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viernes, 29 de abril de 2016

Enfermedad tiroidea autoinmune: ejemplo de la tiroiditis de Hashimoto

Tomado de: http://us7.campaign-archive1.com/?u=8e91f9893fd5944c0b88373ed&id=7e54a13aa0&e=14209a7e24
Dra. Petra Blum
Tegernsee, Alemania

Introducción

La enfermedad de Hashimoto (también denominada tiroiditis de Hashimoto) forma parte del grupo de las enfermedades tiroideas autoinmunes. Se trata de una enfermedad linfocítica crónica, descrita por primera vez en 1912 por Hakuro Hashimoto, con cuyo nombre también fue bautizada.

Desde el punto de visto epidemiológico constituye la forma de tiroiditis más frecuente, con una prevalencia del 5-10%. También es la causa más común de hipotiroidismo y se presenta sobre todo en mujeres de 30 a 50 años. La relación de las tasas de incidencia entre mujeres y hombres es de 9:1. Existe una predisposición hereditaria a padecer la enfermedad. A menudo se asocia a los genotipos HLA-DQ-2 y DQ-8, pero también a DR-2, DR-3, DR-4, DR-5 y a HLA-A-1, HLA-B-8, HLA-B-16, HLA-DQ-3. Por ello, muchas veces aparece conjuntamente con otras enfermedades autoinmunes.

En general, se puede diferenciar entre los siguientes tipos de tiroiditis autoinmunes:
  • la "tiroiditis silente" con una evolución leve y en parte temporal.
  • la tiroiditis linfocítica postparto: aproximadamente el 4% de las embarazadas la padecen; se puede describir como una afección pasajera y subclínica de la función tiroidea, que va acompañada a menudo de la presencia de anticuerpos anti-tiroperoxidasa positivos (anti-TPO).
Además, también se observan casos de inducción iatrogénica como, por ejemplo, por citoquinas (tratamiento con interferón (IFN) o interleuquina 2 (IL-2)) o procesos patológicos inducidos por amiodarona. En muy pocos casos se diagnostica un estruma de Riedel (tiroiditis de Riedel), una enfermedad crónica caracterizada por la aparición de un proceso de fibrosis invasiva y en la que la glándula tiroides adquiere una consistencia de extrema dureza.
 
Desde el punto de vista histológico, la enfermedad de Hashimoto es una tiroiditis linfocítica en la que participan linfocitos T citotóxicos y que puede evolucionar en estadios avanzados a una fibrosis o incluso a atrofia.
 
Los síntomas son muy diversos y van desde agotamiento, estados depresivos, sudoración excesiva, problemas cutáneos, caída del cabello hasta problemas de peso, alteraciones en las deposiciones y dolores articulares cambiantes. En conjunto, muestra una múltiple sintomatología clínica.
 
Normalmente, para confirmar el diagnóstico, se estudian los parámetros siguientes en lasanalíticas de laboratorio: anticuerpos antitiroperoxidasa (anti-TPO, también llamados anticuerpos antimicrosomales) (positivos en el 95% de los casos), anticuerpos antitiroglobulina (anti-TG) (alrededor de un 70% positivos), triyodotironina libre (fT3), tiroxina (T4) y tirotropina (TSH).
 
También  se realiza un diagnóstico por imagen mediante ecografía o escintigrafía.
 
El tratamiento clínico del hipotiroidismo consiste, por lo general, en la administración de la levotiroxina y la administración de 200 μg de selenito de sodio (este último abordaje no se utiliza siempre, debido a una supuesta demostración científica insuficiente).
 
