no es una verdadera curación. Cuando la paciente vuelve a consulta años más tarde, con un problema tan serio para el que había recibido tratamiento de homotoxicología y de homeopatía durante varios años, sin ningún tipo de resultado favorable, hay varias cosas a tener en cuenta: por un lado la necesidad de valorar la enfermedad crónica activa, sin mezclar todos los síntomas en una sola repertorización que puede llevar a confusión en la elección del medicamento, por otro lado que aparece una agudización del cuadro crónico que clarifica el remedio que necesita la paciente. La paciente toma el medicamento en LM con una sistemática de indicación de potencia y dosis totalmente diferente a la primera vez. Toma el medicamento con una mayor frecuencia y mayor cantidad al inicio que se va ajustando a la evolución que experimenta a lo largo del tratamiento. Durante estos tres años no sólo hay una mejoría general, sino que van apareciendo en diferentes ocasiones síntomas de retorno que obligan a introducir cambios en la dosis del medicamento. Al final la paciente tiene una agravación de síntomas que obliga a suspender el tratamiento y durante los meses siguientes, experimenta una mejoría progresiva con la desaparición total de todos los síntomas de la agravación final al punto de que dice sentirse curada en todos los sentidos.



Como conclusión de esta historia quiero destacar algo importante. Esta escala LM es la última aportación de Hahnemann al método homeopático, que le acercó al objetivo de curar de forma suave, permanente y duradera. Si bien, este valioso hallazgo es poco conocido en el mundo homeopático ya que aparece en la sexta edición del Órganon que no vio la luz hasta 1921 y no fue aplicado a la práctica hasta 1957, siendo en la actualidad muy pocos los médicos que podemos avalar el uso de esta escala a con más de 20 años de experiencia. De este hecho histórico hay dos conclusiones importantes:



- La tradición homeopática y el saber que se ha transmitido está basado en el uso de las CH, es decir, en la quinta edición del Órganon.



- El “fantasma de las agravaciones” que pesa sobre el uso de esta escala está basado en el desconocimiento y el uso incorrecto de la misma.



El uso de las potencias LM ofrece tal número de posibilidades de aplicación que exige del médico homeópata la necesidad de tener que manejar la teoría y la técnica homeopática de manera cabal, para no incurrir en una aplicación incorrecta, de la que sí pueden derivarse agravaciones innecesarias.



La homeopatía es un método y también es un arte. En cuanto método posee una teoría y una técnica, en cuanto arte implica un conocimiento adecuado de ambos aspectos que se ajustan a cada caso individual.



Para finalizar quiero resaltar algunas ventajas que tiene la aplicación de las potencias LM:



1- El uso de esta escala permite adecuar a cada paciente la potencia justa y la dosis correcta, tanto en cuanto a la frecuencia como en cuanto a la cantidad. La escala LM ofrece una mayor amplitud de aplicación del remedio ya que puede adaptarse a cada paciente y a cada situación, tanto sea un cuadro agudo como crónico.



2- La LM admite una variabilidad de la dosis que también facilita la adaptación a cada caso: dosis única o diluida, a diario o alterna. De este modo podemos buscar para cada paciente la dosis mínima que puede actuar sobre su fuerza vital poniendo en marcha un proceso de curación suave, permanente y duradera.



3- Con la LM se puede acelerar la curación, conociendo en cada paciente los parámetros que han de tenerse en cuanta para iniciar el tratamiento con una u otra potencia o en una u otra dosis, para que haya una mejoría en un plazo más corto y sin agravaciones innecesarias.



4- Indicando potencias LM podemos valorar en la respuesta del paciente, si el medicamento es o no el adecuado, ya que no se pueden subir las potencias durante mucho tiempo si no hay cambio en los síntomas.














miércoles, 25 de mayo de 2011

La homeopatía trata el SIDA

Sábado, 21 de mayo 2011 por: Madeleine Inocencio

Parece que nadie sabe realmente qué es el SIDA.¿Es un síndrome?¿Es una enfermedad crónica?¿Tal vez se trata de un recuento de células T, o una categoría, incluso una definición política?¿Importa?El nombre de cualquier problema de salud sólo es útil para la profesión médica. Para los homeópatas, una forma especializada de atención de la salud natural, es de poca utilidad. El tratamiento homeopático de cualquier problema, incluyendo el SIDA, se basa casi exclusivamente en los síntomas individuales y personales del paciente.

