lunes, 25 de mayo de 2009

Historia de las concepciones patogénicas I.

Historia de las concepciones patogénicas
Infecciosas de Hahnemann
Basado en un texto del Dr. P. PINET (París), por el Dr. Francisco Javier Ramos Alija.

Lo que comenzó simplemente como una traducción de un artículo del Dr. P. Pinet, bajo la dirección del Dr. J. Baur, aparecido en “Cuadernos del grupo Hahnemanniano del Dr. P. Schmidt, nº 2, serie 29 de 1992 y titulado “Historia de las concepciones patogenéticas infecciosas de Hahnemann” me hizo cavilar al respecto y, formulándome con espíritu crítico ciertas preguntas, me llevó a indagar en la bibliografía que el Dr. Pinet, muy amablemente, puso a nuestro alcance. De ese primer acercamiento, sin ningún otro ánimo primario que reproducir al castellano lo allí vertido, me obligó en cierto modo, dada mi disposición, a trabajar el texto añadiendo de mi repertorio otras bibliografías que, desde mi humilde punto de vista, son parte esencial en el desarrollo de lo expuesto. De este modo, tenemos la fortuna actual de la reciente aparición de la traducción de la primera edición del Órganon al español lo que supone, en cierto modo, una gran ventaja sobre las investigaciones previas del Dr. Pinet, que se hicieron sobre una segunda edición en francés y comparada con una misma edición alemana. Este matiz, que puede parecer poco trascendente, es sin embargo de una valía extraordinaria y se da a conocer en el texto que sigue.
Además aparecen aportaciones en el “terreno miasmático”, aportaciones que no son propias y que pertenecen al Dr. Giampietro y a su escuela en España (a la que tengo el honor de pertenecer), la Academia de Homeopatía de Asturias. Son aportaciones de un mayúsculo interés, dado que ofrecen una perspectiva en algunos casos apartada, en otros olvidada, y la mayor parte de las veces, simplemente despreciada, en esencia por ser desconocida… Y de esto, ¡cuánto sabemos los médicos homeópatas!
Otras referencias se basan en textos, algunos no publicados, de mi maestro el Dr. Emilio Morales. Son partes y esencias de mi formación de las que no puedo ni me quiero “escaquear”, pues son parte de mí, y desde ahora de aquel o aquella, paciente lector o lectora, que quiera embeberse de lo aquí escrito.
Se utilizan textos alemanes por el Dr. Pinet, que no discuto, al contrario, tomo al pie de la letra, dado mi total desconocimiento de esa lengua.

El Dr. Pinet vuelve a trazar en este artículo, casi completamente, y a partir de los textos alemanes originales, la historia de las ideas de Hahnemann relativas a las enfermedades infecciosas. El sentido común no permitía en aquella época poner de manifiesto que estas enfermedades "infecciosas" fueran debidas a microorganismos contagiosos. Pero hay un conocimiento que precede al conocimiento del sentido común y Hahnemann anticipó la idea de que existían unos “animálculos” extremadamente pequeños y específicos al principio de las enfermedades "miasmáticas". Así se distinguió de todos los médicos contemporáneos y se reveló mucho más perspicaz que algunos sabios muy famosos y hasta muy posteriores . En el plano filosófico, abordaremos alguna de las debilidades del Dr. Hahnemann.



PRIMERA PARTE: de 1777 a 1794.

De 1777 a 1794: El veneno venéreo único transmitido por contagio - el Primer desarrollo de dos tesis constantes de Hahnemann: el carácter contagioso de las enfermedades epidémicas, y la inmunidad activa progresiva contra los agentes contagiosos u otras sustancias.

Estudiaremos las concepciones de la patogenia infecciosa de Hahnemann en orden cronológico porque es el más apto para poner en evidencia la evolución de sus ideas. Leímos casi todas las obras del fundador de la homeopatía y nos esforzamos por reencontrar los términos y los conceptos alemanes que utilizó. Para establecer el lugar que Hahnemann ocupa en la historia de los microbios, esencialmente nos basaremos en la obra de Penso, " La conquista del mundo invisible; parásitos y microbios a través de los siglos " (1ª ed. francesa revisada y aumentada 1981) (37), que contiene una masa notable y muy interesante de documentación. No adoptamos sin embargo las posiciones filosóficas del autor que, en el cierto momento, hace una profesión de fe positivista al invocar a Comte.