Además, no se deben olvidar los efectos que tienen sobre la función tiroidea el alto número de medicamentos que se prescriben a menudo a pacientes pluripatológicos.
  • Disminución de la secreción de TSH: dopamina, glucocorticoides, ocreótido.
  • Disminución de las hormonas tiroideas: litio, aminoglutetimida.
  • Disminución de la absorción de T4: sulfato ferroso, colestiramina, hidróxido de aluminio, sucralfato.
  • Aumento de las hormonas tiroideas: amiodarona, yoduro.
  • Reducción del transporte a través de la concentración de globulina fijadora de tiroxina (TBG): andrógenos, esteroides anabólicos, glucocorticoides.
  • Disminución de la actividad de la enzima 5’-deiodinasa: propiltiouracilo, amiodarona.
  • Aumento del transporte a través de la concentración de TBG: estrógenos, tamoxifeno, heroína, metadona, fluoruracilo.
  • Desacoplamiento de sitios de unión a proteínas y con ello alteración del comportamiento de transporte: furosemida, fenclofenaco, salicilato y ácido mefenámico.
  • Alteración de T3 y T4 por aumento del metabolismo hepático: fenobarbital, rifampicina, fenitoína, carbamazepina.

Cofactores desencadenantes de la enfermedad de Hashimoto

Como en todas las enfermedades autoinmunes, también en la tiroiditis de Hashimoto existen otros aspectos implicados. A continuación enumeramos los factores desencadenantes de la enfermedad que son más frecuentes: la genética, la intolerancia al gluten, la deficiencia de vitamina D, la dominancia de estrógenos, la resistencia a la insulina (que algunos autores ven como el motor impulsor de la enfermedad de Hashimoto), el estrés, las toxinas, los metales pesados, y también las inflamaciones e infecciones crónicas por el virus de Epstein-Barr (EBV) o la Yersinia enterocolitica.

La intolerancia al gluten o enfermedad celiaca está genéticamente determinada. Según los conocimientos científicos actuales, se vincula a la expresión de determinados antígenos HLA de la clase I y II: HLA-A1, HLA-B-7, B-8, Cw7, HLA-DQ1, DQ2, DQ3, DQ8, HLA-DR-3 y DR-7. En los estudios científicos se señalan principalmente HLA-DQ2 y DQ8 como factores de riesgo. Existe también una combinación de alelos de riesgo para la intolerancia al gluten y la enfermedad de Hashimoto: HLA-A1, HLA-B-8, HLA-DQ-3. Esto podría explicar por qué simplemente una dieta sin gluten mejora notablemente la tiroiditis de Hashimoto.

Naturalmente, al igual que en cualquier enfermedad autoinmune, la concentración de vitamina D debe estar completamente equilibrada.

Por otro lado, se sabe que la TBG se ve incrementada en casos de dominancia a estrógenos. Esto hace que se ligue demasiada hormona tiroidea libre y que se reduzca su disponibilidad para la transformación de T4 en T3. Además de este aspecto, existen otros factores implicados en la regulación de las interacciones hormonales, si bien, no podemos adentrarnos en ellos en este punto.

Para la función tiroidea es importante también el intestino. A continuación, se describe brevemente el metabolismo hormonal completo de la glándula tiroidea.

En su mayoría, la T4 se convierte en T3 en el hígado. De ella, una pequeña parte se mantiene en forma de T3 inversa inactiva (alrededor de 1/5 de la hormona tiroidea) que se activa en el intestino gracias a una flora intestinal sana. Una cantidad considerable de T4 se transforma en T3 activa en el tejido periférico. Con esto, queda patente la participación del intestino en el metabolismo tiroideo. La flora intestinal sana controla hasta alrededor del 20% de la función tiroidea. Las infecciones bacterianas del intestino influyen negativamente en la función de la glándula tiroidea, dado que los lipopolisacáridos de las bacterias gram negativas pueden reducir la concentración hormonal al debilitar los receptores. Esto da lugar a un aumento de la T3 inactiva y a una disminución de la TSH.

También las toxinas y los metales pesados están relacionados con las enfermedades autoinmunes por sobrecarga de los sistemas de detoxificación individuales del organismo, con las consiguientes alteraciones del sistema inmunitario.