Ciertamente, ahora se reconoce que en el SIDA los pacientes tienen una baja respuesta inmune. Pero esto es una epidemia creciente por sí misma hoy en día. La falta de una sana respuesta inmune se está volviendo más y más normal.

La mayoría las personas son conscientes de la importancia de una buena nutrición para mantener un cuerpo sano y libre de la enfermedad. Pero el tratamiento homeopático puede trascender incluso esta. Pocas consultas homeopáticas se centran en la dieta del paciente. En su lugar, se centran en encontrar el adecuado remedio para una correcta curación. Una vez que el problema mejora, el paciente ya está encaminado al consumo de más alimentos saludables, siendo esta la natural consecuencia que ha provocado su medicamento homeopático. Esto sucede porque el tratamiento homeopático aumenta las posibilidades de defensa del sistema inmunológico. Ayuda al organismo a trabajar como debería, y así la salud se robustece.

El SIDA hace estragos en África. Así es el hambre y la inanición. Pero, en todo caso, el tratamiento homeopático de los africanos con SIDA, o con cualquier cambio degenerativo provocado por otras enfermedades, es más rápido, más dinámico y más profundo que el que tiene en los individuos que habitan en las zonas más ricas del mundo.

Tal vez esto se debe a que los africanos están más cerca de la energía natural de la vida. Tal vez es porque han sufrido un trato menos represivo a través de generaciones. Pero con la inmensa pobreza y la falta de alimentos, asi como con los alimentos mucho menos nutritivos, uno puede pensar que esto sería más que suficiente para negar estas razones. Sin embargo, no lo es.

Si nadie sabe lo que el SIDA es, entonces se (médico) considera que no tienen cura. Parece que no es suficiente con que los síntomas desaparezcan, la persona come y gana peso, el recuento de CD4, el criterio médico para medir el progreso del SIDA, aumenta. Aun cuando la prueba de carga viral se vuelve negativa, a menudo se considera que el virus no hace más que ocultarse.

La realidad para el paciente con SIDA, que está menos preocupado por la interpretación de las pruebas médicas y que se preocupa más por si él o ella puede funcionar y trabajar para mantener a la familia con vida, es quizá de la mayor importancia. El hecho es que golpeados por la pobreza, la desnutrición de los africanos con SIDA están mejorando muy rápidamente (días en muchos casos) con el tratamiento homeopático adecuado.

La homeopatía es la medicina perfecta de la naturaleza.

Homeopatía para el envenenamiento por radiación


Introducción:
Un homeópata con el nombre de Emil Grubbe, MD (1875-1960) fue la primera persona en usar radiación para tratar a una persona con cáncer (Dearborn, 2005).

En enero de 1896, Grubbe era un estudiante en el Colegio Médico Hahnemann (de Chicago, una famosa escuela de medicina homeopática). Le dio un tratamiento de radiación a la señora Rose Lee, una mujer con cáncer de mama.

Grubbe tuvo la idea de usar la radiación como tratamiento para el cáncer de mama de Lee de Rubén Ludlam, MD, profesor de la escuela de medicina homeopática. Ludlam Grubbe sabía que había experimentado previamente con la radiografía como procedimiento diagnóstico tanto que él desarrolló las ampollas y tumores en la mano y el cuello como resultado de la sobreexposición a esta nueva tecnología.

Porque una de las premisas básicas de la medicina homeopática es que pequeñas dosis de un tratamiento puede ayudar a curar los síntomas que grandes dosis son conocidos por causar, Ludlam Grubbe sugiere que la radiación puede ser un tratamiento para enfermedades como tumores, ya que también les causa .

Este incidente no es sino un ejemplo más de la historia en la que una visión desde la perspectiva homeopática ha proporcionado un importante avance en el tratamiento médico.

A pesar de que Grubbe tenía que tener una mano amputada primeros años de vida debido a la alta exposición recibió desde sus primeras experiencias con la radiación, que en última instancia, vivió una vida larga y plena de 85 años, en parte debido al tratamiento homeopático que recibió a lo largo de su vida. Grubbe también tuvo una larga y distinguida carrera como profesor de electro-terapias y la radiografía en Hahnemann Medical College, y se cree que se han convertido en el primer profesor de Roentgenology en el mundo (Hodges, 1964).