Si con Hume (1711-1776) y Kant (1724-1804) el positivismo es muy fuerte filosóficamente, reposa en una crítica aguda de la noción de causalidad, se vuelve mucho más discutible y hasta perjudicial en Comte y sus adeptos. Así es, como Comte y sus discípulos recusaron teorías científicas fecundas, como por ejemplo, el atomismo y la teoría celular, las calificaron con desprecio de metafísicas.

Nos parece completamente característico que Penso, a propósito de Fracastor, plantea la hipótesis que éste podía haber construido un microscopio y observado, gracias a él, “las pequeñas partículas” que le habrían dado, supone, la idea del origen de los contagios. ¡Como si fuera necesario ver, observar las cosas, para poder concebirlas y formarse la idea! Los primeros microscopios aparecieron hacia 1615 (según Taton (44)) pues posteriormente Fracastor, no podía haberse servido de un microscopio que, de todo modo, habría sido muy poco poderoso para revelar un germen cualquiera. ¡No! Fracastor solamente abstrajo la idea de partículas vivas, los “seminaria contagionis” de las observaciones epidemiológicas numerosas en su época.



1777

Recordemos que Nugent formuló perfectamente la idea de enfermedades específicas, a propósito de las enfermedades epidémicas, que casi atacan al mismo tiempo " gran número de personas de diferentes sexos, de constituciones, de maneras de vivir y de edades muy diferentes " y " que las coge totalmente precisamente en las mismas partes y de la misma manera, a pesar de la diferencia prodigiosa que debe encontrarse en varias consideraciones entre todas estas personas " (36). Esto se aplica, según él, a los venenos y a casi todos los demás agentes exteriores. Pues, probablemente, incluye allí, como Hahnemann, los agentes medicamentosos. Hahnemann repetirá la misma teoría restringiendo estas especies mórbidas (idénticas entre todos los individuos) las enfermedades epidémicas, las patogenesias, y las enfermedades crónicas.



1786

Los extractos que dan Ameke y Haehl del tratado sobre el arsénico de Hahnemann no nos aportan ninguna información sobre nuestro objeto de estudio. Observemos, a pesar de todo, que cita allí la obra maestra, del fundador de la epidemiología, del Fracastor: "de contagione y contagionis morbis y curatione". Pero no sabría decir si Hahnemann leyó la obra o se trata de una referencia de segunda mano.



1789

La " Instrucción para los cirujanos sobre las enfermedades venéreas " (7, 8) abastece el primer desarrollo de las ideas de Hahnemann sobre los venenos mórbidos, aquellos a los que presume contagiosos (reconocidos hoy como microorganismos). Así como ya lo dijimos (38), Hahnemann está influido por las ideas de Hunter. También, algunos matices acerca de sus ideas sobre los venenos contagiosos son idénticos a los de Hunter. Examinaremos los cinco puntos esenciales siguientes.


La doctrina del contagio

Hahnemann la adopta para todas las enfermedades venéreas. Sostiene que la blenorragia es contagiosa (§ 53, § 258), contagio que se efectúa en general a nivel de los órganos genitales (§ 258) después de un coito impuro (§ 260). Observemos, que invocando a J. Andrée, repite la noción de grado de un contagio. El contagio puede ser más ligero y los sujetos menos contaminados (§ 265).

La naturaleza del veneno venéreo

Vale más utilizar el término veneno porque Hahnemann emplea la palabra Gift que significa veneno y no virus (Virus en alemán). La palabra virus, a la cual recurren los traductores franceses e ingleses, tiene connotación moderna y un sentido preciso para nosotros, y el riesgo es pues prestarle a Hahnemann, falsa e insidiosamente, una representación que es extraña para él. Es un error grosero, pero clásico de “chapar” conceptos o términos modernos sobre representaciones más antiguas. Jamás desafiaremos bastante este peligro que pervierte fatalmente la interpretación de los textos.

En el primer parágrafo, Hahnemann comprueba la naturaleza oscura y enigmática del veneno venéreo. En el siguiente, dice que su carácter más exacto es crecer ilimitado en cuanto es comunicado con el cuerpo (sífilis constitucional) sin que las fuerzas vitales puedan impedirlo, a diferencia de la inmensa mayoría de otras enfermedades.