Los denominados estresores inmunes, como las cargas virales crónicas o las infecciones por el EBV, el virus de la hepatitis C, la enfermedad de Lyme o las infecciones por hongos, también se deben tener en cuenta como factores desencadenantes de tiroideopatías autoinmunes.

Perspectiva terapéutica holística

La estrategia terapéutica comprende una amplia gama de tratamientos, y va mucho más allá de la mera terapia de suplementación con T4 o también T4/T3 (en trastornos de conversión). En primer lugar, se debe prestar atención a que el paciente realice suficiente actividad física diaria. Se debe introducir un cambio de dieta con alimentos alcalinos, frescos y recién preparados (antiinflamatorios). La dieta sin gluten —incluso cuando no se detecta una asociación con HLA— ha dado muy buenos resultados. Los complementos de selenio de 200 μg al día (de los que, desde mi punto de vista, sí existen estudios suficientes al respecto) así como los nosodes de sangre propia (en diluciones de 10000 K, 2 glóbulos al día) son también la base del tratamiento.

En la literatura científica existe controversia en cuanto a administrar complementos de yodo, sobre todo cuando el balance de yodo está equilibrado. Además, debe determinarse individualmente si conviene realizar una posible sustitución hormonal. También se debe dar gran importancia al apoyo de los sistemas de detoxificación y, desde luego, al tratamiento de la microbiota intestinal a fin de reactivar el mencionado 20% de la T3 activa. Según mi opinión, el virus de Epstein-Barr (EBV) y laYersinia se asocian con mucha frecuencia con las enfermedades tiroideas. En este contexto, he podido constatar una proporción relativamente alta de reactivaciones del EBV en estadios iniciales, que trato de forma eficaz mediante la fórmula de Micro-Inmunoterapia EBV. En el caso de la presencia de Yersinia, se puede prescribir el correspondiente nosode en combinación con la fórmula EID.

Referencias bibliográficas

  1. Gerd Herold und Mitarbeiter: Innere Medizin 2014. Eigenverlag 2013.
  2. Datis Kharrazian: Schilddrüsenunterfunktion und Hashimoto anders behandeln. VAK Verlag 2013.
  3. David Brownstein: Iodine – why you need it. Eigenverlag 2009
  4. Dr. Jonathan Wright, Dr. Lane Lenard: Bioidentische Hormone: Alles, was Sie wissen müssen. VAK Verlag 2013

jueves, 17 de febrero de 2011

NOSODES, ISOPATICOS Y SARCODES, “EL SIMILA ETIOLÓGICO”

Dr. Carlos M. Falcón Aldana ANMHC y P MRS

RESUMEN:


Los nosodes, los isopáticos y los sarcodes son medicamentos homeopáticos que si bien su descubrimiento no es reciente, si lo es el uso de los mismos, cada día encontramos a más médicos homeópatas que los usan y con un gran éxito en sus pacientes. Los tres grupos de medicamentos mencionados, son preparados en base a la farmacopea homeopática, algunos de ellos en laboratorios homeopáticos y otros preparados por el médico tratante y en caso de países desarrollados como lo es Alemania, un nosode de algún microorganismo patógeno, se tiene que pedir a una Universidad capacitada y autorizada para el cultivo de cepas de éste tipo. Y en Europa más del 60% de las consultas Homeopáticas se prescriben con algún medicamento de estos grupos.

OBJETIVO:

Durante mucho tiempo los conocimientos sobre isopáticos (autonósicos), nosodes y sarcodes han estado muy confusos, generando un hueco en la medicina homeopática que permanece hasta nuestros días. La inquietud por realizar éste trabajo es despejar tales confusiones, definir cada uno de éstos grupos de medicamentos y explicar el efecto en el organismo de nuestros hermanos enfermos y analizar si es o no ¿Homeopatía? Así mismo demostrar que el maestro Hahnemann llegó a utilizar los Nosodes.

