Juan José tiene 38 años cuando acude a mi consulta por primera vez. Es un hombre alto, delgado, moreno con calvicie incipiente y ojos pequeños remarcados por unas bolsas palpebrales inferiores muy prominentes de coloración oscura. La mano está fría y húmeda, no la tiende con fuerza…
Me dice de entrada: «Tengo un Crohn diagnosticado desde hace cuatro años…, si bien hay que añadir otros dos de espera diagnóstica… Ya se que no tengo solución, y no busco una cura milagrosa…, pero oí hablar de usted y por probar… —me mira mientras dice esto con una sonrisa bobalicona».
Dudé si contestar o no pero él se me adelantó: «Estoy hecho pedazos…, no se imagina el calvario que llevo encima… No puedo trabajar, no puedo hacer nada…, pues cuando me entra la prisa tengo que correr…, es un desastre… además, por lo menos antes los brotes no eran tan habituales…, ahora vivo prácticamente de continuo en un brote».
Le pido que me explique como ha sido la evolución de la enfermedad.
«Tendría unos 22 años cuando por primera vez tuve un brote…, al principio no lo sabía…, era una diarrea y ya…, pero la persistencia en el tiempo, era el mes de julio, lo recuerdo perfectamente, estaba de vacaciones…, eso llevó al médico de cabecera, un buen médico, a tomar la decisión de mandarme a Zamora…, nosotros somos de allí… En Zamora me vio un internista y me pidió una gastroscopia, por los dos lados… Yo en aquella época me cagaba de miedo, pero mis padres insistieron y no tuve más remedio… Bueno, fue la manera de saberlo…, así ya supe de entrada la cruda realidad… Recuerdo que me mandó un antibiótico… se llama Ciprofloxacino, además me dio un corticoide, la Prednisona… La verdad es que fue mano santa…, al segundo día ya me sentía bien… Yo pensé que el internista había exagerado, y reanudé mi vida normal. Volví a la Universidad en Salamanca pensando que ya se había pasado…, pero ay, amigo…, antes de navidad me dio el segundo brote…, era muy fastidiado…, yo salía mucho…, imagínate en Salamanca…, y encima en las clases de la Facultad…, un desastre. Se lo conté a mi madre y acto seguido se presentaron en Salamanca, yo entonces estaba en un colegio mayor… Me llevaron a un médico muy famoso allí del aparato digestivo… Y nada, de nuevo las pruebas y de nuevo el diagnóstico, el mismo… Este buen hombre me dio más corticoides…, el Deflazacort® y además me mandó el Metotrexate y el Acfol®… Y bueno…, así estuve bien otra buena temporada…, yo creo que hasta final de curso que me dio otro brote antes de acabar los exámenes… No dije nada a mis padres, quería que llegara el verano… Teníamos previsto un viaje en interrail por Europa…, y tuve que suspenderlo, no me atrevía, los amigos se quedaron de piedra cuando les conté lo que me pasaba… El caso es que el año académico no se me dio mal y mis padres, ya alertados, me llevaron de nuevo a este famoso gastroenterólogo de Salamanca… En aquella época se operaba a algunos casos y nos dijo que yo podía ser tributario de la cirugía…, aunque mi padre aceptaba, tanto mi madre como yo nos quedamos de piedra, el caso es que el hombre, haciéndose cargo de la situación nos dijo que había unos tratamientos experimentales que se estaban iniciando en España y que él podía intentar que yo participara en esos ensayos… Nos dijo que estaba la cosa muy avanzada y los llamó tratamientos biológicos… No dijimos ni que si ni que no…, pero como a la semana llamó a casa y le dijo a mi madre que habían aceptado la propuesta de meterme en el estudio… Así fue como inicié un tratamiento que ahora incluso ya está desfasado…, era un antifactor de la necrosis tumoral, lo que entonces se llamó anti-TNF, se llamaba Remicade®, el principio activo era el infliximab».