Apoyándose estrechamente en las búsquedas prácticas de Hunter y totalmente adoptando los resultados, afirma que los venenos de la gonorrea y del chancro son idénticos a pesar de la apariencia por muy diferentes que sean estas enfermedades (§ 7). Esto se basa en la experiencia de Hunter de que el poder de la blenorragia, puede engendrar un chancro y el de los chancros la blenorragia, el aspecto clínico variado depende sólo de la naturaleza de la superficie. A saber (§ 8):
- Una superficie secretante privada de epidermis produce la gonorrea,
- Una superficie recubierta con una epidermis engendra un chancro.

Esta experiencia célebre de Hunter nos inspira una reflexión epistemológica. En efecto, no podemos decir que Hunter, observó mal. Los hechos que observó eran verdad. Hasta no podemos decir que interpretó mal las observaciones. La sensibilidad lo engañó aquí. Es la homogeneidad aparente o la identidad del poder chancroso y blenorrágico quién lo indujo al error. Esto nos confirma en la idea, sostenida por Bachelard, que la " primera observación " a menudo representa un obstáculo epistemológico. La percepción o el conocimiento no interrogado finalmente, bloquea el progreso de la ciencia. Una respuesta absoluta a una cuestión es siempre un obstáculo epistemológico eliminando el interrogatorio.

Por cierto, Hunter había repetido la experiencia muchas veces pero, ¿dónde debía parar la experimentación?, no habría dejado de percibirse de que la experiencia a veces era suspendida. Pero es más bien el defecto de análisis conceptual, es decir la ausencia de una distinción entre ambos agentes infecciosos de ambas enfermedades contenidos en el poder de aspecto uniforme, lo que engañó a Hunter. Sus observaciones verdaderas no impedían otra interpretación posible. Vemos allí, un ejemplo de los límites de la observación y del papel complejo y aleatorio de las ideas preconcebidas en la interpretación de los fenómenos. Esto tiene un alcance general y podemos predecir que el conocimiento de otros objetos que componen nuestro mundo, un análisis más fino de la realidad, nos harán concebir el mundo y la realidad de otro modo al de hoy.

El veneno tiene propiedades específicas (§ 8). Es el mismo veneno que, al principio, ' va a producir la sífilis secundaria o constitucional penetrando en el organismo, pero, tan pronto como una porción del veneno penetra en el torrente circulatorio (tritt nur ein kleiner Theil ihrer Materle in den Kreislauf), cambia de naturaleza (§ 9, § 412) y no puede más que provocar la gonorrea y el chancro (§ 9). Hahnemann exactamente sigue allí todavía las ideas de Hunter.

En una nota de § 278, Hahnemann emplea la expresión de veneno latente (versteckte Gift) que deduce que el mercurio no actúa, sino que el veneno venéreo, es quién desarrolló su virulencia en plena luz, porque afirma que el mercurio jamás impide la aparición y el desarrollo de la sífilis constitucional sino que le cura o le atenúa cuando existe. Sin embargo, simultáneamente, discute esta noción de veneno latente sustentando que el veneno despliega toda su potencia tanto en el chancro idiopático como en la úlcera secundaria (de la enfermedad constitucional). Justifica esto, diciendo que el mercurio soluble, cuando desarrolló una fiebre mercurial (enfermedad general), está en mejores condiciones de curar un chancro (enfermedad local) que todo tratamiento externo. La idea subyacente, que también es de Hunter, es que una enfermedad general, en este caso la fiebre mercurial, puede curar o mejorar una enfermedad local.

En el § 47, también sostiene que el veneno de la gonorrea es activo desde el contagio.
Añadamos enseguida que la doctrina del contagio no es incompatible con el origen endógeno de la materia contagiosa. Así como la vimos, los venenos mórbidos virulentos son, para Hunter, unos venenos animales (es decir producidos por los animales) pero quienes se distinguen de venenos naturales animales en lo que suponen siempre una acción mórbida (endógena) del cuerpo. Diríamos hoy que, según Hunter, eran capaces de formarse espontáneamente, es decir no por una acción que es limpia de ellos. Vemos cómo la patología de Hunter, si está fundada sobre una aportación exógena de la materia contagiosa, esencialmente es una patología del terreno. Hahnemann adopta las mismas teorías.