HISTORIA:

El uso de los isopáticos ha estado presente en gran parte de la historia del hombre ya que los chinos los empleaban 3000 años antes de Cristo, al prescribirle al paciente que tomara unas gotas de la primer orina del día, disueltas en agua. Esta orinoterapia se encuentra vigente en la actualidad. La organoterapia se remonta a los tiempos de la cultura griega y romana, donde ya se le atribuían propiedades curativas a los órganos de los animales, las creencias populares consideraban que a través de los órganos se podía transferir al ser humano las propiedades de la actividad del mismo, entonces de forma empírica y sin ningún respaldo científico se empleaban los órganos.
Posteriormente los médicos alquimistas, y de los Espagíricos de Paracelso, hacen uso de lo que ahora conocemos como Nosodes e Isopáticos, entre los primeros se encuentra Robert Flud, quien decía que “El esputo de un tísico, después de una preparación apropiada, cura la tisis”. Entre los segundos, podemos citar a Crollius que en el siglo XVI decia: “Para detener el desbordamiento menstrual de las mujeres hay que recoger 3 ó 4 gotas de la sangre expulsada, escogiendo de la más clara y hacerla beber a dicha paciente sin que se de cuenta y sin duda esto solo la curará”.
Pero no fue sino hasta 1665 que Collet dio un impulso fuerte a la Isopatia y después de haber estudiado la homeopatía pensaba: “Si el verdadero medicamento debe ser un agente semejante al de dicho mal y puesto que las secreciones del hombre enfermo están más ó menos cargadas de elementos morbosos que son expulsados naturalmente por sus vías, si sabemos recibir éstos agentes morbosos, con toda seguridad tendremos los agentes medicamentosos.

Hahnemann mismo, menciona en su parágrafo 56 el uso de los isopáticos aunque más bien se refería a lo que ahora conocemos como nosodes, él mismo hizo la primer experimentación e introdujo el primer nosode a la materia médica Homeopática, sirviéndose para ello del líquido extraído de una vesícula de un sarnoso y preparando el medicamento que llamó Psorinum.

Los escritos de Plinio que llegan a nuestros días nos encontramos que aplicaba esperma y testículos para contrarrestar la impotencia masculina, mientras Galeno utilizaba vulva para la esterilidad femenina y específicamente la vulva de zorra la empleó en el tratamiento para el asma.

En Europa en la Edad media se elaboraban remedios a base de cráneos humanos para combatir enfermedades como la epilepsia y apoplejía, también se utilizaban testículos de toro para procrear mayor descendencia.

NOSODES:

Son productos de origen patológico empleados a titulo de medicamento homeopático. De tal manera que dichos medicamentos pueden prepararse partiendo de un exudado, un pus, un microbio, un trozo de tejido enfermo, un parásito, etc.

Así pues, según ésta definición y conforme a las clasificaciones que otros autores hacen, los nosodes no son únicamente aquellos productos de origen patológico que hayan pasado por la experimentación pura, previa atenuación, sino todos aquellos que reúnan los dos requisitos que definen esta clase de medicamentos, es decir, ser producto de origen patológico y usarse en diluciones o atenuaciones según el principio de similitud, ya sea sintomática o etiológica.

ISOPATICOS:

Los terminos isopático, autoisopático y autonósico son exactamente lo mismo, son formas distintas dentro de la terminología que podemos encontrar. Éstos se definen como productos de origen patológico recogidos de un enfermo y administrados a éste mismo, previa atenuación, de modo que el enfermo reciba sus propios productos patológicos, sus secreciones ó sus líquidos orgánicos atenuados. Un isopático puede prepararse con sangre de un enfermo, con su saliva, con su orina, sus menstruos, sus líquidos sépticos, tumores, etc. En éste caso se trata de procurar al organismo una inmunidad que no puede adquirir por si mismo y por tanto se usarían de preferencia al final de las enfermedades para evitar residivas ó complicaciones lejanas aún cuando también tienen acción curativa y hasta abortiva en pleno periodo de estado ó de principio de algunas enfermedades.