Fiel a sus intereses en la transmisión de sus descubrimientos a todos los médicos, el Dr. Grubbe sirvió como profesor en diferentes escuelas de Chicago cuatro médicos, incluyendo ecléctica homeopáticos, y las escuelas de medicina alopática.

Grubbe contribución a la medicina y la ciencia se vio reforzada por el hecho de que él fue el primero en el uso del plomo como protección contra la exposición a la radiación.

El punto de esta introducción es para confirmar que los homeópatas tienen una larga historia de uso de medicamentos homeopáticos en el tratamiento de las personas que han estado expuestos a la radiación ... incluyendo a muchas personas, tales como Emil Grubbe que estuvieron expuestos a cantidades significativas de radiación y vivió una vida larga y fructífera.

En estas palabras de apertura, también quiero que nos instan a todos a evitar la propagación de miedo dentro de nosotros mismos ya los demás. Aunque es bueno estar preparado para posibles desastres, es importante para evitar exacerbar estas emociones por sobrealimentación ellos.

Con los medios de comunicación-se refiere a promover la radiación sobre la deriva de Japón y los temores reales y exageradas que muchas personas están experimentando ahora, el primer medicamento homeopático que la gente de hoy puede considerar la adopción es 30C Arsenicum álbum. Arsenicum album es un medicamento homeopático líder para la ansiedad y el miedo, sobre todo en torno a temas de salud y cerca de ser envenenado. Tomar una dosis única cada vez que uno se da cuenta estos estados emocionales fuertes es razonable, pero tenga en cuenta el uso repetido si se lo recomienda a hacerlo por un homeópata profesional.

jueves, 19 de mayo de 2011

Extraordinarymedicine

Me llega la información de una página web en Australia que quiero dar a conocer, se trata de http://www.extraordinarymedicine.org/ allí nos hablan de ciertos “dirigismos” y grupos de presión contra la Homeopatía, además relata y resalta hechos de interés y gran trascendencia, desde aquí nuestro apoyo a proyectos de esta índole. Rescato este extracto: “Hay una serie de grupos con interés económico para la desacreditación de la homeopatía y la difusión de información falsa al respecto. Este sitio web fue creado para asegurar que los consumidores conozcan la verdad basada en los hechos acerca de la homeopatía.”

martes, 17 de mayo de 2011

LAS POSIBILIDADES IMPROBABLES.

UNA NUEVA TEORÍA ACERCA DE LAS ‘DILUCIONES HOMEOPÁTICAS’

Dr. Gabriel Hernán Gebauer.
POST SCRIPTUM. Tomado de Homeoint.org (pinchar enlace para ver artículo completo).

Lo conocido es sólo una pequeña parte de lo que existe. Luego, lo desconocido, que es el campo de las posibilidades improbables, constituye la mayor parte de la realidad. Lo que esto quiere decir exactamente es que todas aquellas posibilidades que son improbables, y que son sin embargo tan reales como aquellas otras que consideramos como probables (aunque no estemos en condiciones de asegurar su realidad), constituyen la parte fundamental de la estructura del universo.

Lo conocido es lo conocido por el ser humano. Está inextricablemente unido a la conducta humana. Por tanto, lo desconocido es aquella parte de la realidad que el ser humano no puede predecir porque está más allá de lo conocido por él.

Empecemos con algunos conceptos básicos. Para entender qué es una posibilidad improbable, debemos entender primero qué es una posibilidad. Una vez entendido qué es posibilidad, tendremos que distinguir entre posibilidad probable y posibilidad improbable.

El concepto de posibilidad es un concepto negativo, pues se refiere a todas aquellas proposiciones que no contradicen el cuerpo de conocimientos reconocido, es decir, el cuerpo de conocimientos que el ser humano ha recogido y acumulado hasta ahora. Pero con decir que una determinada proposición es posible, nada se implica acerca de su verdad o, más bien, su condición de verdad queda abierta.

El concepto de posibilidad probable –o simplemente lo probable–, por su parte, deriva del mismo cuerpo de conocimientos ya adquiridos. Lo probable es siempre y solamente lo conocido, y por tanto cambia en función del avance del conocimiento. Pero lo probable es también lo que se considera como verdadero, al menos hasta nuevo aviso. Pero aquí hay un problema.