Acabaremos por la cuestión debatida todavía recientemente (30, 31) de saber si, para Hahnemann, el veneno venéreo es material o inmaterial. Aunque, creo, que explícitamente no habla de veneno material, todo deja suponer que lo considera tal.
En el § 17, describe el derrame gonorreico como algo húmedo, semejante a agua mezclada con leche. De hecho, este derrame no equivale al veneno ya que añade que el derrame se alivia lavando el veneno y que existen unas blenorragias secas sin derrame. Precisa por otra parte que este derrame es debido a un aumento de la secreción de las glándulas por un efecto de previsión de la naturaleza ya que, por este medio, el veneno se encuentra atenuado y arrastrado. En los §§ 18 y 41, emplea la expresión " materia gonorreica " (Trippermaterie). En el § 42, habla de "materia infecciosa " (ansteckende Materie).

Por otra parte, en el § 289, se refiere a la experiencia de Swédiaur repetida por Harrisson según el cual la inoculación de un “poder reciente de chancro” mezclado con mercurio jamás pudo producir chancro ni sífilis general. Esta experiencia habría podido hacerle escoger un cierto modo de acción del mercurio, tiene que saber de la destrucción directa del veneno venéreo por el mercurio. Volveremos allá.



El papel respectivo de la constitución y del veneno en la enfermedad

Ya dijimos sobre eso algunas palabras. La mayoría de las veces, exactamente repite las ideas de Hunter. El terreno (la constitución) desempeña el papel más importante.

La razón de las modificaciones diversas que presenta la enfermedad venérea, las diferencias que existen entre los efectos de los diferentes chancros, la gonorrea, los bubones, etc., reside en las disposiciones diversas del organismo, porque le parece que el veneno es siempre de la misma naturaleza y parece raramente más dulce o más activo (§ 265). Contra ciertos autores, asegura que la gravedad de la gonorrea no es debida a la naturaleza más mala del veneno, sino a la mala constitución y sobre todo a la irritabilidad nerviosa enfermiza (§ 100). Son los individuos cuya constitución es débil, los sujetos a las enfermedades nerviosas, a los espasmos, a las inflamaciones violentas, los que están expuestos a las blenorragias más graves (§ 99).

Así, para Hahnemann, hay otras blenorragias contagiosas además de la blenorragia ordinaria y venérea, que son las de naturaleza gotosa, escrofulosa u otra, y que se curan muy fácilmente (§ 51). Existe también, una gonorrea producida por el onanismo, tan tenaz como la gonorrea venérea (§ 128). Se distinguirían difícilmente de la leucorrea venérea si, para éste, no se tuviera la noción de su contagio limpio y, para otras, informaciones sobre las constituciones de los enfermos (§ 128). Parece pues, que Hahnemann, subestima el papel directo del agente venéreo en provecho de la constitución.

Admite, sin embargo, una diferencia posible de calidad del veneno. En el § 369, sostiene que el veneno (chancroso o gonorreico), si tiene una actividad más grande (o movilidad), podrá provocar un atascamiento de varios ganglios a la vez. El ejemplo que muestra, atribuye esta diferencia de actividad a circunstancias anexas (manera de vivir, etc…). También, en el § 42, cree, contra Hunter, que existen diferentes grados del veneno venéreo (verschiedener Grade de Gifts) y que hay allí, además otros miasmas. Se pregunta por ejemplo, si puede ser indiferente inocular las viruelas con la materia de una viruela benigna o con la de los niños que habrían cedido a ello.

Prosigue con el ejemplo de una fiebre nerviosa. Su interpretación es difícil. La traducción francesa me parece errónea. Parece sobre entender que el miasma de la misma epidemia (pues idéntico al principio) podía sufrir modificaciones diversas bajo el efecto de las condiciones exteriores (y tampoco solamente internas, constitucionales, como en el caso de Hunter), en este caso el lugar donde se habita. Esto, hacía muy diferente la expresión de la enfermedad que, sin embargo, guardaría un carácter específico (pero diferente) expresándose idénticamente entre todos los individuos tocados por el miasma tan modificado y transmitido por contagio.

Todavía anotemos que, para él, como para Hunter, existen supuraciones de buena naturaleza (§ 356).



