Tomado de: https://www.homeopatiasuma.com/ambivalencia-atencion-primaria-de-salud-ifema-covid-19-y-homeopatia/
Por Mar Rodríguez Gimena.Médica
especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, trabajadora en el
SERMAS (servicio madrileño de salud) y postgrado en Homeopatía
Defiende
tu derecho a pensar,
porque
incluso pensar de manera errónea
es
mejor que no pensar.
Hipatia
de Alejandría.
Comparto
a través de esta maravillosa web mis reflexiones sobre la asistencia
sanitaria brindada en el ámbito de la Atención Primaria de salud
durante la epidemia de coronavirus. Agradezco la
oportunidad que se me ofrece.
Espero
que, en un futuro, se pueda tener un diálogo sosegado en torno a
los retos de la asistencia sanitaria en estas crisis,
con la participación tanto de l@s profesionales sanitarias como de
l@s pacientes. Tanto con la gente que comparta mis opiniones como
quienes las pongan en cuestión.
Aunque
sea un sueño y muchas no tengamos un lugar institucional para poder
impulsar un debate, ojalá pudiéramos llegar a consensuar las líneas
de actuación que nos permitan afrontar otra posible pandemia con
herramientas de colaboración entre diferentes terapéuticas
distintas a las que se han dado en el territorio español,
siempre con el objetivo de procurar la mejor asistencia posible a l@s
pacientes, a nivel individual y a nivel poblacional.
Espero
que l@s pacientes que usan la homeopatía y otras terapéuticas y
desean verse asesoradas en el tratamiento a seguir ante una nueva
epidemia de estas características, sean escuchadas sin prejuicios ni
juicios.
En
esta lucha contra las pandemias la participación
comunitaria y de todos y todas las agentes de salud es
imprescindible. Cada quien debe poder poner al servicio
de la comunidad sus saberes y experiencias sin sentir que puede ser
censurada de entrada.
No
quiero seguir mis reflexiones sin agradecer a todos l@s profesionales
sociosanitarios que han atendido a l@s pacientes, a los propios
pacientes que han demostrado paciencia infinita con los tiempos de
espera y nos han brindado una comprensión exquisita y a las
cuidadoras de personas ancianas, las de las residencias y las que han
seguido atendiendo a la gente más frágil y vulnerable en sus
domicilios.
LA GESTIÓN DE LA
CRISIS EN LOS INICIOS
CON UNA SANIDAD
PÚBLICA DETERIORADA
Y ESCUÁLIDA.
Gestionar
esta crisis no ha sido fácil desde los inicios. Hemos contado con
mucha incertidumbre, tanto en el campo de la epidemiología como en
el campo de la evidencia científica sobre el manejo farmacológico
que ofrecer a l@s pacientes que padecían COVID-19. Las informaciones
que nos llegaban de otros países no eran fácilmente contrastables.
El
20 de Marzo Abel Novoa en la plataforma noGracias[1] hace
sugerencias muy certeras sobre el modelo a seguir para tomar
decisiones en condiciones de escasez con criterios éticos y
organizativos. Propone un modelo que deberíamos tener en cuenta, el
modelo adaptativo, que, bajo mi punto de vista, no ha podido ser
aplicado plenamente en esta oleada de la pandemia por COVID-19.
“El
modelo adaptativo es aplicable a cualquier recurso escaso: camas de
UCI, ventiladores, camas de hospital o sistemas de protección. Cada
nivel de contingencia establece unos estándares de atención que
serán proporcionales a los recursos y demandas. Cuanta más demanda,
menos recursos y, por tanto, para que su distribución sea eficiente
y equitativa, los estándares deben cambiar.”
“…El
deber de cuidado. Este deber requiere fidelidad al paciente (no
abandono), el alivio del sufrimiento, y el respeto de los derechos y
preferencias de los pacientes.”
“…El
modelo adaptativo, fundamentado éticamente en los principio de
eficiencia y equidad, es el único que permite, en condiciones de
escasez, no discriminar con el criterio de orden de llegada (que
perjudica a los que más podrían beneficiarse de un servicio aunque
no hayan llegado los primeros) ni con la aplicación discrecional de
la regla del rescate (decisiones distintas dependiendo del
profesional y/o el centro).”
Quiero
resaltar de este artículo que el deber de cuidado
requiere del respeto de los derechos y preferencias de l@s pacientes.
Si atendemos a las recomendaciones de este modelo adaptativo para la
gestión de nuevas crisis este es un elemento fundamental que no
podremos olvidar.
En
las recomendaciones de nuestro actual código deontológico[2] en
los artículos 8 (respeto del derecho del paciente a elegir), 9
(respeto a las convicciones del paciente) y 12 (respeto al derecho
del paciente a decidir libremente después de recibir la información
adecuada sobre las opciones clínicas disponibles) se recogen también
estos derechos.
En
lo que a la elección de la prescripción terapéutica se refiere,
estos derechos, me temo que en algunas ocasiones no se han tenido en
cuenta en la gestión de esta crisis.