Como se ve, tanto Nosodes como Isopáticos tienen íntimas relaciones, pero los nosodes serian productos mas ó menos “estandarizados”, aplicables a cualquier enfermo, según el principio de semejanza, en tanto que los isopáticos son productos que corresponderían más a un principio de identidad: identidad de agente patógeno e identidad de terreno y administrados al mismo paciente.

SARCODES:

Derivados de las estructuras o secreciones naturales (como el colesterol, bilirrubinas, urea, ácido úrico y órganos de porcinos, bovinos y en algunos casos de humanos sanos), con los que han venido a constituir el grupo de remedios usados en organoterapia (organoterápicos, como derivados de la sangre o de las hormonas). Los organoterápicos son medicamentos homeopáticos que curan el órgano enfermo por medio de su homólogo (el mismo órgano sano) diluido y dinamizado, éste actúa sobre su homólogo para volver a equilibrar el funcionamiento alterado. Éste deriva del idéntico, no del similar, dado que su ejecución hace intervenir mecanismos anatómicos, fisiológicos e inmunitarios muy complejos. Por ello es fundamental que la especificación del medicamento organoterápico sea igual al órgano afectado. Y nos permite equilibrar, estimular ó inhibir el funcionamiento del órgano en cuestión, siempre y cuando éste tenga una disfunción.

EL SIMILIA ETIOLÓGICO, ¿HOMEOPATÍA?:

En realidad algunos de los nosodes y sarcodes constituyen grupos de remedios con patogenésia propia y, por tanto, su uso clínico puede seguir las normas de la prescripción homeopática y Si es Homeopatía, mientras que los isopáticos y la mayoría de los sarcodes u organoterápicos carecer de ella, sólo poseen una aproximación terapéutica homeopática en su preparación diluida y dinamizada por éste hecho NO los podemos considerar como Homeopatía.

En la Medicina Homeopática buscamos el similia similibus curantur, es decir, que el medicamento administrado a nuestro paciente cubra el cuadro físico y mental; Los organoterápicos actúan específicamente en el órgano en cuestión y no tienen experimentación pura.

De éste modo, encontramos 2 grupos de medicamentos homeopáticos, los que tienen una experimentación pura y por ende una patogenésia y el modo de empleo es buscando su similitud sintomática; Y el otro grupo es el de los nosodes y sarcodes que no tienen experimentación pura y el modo de empleo de éstos es por una Similitud etiológica. A continuación definiré cada una de éstas prescripciones:

1.- Similitud Sintomática: “El producto patológico puede, en la experimentación, desarrollar síntomas que le son propios y, dado terapéuticamente, curar síntomas semejantes. Si uno se remite a las patogenésias establecidas por Hahnemann, el estudio del Psorinum es uno de los más significativos y sorprendentes. Y así, en consecuencia todos los nosodes, crean sintomatología en el individuo sano.

2.- Similitud Etiológica: El nosode puede estar indicado por similitud etiológica con una enfermedad actual. Frecuentemente ésta semejanza llega hasta la identidad, como cuando se administra una tuberculina diluida a un tuberculoso en evolución (esa identidad ha permitido también crear el término Isopatía para designar el procedimiento terapéutico). Lo mismo puede suceder con el Influenzinum, ó con los Isopáticos.

Se conocen las autovacunas y hemovacunas desde hace muchos años. En dermatología ante una infección cutánea por estafilococos, se saca pus y se prepara una autovacuna del propio pus, pero a diferencia de la los isopáticos homeopáticos es que la preparación es diferente y ellos no sucucionan.

Es decir la medicina clásica las utiliza igualmente también bajo otros nombres diferentes a la Isopatía.

Los componentes de los nosodes pueden ser componentes corporales, productos metabólicos de personas o de animales vivos o componentes de micro-organismos que ya no son infecciosos, puesto que estos micro-organismos deben haber sido esterilizados previamente.