La acción del mercurio sobre el veneno venéreo

Insiste mucho en la hipótesis, preferida por Hunter, por la que el mercurio cura actuando sobre la constitución, provocando una modificación específica del organismo, que Hahnemann nombra como fiebre mercurial (§§ 289, 387, 388, 477, 633). No obstante, parece que esta acción sobre la constitución se diferencia en Hahnemann de la de Hunter (§§ 387, 633), porque allí, dónde Hunter habla solamente de irritación, Hahnemann invoca una fiebre mercurial (§§ 144, 194, 287, 289).

Hahnemann no excluye totalmente una acción puramente química de neutralización directa del veneno por el mercurio (§§ 289, 633), sino que discute fuertemente esta acción química y local, por acción simple de contacto (§§ 386, 391, 477). De nuevo, privilegia el papel de la constitución.

Terminemos el análisis de esta obra observando que Hahnemann perfectamente admite en aquella época la absorción del veneno venéreo en el organismo (directamente por los vasos linfáticos o accesoriamente a un tratamiento simpático (distracción). Esto se tiene que subrayar porque luego casi negará siempre la acción interna de los venenos.


1792

En este año aparece la primera parte de su opúsculo, " El amigo de la salud " (9), no traducido al francés, una de las obras más interesantes de Hahnemann.

Esta parte se presenta con un estudio sobre la hidrofobia y ya vimos su importancia. Volveremos especialmente más tarde sobre esta cuestión. Entre los artículos que componen la continuación del tratado, tres son importantes para nuestro objeto de estudio:
-" El visitador del enfermo " ,
-" La protección contra la infección en las enfermedades epidémicas " ,
- " Cosas que estropean (minan) el aire ",
Porque tratan epidemias, dos temas son esenciales.


1. La doctrina del contagio


Defiende la doctrina de la contagiosidad de las fiebres que se difunden entre las poblaciones contra algunos de sus colegas que, dice, se esforzaron por probar lo contrario, lo que muestra que hasta el contagio estaba lejos de ser generalmente admitido. Lo considera muy probable y estima que, de todo modo, vale más considerarlos contagiosas.

Las expresiones de las que se sirve para designar lo que es responsable de los contagios son: " die ansteckende a Dünsten gefährlicher Fieber und kontagiöser Krankheiten " (las exhalaciones contagiosas de las fiebres peligrosas y de las enfermedades contagiosas), "die Ansteckungsmaterien" (materias contagiosas), " die gifitigen Dünste " (vapores envenenados), " der Zunder der Ansteckung " (el agente que pone en marcha el contagio), " das Miasm (Krankheitsdunst) " (el miasma (exhalación mórbida)), " der ansteckende a Zunder der Miasmen " (el agente contagioso de los miasmas), " das Krankheit verbreitende Miasm " (miasma que propaga una enfermedad), y por fin " die feinen Ansteckungsdünste " (exhalaciones sutiles contagiosas).

Declara, que las exhalaciones contagiosas son tan sutiles, que la química jamás fue capaz de someterlas al análisis y abastecer un antídoto contra ellas (a diferencia de los vapores envenenados de los que cada una, sostiene, tiene con toda probabilidad su propio antídoto). Así niega que estas exhalaciones puedan ser debilitadas, ser neutralizadas o hechas inofensivas por fumigaciones de la habitación del enfermo, las cuales dispensan desdichadamente ésta renovación del aire del cuarto por medio de corrientes de aire repetidas y sólo eficaces según él. Anuncia que la naturaleza esencial de estas exhalaciones contagiosas es completamente desconocida y no es perceptible con nuestros sentidos.

Negando los antídotos específicos, hace falta, según él, contentarse con medios profilácticos generales. Analiza finalmente las condiciones del contagio y da consejos profilácticos numerosos y juiciosos.