Al darme datos tan técnicos y con tal precisión le pregunté por su ocupación.
«Soy Ingeniero Químico…, y la verdad es que lo he estudiado todo al propósito de mi enfermedad, por eso le digo que lo único que se me escapa es lo que hay fuera de la medicina oficial».
«¿Y como fue la cosa?», le pregunté.
«Lo de siempre…, dos semanas bien, parecía que ya todo estaría solucionado…, pero ay amigo…, después se desencadenó un brote que parecía imparable… Después de más de tres meses de calvario, respondió a los corticoides… Pasé por todos…: Beclometasona, Budesonida, Deflazacort Dexametasona, Hidrocortisona, Metilprednisolona y Prednisona…, creo que no se me olvida ninguno… Con la desesperación mis padres me llevaron a Madrid y allí un médico famoso me añadió la Azatioprina…, y lo mismo, al principio muy bien, pero al cabo de un mes escaso de nuevo la misma cantinela…, total que me cansé y gracias a un amigo de la facultad que me abrió los ojos, yo, sin decir nada en casa me puse en contacto una médico naturista de Bilbao…, una excelente persona y profesional… Ella poco a poco me ayudó a retirar los medicamentos que nada me hacían, y me enseñó a comprender que me hacía bien y mal a la hora de alimentarme…, te parecerá una tontería, pero hasta ese momento nadie me había dicho nada al respecto…, me trató con oligoelementos y fitoterapia que me vino muy bien hasta el punto de que los brotes ya no eran tan duraderos…, y así he seguido hasta ahora…, pero sigue siendo un sinvivir...»
Le pedí que me explicara como era ese sinvivir.
«Es una pura ansiedad, no se como decirlo…, tal vez rabia…, el no saber porque me pasa esto a mi…, es esta mala suerte la que me persigue…, una auténtica mierda… El sistema realmente nos abandona como si fuéramos unos conejillos de indias…, cuando no saben, nos llenan de bombas de medicamentos, a cual más agresivo y lo cruel de todo es que piensan que lo hacen bien…, experimentan con nosotros a costa de su renombre…, si, se muy bien lo que digo…, por mi trabajo lo he visto muchas veces… Recuerdo a un catedrático, da igual el nombre, que descubrió una molécula que presumiblemente curaba cierto tipo de cáncer…, el hombre se consideraba un laureado…, todo prestigio…, mis compañeros le hacían la ola…, era una relación más sumisa que en el reinado del rey sol…, llegó el momento de experimentar la molécula en primates y la decepción fue humillante…, los mataba a todos y en pocos días…, nada que ver con los ratones, que parece que se regeneraban… El caso es que el hombre…, el catedrático, lejos de aplacar su ego, y para que no le quitaran financiación volcó sus esfuerzos y los del equipo en hacer una pequeña modificación a la molécula…, se hizo y con los mismos resultados…, en vez de reconocer el fracaso, ahí siguen erre que erre…, eso si los boanas ya no hacen tanto la ola, pero siguen haciéndola, dado que de esa manera comen... Viendo estas cosas desde dentro, como comprenderás, me desanima la confianza que los demás tienen…, yo me siento en absoluto abandono, cada vez creo menos en lo que hago…, pero desgraciadamente no lo puedo cuestionar en público…, me pagan y vivimos de ello».
Con todas estas consideraciones y referencias que me hacían pensar, y mucho, le pedí volver atrás, quería que me hablara de su infancia.