Si son componentes microbianos, los nosodes deben ser preparados a partir de cultivos bacteriológicos puros; se debe tener en cuenta y preparar a nivel de laboratorio la cepa para garantizar que es una determinada bacteria y no existe contaminación con otras bacterias.

También pueden hacerse a partir de sueros esterilizados de secreciones patológicas de las infecciones.

Los elementos patógenos de un enfermo podrán entonces emplearse terapéuticamente en otro enfermo.

Como ejemplos se pueden señalar por sus nombres: podemos encontrar Sudor pedís, que es un preparado nosode a partir del sudor la planta de los pies o pueden encontrar un nosode de orina o un nosode de materia fecal o un nosode de cualquier secreción.

Igualmente se puede encontrar nosodes de tejidos con alteraciones degenerativas, nosode de cirrosis hepática, nosodes de cáncer, nosodes de esclerosis múltiple, etc.

Esto nos permite obtener una línea terapéutica sumamente importante para controlar enfermedades degenerativas.

Las normas técnicas son muy controladas por ejemplo en el caso de Alemania en particular existe el Instituto Alemán de Control de Medicamentos que dice paso por paso como tiene que prepararse un medicamento de éstos, donde hay que seguir unas reglamentaciones; en el caso de que sean nosodes a partir de bacterias no lo puede preparar el laboratorio, el laboratorio tiene que comprarle la cepa a una universidad , que está autorizada por el gobierno alemán para producir las cepas para la preparación de los nosodes, lo cual entonces garantiza de que el producto de origen, en éste caso la cepa es de calidad ya que son cultivos controlados.

Los laboratorios compran los productos en glicerina estéril que contienen una concentración de 100.000.000 de micro-organismos x cm3, esa sería pues la sustancia madre; ese producto lógicamente está esterilizado por lo cual no habrá efecto tóxico, no habrá efecto patogénico directo y, a partir de allí, entonces empieza a hacer la potenciación y la dilución homeopática.

Esto establece la importancia de la utilización de productos certificados y por ello recomendamos utilizar exclusivamente Laboratorios de reconocido prestigio.

Los cultivos microbiológicos tienen que ser perfectamente controlados con un examen bacteriológico demostrativo y por lo tanto, cuando se compra la cepa, junto con éste viene un reporte de la institución que lo produce.

Los cultivos bacterianos, vamos a encontrarlos bajo ciertos nombres: por ejemplo; Tuberculinum, Stafilococcinum, Estreptococcinum, etc.; serán nosodes preparados a partir de cultivos bacteriológicos puros.

También es posible que el nosode sea preparado no de la bacteria, sino de la bacteria mas la reacción tisular a la presencia de la bacteria; por ejemplo: el Psorinum nosode es un nosode que va a contener el Sarcoptes Scabei pero también va a contener pedazos de piel de los túneles afectados; el nosode que se llama Medorrinum es la Neiseria Gonorrea mas la supuración uretral.

Por ejemplo si tenemos Tuberculinum, que sería el nosode puro del bacilo tuberculoso pero podemos tener también Basillinum, y en este caso sería una caverna tuberculosa donde tenemos el bacilo pero también tenemos la respuesta inflamatoria: los eosinófilos, el tejido, etc., etc.

Por lo tanto hay dos formas diferentes de actuar:

1.- Con la bacteria o

2.- Con la reacción tisular del organismo frente a la bacteria,

Esto, desde el punto de vista terapéutico, ejercerá dos acciones completamente distintas.

Cuando se trata de órganos enfermos, estos órganos enfermos tienen que venir certificados, es decir, viene un papel de un Instituto que está autorizado para vender éstos tejidos, pero que además, eso no lo puede producir cualquier médico, tienen que ser patólogos expertos .Donde dice que esto es por ejemplo úlcera gástrica ,los cirujanos saben por ejemplo que para que haya un nosode o ulcera gástrica no solamente debe haber la mucosa sino que tiene que incluir la Musculares Mucosas porque en ésta es en donde está la principal reacción linfocítica de la patología, entonces tiene que haber una extracción correcta y un examen histológico comprobatorio de la patología; y los laboratorios están obligados a guardar las placas y el reporte de patología hasta que la última ampolleta de ese lote sea vendido (estos productos tienen unos controles muy estrictos por parte del gobierno en cuanto a como se deben fabricar y producir los medicamentos ).