Roger Scruton en Filosofía Moderna, escribe: "Aristóteles analiza la afirmación: ‘Mañana habrá un combate naval’. ¿Esta afirmación tiene un valor-de-verdad ahora? Si lo tiene, debería ser el mismo valor-de-verdad que tiene el afirmar mañana que hay un combate naval hoy día. Si mañana es verdad que hay un combate naval, hoy es verdad que habrá un combate naval. Si las afirmaciones sobre el futuro son verdaderas, son verdaderas ahora."

Sin embargo, las afirmaciones sobre el futuro no tienen ningún valor-de-verdad y por una razón radical: porque el futuro no existe, porque el futuro es una creación del pensamiento a base del conocimiento acumulado en la memoria. En realidad, con la palabra "futuro" estamos haciendo referencia al campo de lo desconocido, y, por tanto, estamos hablando de las posibilidades improbables.

Por otra parte, no todo lo posible es probable. De manera que si eliminamos todo aquello que es imposible y hacemos lo mismo con lo probable, ¿qué nos queda? Sólo nos quedan las posibilidades improbables, que constituyen el campo de lo desconocido. Por tanto, el concepto de posibilidad improbable es también un concepto negativo:

Posibilidad improbable no significa "posibilidad poco probable" sino la negación de lo probable, es decir, significa "posibilidad no-probable".

La posibilidad improbable, como veremos, es un concepto que encierra la idea de Información, pero la peculiar idea de una Información que, estando hasta ahora latente, tiene la capacidad de hacerse activa en cualquier momento.

En contraste, la posibilidad probable se asocia a la idea de una Información inactiva, de una Información ya manifestada y acumulada en el cerebro humano como conocimiento; vale decir, de una Información latente en el particular sentido de estar pasiva, o sea, que por estar separada temporalmente de su ejecución, requiere de energía extra para volver a expresarse. (Véase más abajo Porqué es necesario el concepto de Información, donde se explica con más detalle estas diferencias).

En otras palabras, el adjetivo "latente" se aplica a la Información con dos matices diferentes, que son los siguientes: En un sentido de estar latente pero con su poder ejecutivo intacto, vale decir, con su capacidad de modificar a su receptor (humano o no) de una forma determinada. Según nuestra opinión, este es el concepto de Información que verdaderamente conviene a su esencia.

Y en el sentido, propiamente humano, de estar latente pasivamente, que es el sentido con el cual habitualmente se emplea el concepto de información, "información" ahora con minúsculas ya que no se refiere exactamente al concepto de Información que estamos dilucidando.

La palabra "información" se usa precisamente en este sentido cuando se habla de "cantidad de información", pues la cuantificación es una operación que realiza el ser humano sobre objetos o eventos conocidos por él. La cantidad de información, por ejemplo, de una cierta macromolécula sería imposible de medir sin conocer su estructura.

Como es evidente, el concepto de cantidad de información no puede ser aplicado a la Información, con mayúsculas, hasta cuando es ya conocida y pasa, por tanto, a formar parte del cuerpo de conocimientos. Mientras sea meramente una posibilidad improbable nada sabemos de ella, pero en el momento mismo en que se expresa ya es posible cuantificarla. En consecuencia, sólo al hacerse activa para nosotros los seres humanos, la Información nos aparece como siendo una determinada cantidad de información.

Ahora bien, lo conocido es lo probable (y viceversa). Sin embargo, una posibilidad probable siempre se refiere a un acontecimiento considerado aisladamente de su contexto, lo cual representa en los hechos una idealización. En la realidad propiamente tal, todo acontecimiento se presenta inseparablemente unido a su contexto, por lo cual abstraído de él su predicción será siempre en algún grado inexacta.

De modo que solamente las predicciones que son lo suficientemente gruesas pueden aspirar a una cierta mayor precisión. Mas, en la misma medida en que a una predicción se le exige una mayor finura de detalles (o complejidad), su precisión decae hasta alcanzar rápidamente niveles de error bastante groseros, tornándose finalmente incierta.

Utilizando un lenguaje causal, podemos analizar la influencia del contexto sobre el acontecimiento que sea el caso, para de esa manera poder explicar la dificultad que sobre la predicción provoca dicha abstracción.