«Yo nací en un pueblo de la provincia de Zamora, mis padres por motivos de trabajo recalaron allí, ellos son veterinarios…, me crié con mi hermano en un sitio espectacular…, pura naturaleza…, además, desde pequeños mis padres no ponían impedimentos a que los acompañáramos…, estoy seguro que hubieran querido que los dos hiciéramos veterinaria…, pero ya ve…, mi hermano si…, pero yo no… yo era un niño pachucho…, me recuerdo siempre con mocos, incluso tuve hongos…, ya ve que soy bastante blanco y la piel ha sido una diana…, nada importante…, pero siempre con mejunjes…, que si corticoides, que si antifúngicos… Mis padres, cuando yo estaba ya en bachillerato, llegaron a la conclusión que era mejor que me quedara en casa…, así que estudiaba mucho…, me gustaba la química, era muy bueno en eso y mis padres siempre me lo facilitaron todo…, lo de hacer ingeniería química vino prácticamente rodado…, a mi hermano le llevo dos años, y a esas edades no son poco, el caso es que a él si le encantaba el campo, no tanto el estudio…, pero tampoco era malo… Yo creo que cuando me fui a Salamanca era lo que se esperaba de mi…, era buen estudiante, pero también me gustó siempre la juerga, sabía que Salamanca era mi sitio, al menos así lo creía en ese momento…, hoy no estoy tan seguro, pero ya ve, allí sigo...»
Le pregunté en ese momento si tenía pareja.
«Si…, tenemos una hija… La conocí en segundo…, ella venía de Barcelona, acababa de llegar a Salamanca, y la casualidad hizo que se sentara mi lado…, no se…, la vida es así…, desde entonces estamos juntos…, con sus vaivenes, pero juntos… Acabamos juntos la carrera, hicimos el doctorado juntos…, ambos optamos por la investigación y la docencia con caminos prácticamente idénticos… y ahí estamos en departamentos distintos, pero en la puerta de enfrente, siempre muy cerca…, cuando podemos, escapamos al pueblo…, hicimos allí casa y es nuestro mejor refugio…, nos hubiera encantado que nuestra hija se criara allí…, el caso es que pasa muchas temporadas con sus abuelos y su tío…, Mirian ya tiene elegida la profesión…»
Me interesé por su sueño.
«Duermo bien si no tengo urgencia…, aunque ya me he acostumbrado, si aparece la urgencia, voy y a la vuelta caigo frito en un momento, no me desvela normalmente».
Le pregunté por su sueños.
«No suelo recordarlos… aunque en la infancia tuve uno que se repetía muchísimo…, una mano desconocida me apretaba en el cuello, yo intentaba quitármela de encima por todos los medios…, me apretaba tanto que parecía que me mataba…, en ese momento me despertaba...»
Le pedí que me hablara de su alimentación.
«Ya le digo, hasta que no fui a Bilbao no tuve conciencia de lo que me hacía bien y lo que me hacía mal… Siempre me encantó el embutido…, en casa se hacía matanza…, pero el chorizo me sienta como tres patadas ahí abajo…, no puedo tomar leche de la de casa…, tampoco me sienta bien el alcohol…, y todos los vegetales flatulentos: la berza, la lechuga, la coliflor… hasta los cereales integrales… y las bebidas cero – cero… debe ser por los cereales que les meten… Tampoco los picantes los tolero bien… Por lo demás yo creo que todo el resto no me sienta mal…, siempre me gustó de todo…, pero estas cosas que te digo, no puedo con ellas...»
Me intereso por lo que realmente le gusta.
«La fruta me encanta, y también el te…, no cualquiera, el te verde, me encanta».
Llegados a este punto de la consulta yo ya tenía en mente la familia de medicamentos, empero aun quería poner sobre la mesa a la medicina psicobiológica: Para ello le expliqué el discurso del endodermo que dice “No lo puedo incorporar”. Es la negación del mandato generacional del endodermo (los anteriores tienen más derecho que los posteriores). Se refiere a la no aceptación de la esencia de los seres que nos precedieron (padres, abuelos, colectividades) y también a sus actos y a sus historias.
Al referirle esto, la cara de Juan José cambió, sin embargo, solo me pidió que le explicara más, le dije: «Creemos que es este discurso el que subyace en todas las enfermedades arquetípicas de los órganos del endodermo».
«Para, para…, ¿que quieres decir con enfermedad arquetípica?»