De órganos y tejidos enfermos hay múltiples nosodes. El nosode, lo podemos considerar un remedio de terreno; está indicado particularmente en todas las formas de enfermedades clásicas o en estados acumulativos que puedan ser, o secundarios a la herencia o debido a enfermedades adquiridas; entonces si podemos necesitar aplicarle a un niño Tuberculinum porque está heredando la condición tuberculotoxicósica de su familia; pero también puede tener la posibilidad de ponerle a una persona un nosode de paperas porque haya tenido las paperas; esas son las dos posibilidades.

Cuando se tiene gripe y se prescriben antigripales, se bloquea y se inhibe la gripe, entonces se produce una impregnación celular o extracelular, por esos virus, o sus metabolitos, que no pudieron ser eliminados.

Cuando se prescribe un nosode se logra movilizar esos depósitos tóxicos antiguos para que sean eliminados; por eso siempre los nosodes deben administrarse con un drenador.

Son muy útiles los nosodes en todas las enfermedades auto-inmunes y en todas las enfermedades Psóricas, es decir; en las enfermedades por inmunodeficiencia o por alergias.

La acción del nosode será estimular los mecanismos naturales de vicariación positiva; con o permitiendo la desintoxicación y la eliminación de las homotoxinas; la acción del nosode permite posteriormente a toda enfermedad poder eliminar las toxinas depositadas en el tejido extracelular.

Por lo tanto debe ser de rigor que después de cada patología se administre el nosode de la patología o de los micro-organismos involucrados en la patología para garantizar la limpieza del terreno.

En caso contrario se forman lo que llamamos focos latentes, la presencia de Exo y de Endotoxinas permanentemente en los tejidos, la presencia de restos bacterianos continuamente o la presencia de moléculas tóxicas secundarios al proceso patológico que se sufrió y que no lograron ser eliminadas por el sistema inmune, entonces muchas reacciones, muchos inmunocomplejos, muchas reacciones antígeno-anticuerpo pueden permanecer en el tejido y después van desencadenando reacciones del Sistema del Complemento o generando efectos degenerativos, por lo que la limpieza del paciente después de cada enfermedad es muy importante.

ACCION INMUNOLÓGICA:

Una de las causas esenciales de la disfunción de un órgano, de un tejido o de una glándula es por la formación de autoanticuerpos. La artritis reumatoide, la tiroiditis de hashimoto, algunas glomerulonefritis, la DM, el Lupus, el Vitíligo, etc. Son algunos ejemplos de enfermedades autoinmunes, es decir hay producción de anticuerpos directos contra el órgano en cuestión. Éstos autoanticuerpos los encontramos en la sangre del paciente, luego entonces, al preparar éstos autoanticuerpos en medicamento homeopático (Nosodes e Isopáticos) y administrarlos al paciente provocaremos que la inmunidad del paciente se equilibre y disminuya ó termine con la agresión al órgano u órganos afectados. Y al administrar los sarcodes estamos haciendo una especie de transplante celular al órgano dañado, con la ventaja de que al ser el órgano liofilizado, diluido y dinamizado nunca nos creará un efecto de rechazo al transplante cómo ha sucedido en el caso de los alópatas que han intentado inocular al páncreas de un paciente con DM células pancreáticas sanas para la cura de la misma. Ellos tienen que mantener a sus pacientes inmunodeprimidos para poder tolerar el transplante y nosotros NO.