2. La inmunidad activa


Es un tema que Hahnemann repetirá a lo largo de su vida. Asegura que la costumbre es tener un protector contra muchos peligros y lo ilustra con ejemplos múltiples, sobre todo profesionales. Los hombres, sostiene, pueden acostumbrarse gradualmente a las exhalaciones de las enfermedades más infecciosas, haciéndose allí, en el curso del tiempo, completamente insensibles, es un hecho que los nervios se hacen insensibles por el grado de impresión del miasma. El tema de la inmunidad, aunque aquí precediendo la vacunación Jenneriana, no era nuevo ya que la inoculación variólica se practicaba en Occidente desde cerca de 1720. Hahnemann observa, por otra parte que se puede con mucha dificultad tener las viruelas dos veces, y defenderá la vacunación Jenneriana. En consecuencia, el médico y la enfermera, que deben sólo visitar a los enfermos, aunque estén expuestos a la infección, lo serán mucho menos mediante ciertas precauciones que Hahnemann indica pertinentemente. Ya conecta otra vez los sistemas nerviosos e inmunitarios lo que la ciencia, creo, estableció sólo totalmente recientemente. Hasta precisa que los nervios quedan durante un tiempo considerable, a menudo durante años, insensibles en algún grado a la misma suerte de enfermedad, aunque no tengamos durante todo este tiempo la oportunidad de ver a pacientes afectados de esta enfermedad, como los nervios, dice, estuvimos empeñados en mantener este estado de no susceptibilidad específica, que gradualmente desaparece pero más lentamente que lo supondríamos.

Así, como fuentes de contagio, indica aquí las ropas, que son capaces de transportar la materia contagiosa.

A propósito del concepto de miasma, señalaremos que, según la obra de Penso, existe desde la Antigüedad, entre los griegos el "miasmata ", pero para designar, no una materia o un ser que vive y contagia, se propaga de individuo a individuo, pero cambios del aire provocados por otras causas naturales y particularmente cosmo-telúricas, tales como terremotos, inundaciones, eclipses, pasos de cometa, que lo transformaban en fluido portador de contagio. Los miasmas designaban también los efluvios de los pantanos. Resulta, sin embargo, que los griegos habían divisado que una comunicación inter -humanos, era posible (por ejemplo Tucídides). Observemos, según Penso, que Diemerbroek (1608-1674) y Bartholin (1616-1680) utilizan el término griego ” miasmata ", y sobre todo que F. Hoffmann (1660-1742) habla de ”miasmata putrida multiplicativa”.

martes, 5 de mayo de 2009

SEMIOLOGÍA HOMEOPATICA DE LOS DOLORES INTESTINALES.

Terapéutica Homeopática Práctica, THP).
Por el Dr. Robert Séror
SEMIOLOGÍA HOMEOPATICA DE LOS DOLORES INTESTINALES.
LOS DIEZ PRINCIPALES REMEDIOS DE LOS DOLORES INTESTINALES.
Por el Dr. Sr. Fortier-Bernoville.
Traducción al castellano: Francisco Javier Ramos Alija, Octubre 2007.



Doctor Fortier-Bernoville (1896-1939)


Estos son los remedios: Acónito, Belladona, Chamomilla, Bryonia, China, Colocynthis, Magnesia phosphorica, Dioscorea, Nux vomica y Veratrum álbum; prácticamente todos vegetales, salvo un producto mineral: el fosfato de magnesia.

Acónito
Cólicos que sobrevienen después de haberse enfriado, por un tiempo seco y frío, después de exposición a un viento seco y frío. Vientre tenso y caliente, y muy sensible al tacto. El enfermo se agita sin cesar, no sabe cómo ponerse para tener un poco de alivio. Es ansioso, tiene miedo a morir. Su piel está seca y caliente. La ausencia de sudores caracteriza Acónito.
Puede existir al mismo tiempo de la diarrea, las heces verdes como hierbas picadas o las espinacas. A veces también sensación de quemadura en la región umbilical.
La fiebre es frecuente, sobreviniendo precipitadamente, siendo elevada, con pulso fuerte, lleno y tenso, saltando, y sed viva de agua fría.

Belladonna
Cólicos violentos y espasmódicos, con sensación como si los intestinos fueran apretados (ceñidos) entre las manos. Vientre distendido y muy sensible al tacto (palpación). La ropa de la cama no puede ser sostenida (soportada); el menor movimiento en la cama es muy doloroso. Cara roja, piel caliente y sudorosa. El sujeto está muy derrotado.
En la palpación, el abdomen está a menudo caliente, la fiebre es frecuente por otra parte, el pulso amplio y que salta, pero menos y más depresible que en Acónito. En Belladonna, los dolores son mucho más espasmódicos, “crampoides” (como en Colocynthis, Magnesia phosphorica, Cuprum).
Como Chamomilla, Belladonna a menudo está indicado en los cólicos de los niños que sobrevienen en el momento de la dentición. Si hay fiebre, el delirio es posible; el sujeto procura escaparse de su cama. Pero en los casos acostumbrados y benignos el abatimiento es un signo mucho más frecuente y característico.