«Podríamos hablar de un discurso evolutivo que se fue inscribiendo de generación en generación y al igual que un gen recesivo se va a manifestar en determinados portadores de ese gen y no en todos… Las enfermedades arquetípicas, a diferencia de las agudas, las llevamos inscritas y pasan a nosotros, incluso desde nuestros ancestros —asintió y yo continué—. En el “No lo puedo incorporar” hay un desentendimiento con la propia historia en tus decisiones actuales».
«Según lo que dijiste antes…, puede ser algo así ¿como que mis padres y mis abuelos tienen más derechos que yo mismo…?»
«Así es...», contesté.
«Joder…, puede ser que fallara al no estudiar veterinaria…, ellos hubieran querido que yo fuera veterinario…, estoy seguro… pero nunca me dijeron nada...»
«¿Lo has hablado con ellos?»
«No… ¡qué cojones…!, ellos están orgullosos de que yo sea ingeniero y profesor de Universidad...»
«Bueno, bien…, pues has de resolverlo…»
«Si no lo veo no lo creo…, ¿me estás diciendo que mi carga emocional…, ese pequeño secreto que me persigue…, es el que me hace daño?»
Le expliqué que desde mi humilde punto de vista, las noxas emocionales son las más importantes, esas que no se pueden medir en el laboratorio… Capaces de producir lo peor y lo mejor, que todo depende de nosotros mismos y de como seamos capaces de encauzarlas.
Se quedó un rato en silencio mientras yo afinaba la repertorización:
«¡Es cojonudo! —me dijo—, si eso fuera así, he sido un imbécil todo este tiempo...»
«No, yo no he dicho eso… La mayor parte de las veces, este entorno social nos ha enseñado que la enfermedad, no importa cual, es un terrible enemigo… Piénsalo ahora de este modo: Un pedazo de ti, de tu carne, se rebela contra ti…, y no te olvides que es un pedazo de ti, que en este caso afecta a todo tu tubo digestivo… Si atacas a ese pedazo que es tuyo...»
«Te atacas a ti mismo», concluyó Juan José.
Llegados a este punto le expliqué:
Los sentidos de la hoja embrionaria: Incorporación, asimilación y eliminación.
También le hablé de la negación del sentido biológico: no incorporar, no asimilar o no eliminar más. Del llamado mandato generacional: Debes aceptar que lo anterior tiene más derecho.
De la negación del mandato: No puedo aceptar el derecho del anterior o no me aceptan los posteriores.
Discurso de su enfermedad: la asociación entre dos negaciones, la del mandato generacional con la del sentido biológico.
En este punto le dije que tenía que construir dos frases, la de la enfermedad y la de la curación…, que ese sería un trabajo para casa. Que podría buscar ayuda si se hacía entender. Me pidió lectura y se la di.
Le expliqué que la Homeopatía ayudaría a abrir esas barreras y que con seguridad si se abrían podría conseguir convivir de forma razonable con ese pedazo de sí que no esta de acuerdo con él mismo.
Temas de Euphorbiaceae:
Reactividad explosiva (física y mental)
Tensión, constricción y opresión
Rabia (expresada o suprimida)
Sensación de abandono con sentimiento de culpa y devaluación)
Negación del placer y miedo de la mala suerte
Trastornos del tracto gastrointestinal
Trastornos dermatológicos
Invasión: infecciones frecuentes por parásitos, hongos y virus.
Prescribí Croton tiglium 12 LM gotas, una gota diaria previa agitación de diez golpes secos. Valorar en un mes.
Cuando se fue de la consulta pensé que no volvería a verlo, algo en su mirada me dijo eso.