LA ASISTENCIA EN
CENTROS DE SALUD Y
EN EL HOSPITAL IFEMA.
Intento
hacer memoria porque los días han pasado muy rápido.
El
día 21 de marzo pidieron personal sanitario voluntario para ir al
hospital de campaña que se iba a montar en IFEMA. El 22 me presenté
allí. No era necesario entrar ese día. Había gente suficiente.
Desde
el 23 de Marzo hasta el 16 de Abril he ido a diario a IFEMA con tres
días de libranza y he compatibilizado como he podido mi trabajo en
las guardias rurales.
He
aprendido mucho y comparto mis reflexiones y sentimientos.
Los
primeros días hubo que hacer una gran esfuerzo organizativo, había
mucho caos, mucha gente a la que atender, pero todo el mundo trabajó
lo mejor que supo y lo mejor que pudo para sacar adelante la
asistencia de la gente enferma por COVID 19.
Pasar
de la atención primaria a la hospitalaria cuando dejé atrás el
hospital hace tantos años, tras acabar la residencia de familia, fue
para mí toda una experiencia. Gratificante en algunos casos,
estresante en otros. L@s residentes de familia de cuarto año, los de
interna, nefrología, endocrino, etc. nos ayudaron un montón. Parece
que en algunas ocasiones cambiábamos el rol. Ellos y ellas, adjuntas
y nosotras, residentes. El aire que se respiraba en cada control de
IFEMA era de compañerismo y apoyo mutuo y eso es lo que permitió
sacar adelante nuestro trabajo.
L@s
pacientes han mostrado una paciencia infinita, al menos en mi
control. A pesar de algunas deficiencias que hubo los primeros días
y que poco a poco se subsanaron, no hubo ninguna crítica ni queja y
todo el mundo allí ingresado entendió el contexto y aprendió
también a colaborar, haciendo de “guía” a los nuevos ingresos y
dando ánimos a la gente más mayor.
Una
vivencia que quiero destacar es la gran colaboración
entre los distintos estamentos sanitarios: medicina, enfermería,
auxiliares y celadores. Todas a una trabajando y
colaborando aunque lo que tocara a hacer no fuera estrictamente de
nuestra “competencia”.
Las
reflexiones en torno a lo más científico técnico las tengo que
reposar más y deberemos esperar a la exportación de los datos
recogidos para saber, en realidad, más allá de las percepciones
personales, qué tratamientos han ayudado realmente en el manejo de
la infección por COVID 19 y cuáles habrá que dejar en reserva o
directamente desechar.
Espero
que este debate también lo podamos tener con sosiego y con calidad
humana y científica.
Estoy
segura de que a todas y todos nos ha movido el bien del paciente.
Trabajar como hemos trabajado con estos niveles de incertidumbre, con
muy escasa evidencia científica nivel A y con esta presión
asistencial, ha sido muy interesante. Pero también se suma la
vivencia que muchas hemos tenido de nerviosismo, de tristeza, de
agotamiento algunos días.
Recuerdo
hoy un comentario de una residente que dijo: “la gente que solo
sabe trabajar con nivel de evidencia científica basada en ensayos
doble ciego debe estar de los nervios. Siempre nos debe mover el
sentido común y leer todo lo que se vaya publicando, con la calma. Y
seguir adelante.”
En
la asistencia proporcionada por la Atención Primaria de salud en los
centros de salud también hemos vivido estos problemas. Con muchos
menos recursos y con el grueso de la atención basada en la atención
telefónica y los avisos, una atención primaria que lleva años
sufriendo por los recortes y las privatizaciones ha dado un ejemplo
de asistencia en situaciones de crisis. Hemos vivido situaciones de
tensión a la hora de pensar en derivar a los pacientes que
necesitaban valoración hospitalaria, cuando las camas de hospitales
y UCIs ya estaban llenos y sabíamos que no se les iba a poder
ingresar. Especial tensión y pena nos ha producido la situación de
las residencias de personas ancianas. Atención Primaria
también ha asumido algo para lo que estaba preparada y que ha sido
nuestra labor desde siempre: acompañar también en el final de la
vida y procurar hacerlo pensando en el mayor bienestar para el
paciente y sus familias. Acompañamientos que en esta crisis se han
hecho difíciles, sin poder tocar a nuestros pacientes, ni abrazar a
sus familias para darles el pésame.
Los
duelos que se han vivido en silencio, sin abrazos, con tristeza
contenida, sin funerales, ni misas, ni recordatorios pasarán su
factura individual y colectiva y, también desde atención primaria
estaremos para acompañar.
REFLEXIONES PARA EL
FUTURO. LIBERTAD DE
ELECCIÓN DE L@S
PACIENTES Y DE L@S
PROFESIONALES
Ambivalencia
es lo he que sentido y os lo explico a continuación.
Además
de médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria soy médica
homeópata.
No
puedo evitar individualizar los síntomas de cada paciente y mirarlo
con esos ojos. Y trato de buscar qué medicamento homeopático le
podría ayudar. Pero mis autoridades sanitarias me “impiden” o no
me “facilitan” desde hace años poder tratar a mis pacientes de
la pública con esta maravilla terapéutica.