Chamomilla.
Cólicos generalmente flatulentos, con distensión abdominal, extremadamente vivos, acompañándose de sensación de abrazo en la región del ombligo. A menudo sobrevienen después de una cólera, o en el adulto irritable, cuyo hígado agotado y enturbiado en sus funciones se volverá pronto insuficiente, o más a menudo todavía en el niño, especialmente en el momento de la dentición. Las mejillas están rojas y calientes, o bien una sola mejilla está roja, la otra pálida y fría. Los sudores calientes son frecuentes. El niño se vuelve irritable, caprichoso, colérico, y quiere ser llevado sin cesar en los brazos de su madre o de su nodriza.
Los cólicos pueden acompañarse de heces ácueas, viscosas, fétidas, heterogéneas y verduscas, o bien que dan la impresión de una mezcla de espinacas y de huevos revueltos.
Agravación general por el viento, por el tiempo caliente y por la noche. Pero el calor mejora los dolores del vientre.

Bryonia.
Cólicos después de haberse enfriado, después de un cambio de tiempo brusco, o después de haber tomado bebidas frías por tener calor. Extrema sensibilidad de todo el vientre. Los dolores son punzantes y agravados por el menor movimiento, por la presión más ligera; se mejoran acostándose sobre el vientre, porque la presión fuerte mejora.
Sed violenta de agua fría, de grandes cantidades a la vez, poco frecuentemente repetidas.
A menudo existen una gran sensibilidad de la pared abdominal, ésta que se agrava por el contacto, se mejora por la presión fuerte y profunda. Puede existir un dolor punzante y localizado en un punto preciso (apendicitis por ejemplo). Bryonia ataca electivamente las serosas, el peritoneo tanto como las serosas articulares o la pleura.

China.
Cólicos flatulentos, sobreviniendo sobre todo en verano por tiempo caliente y después de haber comido fruta. El vientre aparece distendido por los gases, tanto que el enfermo cree que va a estallar, no siente alivio por los eructos y los gases.
Dolores agravados por el menor tacto (palpación), o por la menor corriente de aire sobre el vientre, mejorados por la presión fuerte y plegándose en dos. Hipersensibilidad del sujeto, no sólo física (aire, tacto, contacto) pero también mental; el sujeto está irritado, irritable nervioso, aunque agotado. China conviene los cólicos acompañados de diarrea amarillenta, líquida, viscosa y muy agotadora (la diarrea sin dolor, con estos mismos caracteres, es más característico sin embargo todavía de este remedio).

Colocynthis.
Cólicos muy agudos, obligando al enfermo a plegarse en dos, cualquier otra posición se le hace insoportable. Cada paroxismo es acompañado por agitación general y por un escalofrío que va del abdomen y sube hasta la cabeza.
A menudo los cólicos sobrevienen con ocasión de un arranque de cólera (Chamomilla) especialmente en los pacientes con afección hepática.
El espasmo es una gran característica de este remedio, también en Belladonna, Cuprum, Magnesia phosphorica. Puede ser intenso a nivel del intestino donde el enfermo tiene la sensación que una mano que aprieta fuertemente o retuerce sus intestinos, o que piedras ruedan en el vientre y van a hacerle estallar.
Calambres en las pantorrillas pueden coexistir con los cólicos. Éstos mejoran no sólo por la presión y doblándose, también por el calor. Al contrario, el frío agrava. Colocynthis particularmente conviene los cólicos que sobrevienen precipitadamente en montaña después de haberse enfriado.
La diarrea puede existir pero puede también estar ausente, al ser más frecuentes los cólicos secos. La emisión de heces o de gas mejora también al sujeto.

Magnesia phosphorica.
Lo mismo que Colocynthis, este producto presenta cólicos flatulentos que obligan al enfermo a plegarse en dos; mejora por la presión fuerte, la fricción, el calor acompañados por emisión de gas sin que esto pueda mejorar el sujeto.
Sensación de plenitud del abdomen, obligando a aflojar ropas, a caminar un poco, para evacuar gases.
Cólicos ventosos y secos; la diarrea es rara. Estos cólicos son bastante frecuentes en el niño. Agravación por el frío, el tacto (palpación) y por la noche. La mejoría por el calor es uno de los signos principales.
Este remedio se emparenta mucho con Colocynthis; el fosfato de magnesia que es por otra parte un constituyente mineral importante de la coloquíntida.