Segunda consulta:
Pasaron más de dos meses hasta Juan José acudió de nuevo a consulta. Me tendió la mano, fría y seca, sin fuerza. Me dijo: «No iba a venir…, estoy igual…, poco que contar...», ante mi silencio hierático y mi mirada firme, prosiguió «No hice los deberes…, nada de nada…, compré las gotas, pero me tardaron en venir y cuando llegaron las dejé de lado…, un día mi mujer me dijo si había leído lo que me mandaste, ella sabía que no…, así que se lo dije, me dijo que debía leerlo, que era un nuevo paradigma de difícil consideración pero muy científico…, que mi mujer me dijera eso me resultó raro…, ella no dice nada de lo que no esté segura, y su pensamiento es estrictamente científico… Así que lo leí del tirón…, tuve que releerlo unas cuantas veces para poder fijar algunos conceptos…, y hace unos quince días comencé a tomar las gotas que me dijiste… He venido antes, porque si voy a seguir, me hubiera dado vergüenza postponerlo… Quiero que lo entiendas…, y no iba a andar con paños calientes… Bueno…, mi mujer me ha ayudado a construir las frases…, pero no he hablado con mis padres y mi hermano… Aún no he sido capaz… Tampoco estoy seguro de que ellos lo entiendan…, pensarán que me he vuelto loco viniendo aquí… Vivo ahora mismo, desde que he interiorizado esa lectura. Lo mismo le pasa a mi mujer, en una auténtica odisea…, es increíble como se abre a la comprensión algo tan claro y sin embargo tan difícil de ver… Si todo es verdad, y lo voy a poner en práctica sobre mi…, nuestro trabajo y el de muchos puede ser miserable…, es un cambio absoluto de paradigma, y eso nos ha hecho removernos por dentro hasta lo más íntimo…, en cierto modo, estamos asustados...»
Ante mi mirada y mi silencio prosiguió: «Nunca en nuestra vida nos habíamos removido de un modo tan brutal…, ahora, y está mal decirlo, nos damos cuenta de que hay argumentos científicos erróneos de entrada, porque parten de una mentira central…, lo que tu me hiciste ver como la lucha contra un trozo o pedazo de ti mismo que se revela contra ti…, ¡estamos jodidos, y bien jodidos!, todo el argumentario científico en lo que llamáis las enfermedades arquetípicas está mal planteado de entrada… Y encima, no interesa a una sociedad como esta, de hecho no interesará nunca… Es triste pero es una auténtica certeza… Quiero pedirte disculpas, qué coño, perdón… pero has de comprenderme…, se nos ha caído todo nuestro sistema al suelo...»
«No eres el único…, ¿acaso crees que a otros no nos ha pasado lo mismo…? No eres un bicho raro, tampoco tu mujer, antes otros pasamos por lo mismo que vosotros… Somos pocos, pero estoy seguro de que una semillita junto a otra, si es verdad que estamos en lo cierto, harán un campo pequeño que luego poco a poco se acrecentará… Pero dejémonos de disquisiciones y hablemos de cómo has estado desde que te has tomado la gota…, entiendo que antes sería más de lo mismo».
«Así es…, incluso tomé corticoides… hasta hace unos quince días…, yo creo que ahora me estoy “detoxicando” todavía… Pero es curioso lo que hace la mente…, me siento mejor estos últimos días…, no a nivel físico, pues no estoy bien…, tres o cuatro veces al día tengo que salir corriendo al váter...»
«¿La mente o las gotas? ¿La mente o las frases? ¿La mente o el cambio de paradigma…?», dejé todas estas preguntas en el aire.
«Es posible que tengas razón…, perdona…»
Hablamos un rato de sus inquietudes y de como pensaba afrontar a sus padres y a su hermano.
Prescribí Croton tiglium 15 y 18 LM, tomar previa agitación de diez golpes secos sobre superficie dura. Subir de potencia al mes. Nueva valoración en dos meses.