Buscando John Stuart Mill una definición científica de causa, la definió como condición suficiente:
Por ejemplo, la combustión tiene como condiciones: (a) que haya un material combustible, (b) que exista la temperatura adecuada, y (c) que esté presente el oxígeno. Cualquiera de estas condiciones que faltara, haría imposible la combustión; se trata de condiciones necesarias. Ahora bien, la presencia de todas ellas juntas constituye una condición suficiente; luego, sería la causa.

Sin embargo, estamos hablando de un caso excepcionalmente simple, pues en la mayor parte de los acontecimientos interesantes se requiere de miles de condiciones necesarias para que el acontecimiento se produzca.

La causa, para J. S. Mill, es la suma total de las condiciones (tanto positivas como negativas) que, si se cumplen, determinan el acontecimiento que denominamos "su efecto". Pero aun en un ejemplo tan sencillo como el de la combustión, sería posible argumentar que, si bien es cierto que en la mayor parte de los casos esta conjunción de tres condiciones necesarias bastaría para provocar el efecto (la combustión), habrá casos sin embargo en los cuales intervendrá alguna otra condición impidiendo tal efecto.

Podría ser que el material combustible, digamos madera, esté mojado por la lluvia; por tanto, no habrá combustión. Antes de que el ser humano aprendiera que la humedad del material combustible puede impedir la combustión, se encontró con esta circunstancia que constituyó el caso de una, hasta ese momento, posibilidad improbable. Una posibilidad improbable será siempre la circunstancia con la cual no contamos porque no la conocemos y que, una vez conocida, recién podremos tomarla en consideración para el futuro (en los términos ahora de una posibilidad probable).

La conjunción de material combustible, temperatura adecuada y presencia de oxígeno será condición suficiente –y, por tanto, causa– de la combustión en la inmensa mayoría de los casos. Es a lo que llamaríamos una posibilidad probable.

Pero, para considerarla así, es necesario recortar esas condiciones del contexto en el cual se manifiesta el acontecimiento combustión. En la vida diaria actuamos de esa manera, aislamos habitualmente una condición como si fuera la causa y dejamos de lado todas las demás. Decimos que arrojar una cerilla encendida al cesto de papeles es la causa del fuego, aunque la presencia de oxígeno en la atmósfera y la presencia de papeles en el cesto sean otras condiciones necesarias que también deberíamos mencionar y que habitualmente no lo hacemos.

La suma total de las condiciones, de las cuales nos habla J. S. Mill, algunas de las cuales son desconocidas –lo que las convierte en posibilidades improbables–, constituye el contexto en el cual surge el acontecimiento bajo examen. De manera que sólo podemos hablar de "posibilidad probable" si aislamos una determinada condición (o una conjunción limitada de ellas) del resto del contexto. En otras palabras, la posibilidad probable es sólo una abstracción.

Por otra parte, el ser humano solamente puede enfrentarse a la realidad desde lo conocido, y por tanto la realidad de lo que está por suceder, que es lo desconocido para él, está en el campo de las posibilidades improbables.

No decimos que es meramente el campo de las puras posibilidades porque "lo posible" es todo aquello que sabemos puede suceder –o creemos que sabemos ya que nadie podría asegurarnos que sabemos exactamente todo lo que puede o no suceder–, pero tal saber está fundado en todo caso en lo conocido.

Es decir, sólo podemos pensar en las posibilidades basándonos en el conocimiento adquirido. Solamente si llegáramos a pensar en una posibilidad no conocida, entonces (en tal hipótesis) sería en una posibilidad improbable.

Por cierto, la realidad de lo que está por suceder no es tampoco el campo de lo probable porque "lo probable" es siempre lo conocido. "Lo probable" es todo aquello de lo cual ya sabemos y que hemos llegado a saber por la frecuencia relativa con la cual se ha presentado en el pasado; y además idealizado, al ser abstraído de su contexto. Aquello otro que no se ha presentado nunca en el pasado, y sobre lo cual nada sabemos, constituye el campo de las posibilidades improbables. La "improbabilidad" es, así, sinónimo de"no registrado", o sea, de "no conocido".

El punto de referencia para medir la improbabilidad, entonces, es la experiencia humana colectiva almacenada como conocimiento humano. Y en la medida que el conocimiento humano aumenta, varía con ello el discernimiento entre lo considerado probable y aquello otro considerado improbable. Lo que en este momento estaríamos dispuestos a considerar como improbable –en el sentido de no-probable: contradictorio con lo conocido–, el día de mañana podría ser considerado como probable. La historia de la Ciencia nos provee variados ejemplos de tal situación. Que el ser humano pudiera volar como los pájaros no era más que un sueño para los antiguos.