Tengo
la gran suerte de haber tratado a más de 25 casos leves y moderados
por vía telefónica y Whatsapp desde el inicio de la pandemia con
resultados buenos en muchos casos. Más compañeros y compañeras lo
estamos haciendo y estamos llevando a cabo un registro que, espero,
nos ayude a hacer ciencia y poder aportar todo lo que sabemos cuando
los tiempos sean mejores.
Me
enfrento a mis contradicciones día a día y a las inequidades en
salud que produce este sistema. ¿Por qué la gente que me conoce o
conoce a un médico/a homeópata puede tener la “suerte” de
tratarse y l@s pacientes que ni conocen este método no?
¿Por
qué en otros países está integrada la homeopatía, la medicina
naturista, la acupuntura, la medicina ayurvédica, etc. en los
sistemas públicos de salud y en el nuestro no?[3][4]
¿Por
qué , sabiendo como sabíamos, o al menos intuíamos, que no había
un tratamiento 100% eficaz para el COVID-19 las autoridades
sanitarias de nuestro país no se han planteado ni siquiera la
posibilidad de permitir el tratamiento con diferentes medicamentos,
incluidos los homeopáticos como se ha llevado a cabo en otros
países?
¿Por
qué si sabemos por las publicaciones científicas de la eficacia de
la homeopatía en la prevención de epidemias, gracias a la
experiencia de Cuba[5] con
la prevención de la leptospirosis, o de Brasil con el dengue[6],
o del el cólera en Haití[7] no
lo hemos podido ni proponer en nuestro país? ¿Por qué si en el
libro de Frederick Freadborn se recoge de lo estudiado en los
registros de la gripe del 18 que “…el rango de mortalidad con
tratamiento convencional fue del 2,5% al 10%… Menos del 1% de
pacientes tratados con homeopatía murieron” no hemos podido
ni plantearnos esta posibilidad como estrategia preventiva
poblacional? [8]
Estoy
segura de que l@s médicas homeópatas hemos evitado que, algunos
casos con afectación leve y moderada, acudan al hospital y hayan
podido ser tratados en sus domicilios con relativo éxito. En este
momento muchos y muchas homeópatas anónimos siguen atendiendo en
esta grave pandemia. En silencio. Con dedicación absoluta. Pasando
desapercibidas… Felices por poder aportar nuestra experiencia y
nuestro estudio. Tristes por no poder ofrecérselo a todo el mundo.
Seguiremos
recopilando los datos de nuestras historias clínicas y los
tratamientos ofrecidos para que la próxima ola de esta pandemia nos
pille más preparadas.
Para
finalizar lanzo al aire una pregunta, un deseo: ¿podremos colaborar
médicos y médicas que somos personas expertas en diferentes
terapéuticas en el siguiente repunte de la pandemia desde diferentes
perspectivas, aportando el conocimiento, las dudas y las
incertidumbres para mejorar la asistencia individual y poblacional?
Como
dice Yayo Herrero,[9] somos
seres interdependientes y ecodependientes.
“Ecodependientes
porque todos los recursos y bienes que utilizamos para todas nuestras
actividades, salen de la naturaleza; e interdependientes, porque es
imposible pensar la vida de un ser humano sin la ayuda de otro ser
humano. Y tras estas certezas, el problema surge cuando los recursos
naturales (todos) se agotan y lo que es peor, no están disponibles
para todos por igual o son origen de grandes
conflictos.”
Aplicada
a mis deseos, esta frase se llena de contenido. Los seres humanos
hemos crecido como especie gracias a la colaboración y el apoyo
mutuo. Ojalá esta pandemia nos ayude a estar más unidas a todas las
personas que deseamos cuidar de la salud de las personas y eso
redunde en el beneficio de la especie humana. Estoy convencida que
para la homeopatía es un reto que debemos aceptar. La homeopatía
tiene mucho que decir. Esperemos que su experiencia no sea
silenciada.
[1] http://www.nogracias.org/2020/03/20/criterios-eticos-y-organizativos-para-tomar-decisiones-en-condiciones-de-escasez-el-modelo-adaptativo-por-abel-novoa/#comment-158466
[5] Bracho
G, Varela E, Fernández R, et al. Large-scale application of
highly-diluted bacteria for Leptospirosis epidemic control.
Homeopathy 2010; 99: 156-166.
[6] Marino
R. Homeopathy and Collective Health: The Case of Dengue Epidemics.
Int J High Dilution Res [online]. 2008; 7(25): 179-185.
De
Souza Nunes, L. Contribution of homeopathy to the control of an
outbreack of dengue in Macaé , Rio de Janeiro. Int J High Dilution
Res 2008; 7(25):186-192
[7] E.
Broussalian . Chólera in Haiti.. Spectrum of homeopathy. 2011; 3:
20-25
[8] Dearborn,
Frederick M. MD, American Homeopathy in the World War; 1923