Tercera consulta:
Esta vez acudió a los dos meses exactos, venía en compañía de su mujer, que me presentó en la sala de espera, no la invitó a entrar en la consulta. Él me tendió la mano, estaba caliente y seca. Me dijo: «Estaba ansioso por venir…, y mira que no estamos cerca…, hice los deberes y tomé la gota… Estoy mejor, mucho mejor…, me he librado de un enorme peso… No se por dónde empezar… Lo primero es que hablé con mis padres y mi hermano…, un día al poco de haber venido aquí, nos fuimos al pueblo y la verdad es que fue mucho más fácil de lo que yo me imaginaba… Pero si, ellos tenían el mal regusto de que no hiciera veterinaria…, pero están orgullosos de mi, estoy seguro…, era más yo que ellos…, pero me hizo mucho bien verlo en su cara, también ella la de mi hermano que dice que farda de tener un hermano catedrático en la Universidad… Yo estaba ciego, y también algo acojonado… No se como explicarlo. El caso es que poco a poco las cosas han cambiado dentro de mi… Costará creerlo y que no salga de aquí…, pero les hablo a mis pedazos todos los días, me hace mucho bien…, les digo: “Os revelasteis contra mi, y yo ciego, no lo sabía entender, ahora tenéis que complaceros en mi, pues al haberos entendido necesitamos convivir desde la comprensión que mis padres me quieren tal como soy y que realmente yo no les hice feo alguno, que se sienten orgullosos de mi”. Y esas son mis frases, ¿qué te parecen?»
«Fantástico…, entiendo que has hecho toda una declaración en la que cabe la frase de la enfermedad y la de la curación a la vez...»
«Si…, ya te digo, me lo digo a diario… Otra cosa, el Croton es la hostia…, no puedo pasar sin él, es como si me pusiera en onda...»
«Y hablando de las cosas terrenales…, ¿qué tal tu hábito intestinal?»
«Eso es lo mejor…, hacía muchos años que no tenía un periodo ventana tan grande, llevo veintitrés días sin brote…, no nos lo creemos… Tu no te imaginas lo que es dormir del tirón…, ahora me siento como nunca… ¡Estamos que no nos lo creemos!»
Prescribí Croton tiglium 21, 24 y 27 LM, tomar previa agitación de diez golpes secos sobre superficie dura. Subir de potencia al mes. Nueva valoración en tres meses.
Siguientes consultas:
Llevo viendo a Juan José de forma continuada desde entonces. Ya han pasado tres años desde la primera consulta a la hora de transcribir el caso clínico. He seguido subiendo siempre las potencias de tres en tres. Cuando tomaba la potencia 33 LM tuvo un pequeño brote que le duró dos días y medio, discutió con su mujer y eso le alteró bastante, desde entonces no ha tenido brote alguno. Cuando llegamos a la potencia 60 pasó a tomar gránulos mensuales en la 90 cada dos meses, en la 120 cada 3 meses. Ahora toma remedio dos veces al año. Cuando nota que tiene cualquier proceso agudo toma la potencia 12 LM de Croton tigilum 1/1/1, y así mejora, nunca ha tenido que tomar otro remedio para ningún agudo.
Euphorbiaceas
Euphorbiaceae es una familia cosmopolita muy difundida y diversificada en la zona tropical con 300 géneros y alrededor de 7500 especies, la mayoría de ellas matas y hierbas aunque también, en especial en los trópicos, árboles y arbustos; monoicas o dioicas, típicamente con látex. Algunas son suculentas que se asemejan a los cactus.
Distribución
Familia cosmopolita con un mayor número de especies en la zona tropical. Esta familia se da principalmente en los trópicos, con la mayoría de las especies distribuida por la región indo-malaya y la América tropical. Hay una amplia variedad en el África tropical, aunque no tan abundante ni variada como en las otras dos regiones. Sin embargo, el género Euphorbia también tiene muchas especies en áreas no tropicales, como la Cuenca mediterránea, el Oriente Medio, Sudáfrica y el sureste de Estados Unidos. Un gran número de plantas ruderales cosmopolitas introducidas con los cultivos ordinarios son euforbias, destacando las lechetreznas.