Pero por mucho que se ensanche el conocimiento, lo desconocido –que es lo improbable– seguirá estando más allá de lo conocido. En pocas palabras, es claro que el concepto de posibilidad improbable está referido exclusivamente al comportamiento humano.

Si no hubiera existido un animal –el animal humano– capaz de almacenar conocimiento y pensar a partir de él, la expresión "posibilidad improbable" habría carecido de sentido (y consecuentemente la de "posibilidad probable"). Pero el hecho es que ese animal existe y, por tanto, el concepto también. Sin embargo, no debe omitirse del análisis su origen humano. Es solamente porque el ser humano puede pensar en lo probable, que lo improbable se convierte en pensable. Mas es pensable únicamente en términos negativos.

De lo anterior se deduce que el campo total de la realidad –en el cual viven los animales, incluido el animal humano, los vegetales, los seres microscópicos, y todos los entes que llamamos "inertes"–, siendo de preferencia el campo de las posibilidades improbables, al ser observado desde un punto de vista exclusivamente humano, sufre la división entre lo conocido (o lo probable) y lo desconocido (o lo improbable).

La realidad es, ya lo hemos dicho, mayoritariamente el campo de las posibilidades improbables. Los acontecimientos conocidos, es decir, las manifestaciones concretas de las posibilidades improbables –ya que antes de ser conocidos por el ser humano, eran sólo posibilidades improbables (y como tales impredecibles) –, constituyen una parte menor de la realidad. Lo desconocido por el ser humano desborda infinitamente lo conocido; por tanto, lo previsible es infinitamente menos importante que el campo de lo imprevisible, el campo de las posibilidades improbables.

Es imprescindible hacer ahora una distinción teórica entre la posibilidad improbable en tanto tal –vale decir, en cuanto mera posibilidad– y el acontecimiento que calificamos de esa forma una vez producido, o sea, como un acontecimiento improbable. La posibilidad improbable existe independientemente si se realiza o no, y cuando se realiza se percibe por parte del ser humano como un acontecimiento improbable.

De esa manera, la realización frustrada de un determinado acontecimiento –por causa, probablemente, de la existencia de otros acontecimientos que lo imposibilitan–, no le resta existencia a la posibilidad improbable que contiene en potencia a dicho acontecimiento. Es decir, la posibilidad improbable sigue existiendo como tal, tanto es así que llegará a manifestarse en algún otro momento si lo determinan las circunstancias.

Ahora bien, para que un acontecimiento cualquiera pueda darse en el mundo, se requiere de una conjunción de diversas circunstancias que no pueden ser diferentes a como de hecho lo son en cada caso concreto. Esta necesidad de que esa conjunción específica de circunstancias sea tal cual es y ninguna otra, implica la existencia de un orden que especifica el tipo de acontecimiento. Si el orden fuera diferente, el acontecimiento necesariamente también lo sería.

Por tanto, todo acontecimiento expresa un orden y ese orden específico de cada acontecimiento, cuando ese acontecimiento todavía no se ha realizado, constituye su posibilidad improbable. La posibilidad improbable, entonces, se refiere a un orden potencial. El orden es anterior al acontecimiento tanto en un sentido ontológico como cronológico.

Se podría decir igualmente que la posibilidad improbable, en cuanto germen de un cierto acontecimiento, es la disposición presente en todo sistema –cualquiera sea su naturaleza: física, química, biológica o psicológica–, a actuar de una manera determinada, o según cierto orden, en presencia de las circunstancias adecuadas a su manifestación. Es justamente a esta disposición a actuar a la que denominamos "Información".

Debemos entender, entonces, cada posibilidad improbable como una disposición a actuar según cierto orden (o sea, como una Información); en consecuencia, como una disposición a realizar una acción específica, pero de la cual los seres humanos sólo nos enteramos como siendo un cierto acontecimiento determinado en el momento en que dicho acontecimiento realmente se produce.

Mas es muy importante comprender que la disposición a actuar, escondida como posibilidad improbable, no es menos real que el acontecimiento mismo. En suma, la disposición a actuar es aquella energía potencial a la cual llamamos "Información".