Dioscorea.
Cólicos como por cuchilladas en la región del bajo vientre. Borborigmos, gorgoteos y emisión de muchos gases. El dolor irradia a la espalda, al pecho, a los brazos; mejora por la marcha, y sobre todo volcándose para atrás, agrava al plegarse en dos. (Esta modalidad es inversa de la de Colocynthis.)
A menudo los dolores aparecen en puntos muy localizados (Kali bichromicum, Oxalic acid). Dioscorea es a menudo indicada en el cólico hepático, como ya estudiamos.
La diarrea puede existir, amarillenta, peor por la mañana, y seguida por un gran agotamiento. Pero a menudo falta.
Agravación por la tarde y por la noche, y estando acostado. Mejora caminando un poco, al aire libre, y por la presión.

Nux vomica.
Cólicos con distensión flatulenta del abdomen, contracción intestinal provocada por el paso por el tubo digestivo de alimentos irritantes (alcohol, café, vino, especias, salsas picantes).
Cólicos provocados por el abuso de estimulantes o de drogas medicamentosas y de purgantes.
Nux vomica particularmente conviene a los dolores intestinales acompañados por hinchazón de vientre, por agrios, por vómitos de gusto agrio en la boca y de lengua muy amarillenta en la parte posterior, todo síntoma que sobreviene al día siguiente de una comida demasiado copiosa, con abuso de alcohol, de especias, de vino, café, tabaco.
En estos casos la diarrea es posible, sobre todo después del abuso de purgantes, o después de estas comidas demasiado copiosas, pero el estreñimiento es más acostumbrado y más frecuente, de heces difíciles, con necesidades y esfuerzos ineficaces.

Veratrum álbum.
Este remedio tiene que reservar para los casos de cólicos atroces y graves y extremadamente intensos, con distensión y gran sensibilidad del centro a la presión, dolor tan violento como causa el desfallecimiento, con sudores fríos sobre la frente. Los cólicos son a menudo provocados por cambios bruscos de temperatura exterior, del calor al frío. Veratrum álbum es un remedio maravilloso de todos los estados coleriformes (cólera verdadero o cólera asiático, cólera infantil, etc.).
El sujeto sufre terriblemente, el sufrimiento se acompaña de palpitaciones y de malestar cardiaco: con sensación como si le fuera a saltar. En el momento de defecar tiene sudores fríos, sobre todo en la cara. Después de defecar está agotado, su pulso es rápido, pero débil e irregular, siente un frío intenso de todo el cuerpo.
Al examen, el vientre es sensible a la presión. La diarrea es ácuea, muy copiosa, evacuada con fuerza, y siempre seguida por una gran postración. Agrava por el tiempo frío. Mejora por el calor.
Hay que conocer bien estos diez remedios, que pueden bastar, pues dan los casos acostumbrados. Hay que diferenciarlos bien.

En resumen:
Acónito y Belladona que se opone uno a otro por la ausencia o la presencia de sudores, la agitación con ansiedad del primero, el abatimiento del segundo.
Chamomilla se acerca a Belladona por su acción sobre niños y durante la dentición, de Colocynthis para su agravación por la cólera.
Bryonia sigue bien a Acónito; lo mismo que él, tiene cólico después de haberse enfriado, al igual que Colocynthis; e igual que este último, mejora por la presión fuerte.
China, como Bryonia, mejora por la presión fuerte, el modo de distinguirlos es que este agrava más que China por el contacto (como Belladonna que, el sujeto no soporta ninguna conmoción).
Colocynthis y Dioscorea se oponen uno a otro por ellos modalidades contrarias, el primero que mejora al plegarse en dos el segundo volcándose para atrás.
Magnesia phosphorica tiene las mismas modalidades que Colocynthis para el calor, que le mejora, y la posición " plegado en dos ".
Nux vomica tiene cólicos provocados por las comidas demasiado copiosas los estimulantes y los purgantes.
Veratrum álbum, por fin, tiene que reservarse para los estados graves, coleriformes, con sudores fríos sobre la frente en el momento de defecar.

Referencias: Homœopathie moderne, el 15 de junio de 1932, N ° 2, páginas 92 - 109. Este artículo y extraído de una publicación más completa que existe en el expediente Archivos de la misma ubicación.