Características
Son hierbas, arbustos y árboles con látex, a veces carnosos y cactiformes. Se cita a menudo a las euforbiáceas como un caso de evolución convergente con las cactáceas. La mayoría de las euforbias contienen sustancias tóxicas contra los herbívoros. Hierbas grandes arrosetadas, o árboles, o arbustos, o subarbustos. Muchas veces en áreas secas son grandes, xeromórficas, fibrosas o suculentas. En general las especies suculentas son de África, América (muy pocas) y Madagascar. En América sus nichos como plantas suculentas están ocupados por las cactáceas. El grupo es muy variado y se confunden muchas veces especies del grupo de las euforbias con otros grupos.
Las hojas son generalmente simples, cuando son compuestas, pueden ser palmadas, opuestas y alternas, con estípulas que pueden estar transformadas en espinas o glándulas. Las hojas simples, son generalmente alternas y a menudo estipuladas.
Las euforbias suelen formar a menudo unas estructuras florales llamadas ciatos muy especializadas, es una estructura diminuta en forma de copa, que consiste en un involucro con glándulas variadas en el borde, dentro del cual hay numerosas flores reducidas a un estambre (llamadas por eso estaminadas), que se hallan rodeando a una única flor central con pistilo. Estas inflorescencias son generalmente protóginas, la polinización es cruzada y la realizan principalmente moscas u otros dípteros, que acuden atraídos por la abundante segregación de las glándulas.
Sus pequeñas flores tienen tendencia a la reducción en el número de piezas, a ser unisexuales y actinomorfas. Las especies con flores más primitivas tienen cáliz y corola, el resto, monoclamídeas o aclamídeas. Los estambres pueden estar en número variable, muchas veces reducido a 1 solo estambre (las mencionadas "flor estaminada"), a veces estambres ramificados con un número variable de anteras (hasta 9); gineceo súpero, pluricarpelar en las especies primitivas, tricarpelar, e incluso, monocarpelar en las más modernas; los estilos pueden estar ramificados.
Las inflorescencias complejas de tipo cimoso, o ciato, son características de las euphorbias y géneros afines. A su vez los ciatos forman inflorescencias compuestas umbeliformes.
Los frutos son normalmente capsulares, dorsicidas o loculicidas, cuyos carpelos se separan en la madurez, tricocos, la reticulación de la testa de la semilla es un carácter sistemático. Después de la fecundación, el pedicelo pistilado empuja al fruto hacia arriba y hacia afuera para ser dispersado.
Es frecuente encontrar un gran número de especies de euforbias crasas autóctonas en las zonas cálidas desérticas del planeta. Las euforbias suculentas de tallos y ramas carnosas, del tipo de las tabaibas son frecuentes en África, Madagascar y los archipiélagos macaronésicos e índicos, que muestran adaptaciones similares a los mencionados cactus y las Agavoideaes.
Usos y toxicidad
Algunas especies de Euphorbiaceae tienen importancia económica, como la yuca (Manihot esculenta), cricino (Ricinus communis), nuez de barbados (Jatropha curcas), y el caucho de Pará (Hevea brasiliensis). Muchas se cultivan como planta ornamental, como la flor de pascua (Euphorbia pulcherrima) o crotón de jardín (Codiaeum variegatum). El tártago frondoso (Euphorbia esula) y el árbol de sebo (Triadica sebifera) son malas hierbas invasoras en América del Norte.
Las semillas de la planta de aceite de ricino (Ricinus communis L.) contienen una toxina extremadamente potente, la ricina.
Aunque algunas especies de Euphorbiaceae se han utilizado en la medicina tradicional, Hasta 2019, no hay evidencia clínica rigurosa de que los extractos de euphorbia sean efectivos para tratar ninguna enfermedad. Numerosas especies de Euphorbiaceae se enumeran en la base de datos de plantas venenosas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. principalmente debido a la savia tóxica.
Fitoquímica
La mayoría presentan glucosinolatos (como Drypetes, Putranjiva). Muchas especies contienen glucósidos cianogénicos, como la linamarina (Euphorbia, Manihot, Ricinus). El género Tragia es rico en alcaloides, glicósidos, flavonoides y terpenoides.