Nuestros organoterápicos se fijan a inmunorreceptores específicos, es decir una nefrona jamás se instalará en un bronquiolo, circulará por la sangre hasta encontrar su específico, y así sucesivamente con los órganos que administremos a nuestro paciente.

BASES FILOSÓFICAS HOMEOPÁTICAS:

Parágrafo 56: En éste parágrafo el Maestro nos dice que se intentó crear un tercer método de estudio por medio de la llamada Isopatía. Además de éste modo, sin duda, ciertas enfermedades peculiares a los animales, pueden darnos remedios y potencias medicinales para importantes enfermedades humanas muy semejantes y así aumentar afortunadamente nuestra provisión de remedios homeopáticos. Pero usar una sustancia morbífica humana (un Psorinum tomado de la sarna humana) como remedio para la misma sarna ó para las consecuencias dañosas que nacen de ahí es…….? No puede resultar de esto nada más que perjuicio y agravación de la enfermedad.

Parágrafo 46: Aquí, el maestro nos habla del efecto homeopático que tienen las vacunas y de algunas vacunas como la de la viruela tan temida por razón del gran número de sus síntomas graves y ha removido y curado numerosas enfermedades con síntomas semejantes. Inoculándola Dezoteux curó permanentemente una oftalmia crónica y Leroy otra. Así mismo fue utilizada para curar otras enfermedades que asemejaban al daño orgánico que producía la viruela y nos cita algunos médicos que curaron amaurosis, orquitis, disenterías, etc. Como vemos en éste texto el Maestro se da cuenta de poder medicinal que tiene la vacuna sobre otras enfermedades. Cómo hoy en día tenemos el Variolinum, Tuberculinum, Pertusinum, etc.

Parágrafo 153: Para la búsqueda del remedio homeopático específico debemos tener en cuenta principal y únicamente los signos y síntomas del caso patológico.

Parágrafo 117: El Maestro nos habla de Idiosincrasias, con las cuáles se quiere dar a entender constituciones físicas peculiares, que aunque por otra parte sanas, poseen la predisposición de presentar un estado más o menos morboso por ciertas cosas que parecen no producir impresión ni cambio en muchos otros individuos. Cómo nos damos cuenta en éste texto Hahnemann ya hablaba de inmunidad.

CONCLUSION:

El motivo primordial de hacer éste trabajo es por el gran éxito que he obtenido al emplear éstos medicamentos homeopáticos en mis hermanos enfermos que me han brindado su confianza y puesto en mis manos su salud. Al concluir la investigación de si es o no homeopatía, vemos que en el uso de algunos nosode y sarcodes que tienen experimentación pura y por ende patogenésia, SI es homeopatía, pues se busca el similibus sintomático. Y otros sarcodes e isopáticos que no tienen tales bases, No es homeopatía. Pero como bien lo dice el Maestro Hahnemann, “La primordial y única misión del médico es devolver la salud a los enfermos, esto es lo que se llama curar”. Ahora bien, no hay que olvidar que el hecho de utilizar éstos medicamentos no deja en desuso los Medicamentos Homeopáticos que encontramos en las materias médicas, pues la verdadera curación la darán éstos mismos, los nosodes, sarcodes e isopáticos solo aprontarán la curación. De tal modo que es una homeopatía híbrida, pero con un gran resultado final, que es el devolver la salud a nuestros enfermos.

BIBLIOGRAFÍA

Dr. Fabián Uribe. 1993. Ed. B. Jain Publishers Pvt. Ltd. Los nosodes, Generalidades, Materia Médica. Pp. 13-27, 99-108.

Dr. Sardar Markosian Muñoz. 2001. Ed. Laboratorios Homeopáticos häsler Homeopatía Europea. Medicamentos organoterápicos Häsler I & 2. Pp. 25-32, 39.

James Tyler Kent, 1976, 2ª. Ed, Impresos modernos, Filosofía Homeopática, pp. 262, 269,

Dr. Samuel Hahnemann, 1989, Ed. Albatros, Organon de la Medicina