Géneros y especies
Unas 7500 especies, la mayoría de regiones cálidas, algunas con interés económico.
Avellanita
Avellanita bustillosii Phil.
Croton tiglium
Euphorbia
Euphorbia admigdaloides L.
Euphorbia antisyphilitica, candelilla
Euphorbia aphylla Brouss. ex Willd.
Euphorbia atropurpurea ( Brouss. ) Webb et Berth.
Euphorbia balsamifera Ait.
Euphorbia berthelotii Bolle.
Euphorbia canariensis L., parecida a un cactus candelabro
Euphorbia characias
Euphorbia helioscopia
Euphorbia ingens
Euphorbia lamarckii Sweet
Euphorbia lambii Svent.
Euphorbia minuta
Euphorbia paralias L.
Euphorbia pulcherrima, flor de pascua
Euphorbia regis-jubae Webb et Berth.
Euphorbia serrata L.
Euphorbia milii, corona de Cristo
Hevea
Hevea brasilensis, árbol del caucho.
Hura
Hura crepitans
Manihot
Manihot esculenta Crantz, cultivada para la obtención de la Mandioca
Manihot grahamii
Manihot palmata,
Mercurialis
Mercurialis annua L., mercurial
Mercurialis perennis L.
Mercurialis tomentosa L., perenne.
Ricinus
Ricinus communis L., ricino, es cultivada para la obtención del aceite de ricino.
Sinonimia
Acalyphaceae, Bertyaceae, Crotonaceae, Hippomanaceae, Mercurialaceae, Peraceae, Ricinaceae, Ricinocarpaceae, Tithymalaceae, Tragiaceae, Trewiaceae.
Androstachydaceae
Bischofiaceae
Croton tiglium o piñón de Indias, es una especie de planta fanerógama perteneciente a la familia Euphorbiaceae. Es una de las 50 hierbas fundamentales usadas en la medicina tradicional china con el nombre en chino de: bā dòu (巴豆).
Descripción
El crotoncillo es un pequeño árbol natural de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, siendo el más importante de las 1.200 especies que se clasifican.
Esta planta alcanza los 2-3 metros de altura y tiene un fruto venenoso que utilizan los indígenas para la caza y para la pesca.
Crotoncillo.
Frutos
Propiedades
Fue mencionada por primera vez en la literatura europea por Cristóvão da Costa en 1578 como pavanae lignum. Aceite de Croton, utilizado en hierbas medicinales como un violento purgante, Se extrae de su semillas. Hoy en día, se considera peligroso y ya no se encuentra en el farmacopeas de muchos países.
Los ingredientes principales conocidos son: crotonato de glicerilo, ácido crotónico, resina crotónica, y ésteres de forbol, formiato de forbol, butirato de forbol, y crotonato forbol.
Indicaciones: se usa como catártico, rubefaciente.
Taxonomía
Croton tiglium fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 1004–1005. 1753.2
- Etimología
Ver: Croton
tiglium: epíteto que se refiere a un sinónimo de Croton.
- Sinonimia
Croton acutus Thunb.
Croton birmanicus Müll.Arg.
Croton camaza Perr.
Croton himalaicus D.G.Long
Croton jamalgota Buch.-Ham.
Croton muricatus Blanco
Croton officinalis (Klotzsch) Alston
Croton pavana Buch.-Ham.
Halecus verus Raf.
Kurkas tiglium (L.) Raf. (sinónimo)
Oxydectes birmanica (Müll.Arg.) Kuntze
Oxydectes blancoana Kuntze
Oxydectes pavana (Buch.-Ham.) Kuntze
Oxydectes tiglium (L.) Kuntze
Tiglium cumingii Klotzsch
Tiglium lanceolatum Klotzsch
Tiglium officinale Klotzsch
Tiglium pubescens Klotzsch
Nombres comunes
Granos de las Molucas, palo de las Molucas, pavana de la India, piñones de las Molucas.