martes, 21 de octubre de 2008

Reflexiones sobre un desencanto...

¿Qué es lo real? ¿Dónde está la verdad? ¿Qué perseguimos? ¿A dónde vamos? Todas estas preguntas y muchas más me hice este fin de semana. La causa: Un taller de Homeopatía, con créditos del Sistema Nacional de Salud, dentro del Congreso Nacional de Pediatría celebrado en Tenerife. Definir mis sensaciones con una palabra, sería tanto como decir: “desencanto”. Viene a ser lo mismo que decepción, desilusión. Pensé en Hahnemann y lo comprendí, entendí en ese momento, ya un poco tarde, es cierto, que su lucha respecto de la ignorancia y el desconocimiento es porfiar contra un muro de hormigón que se sustenta básicamente en la hipocresía. Quiero explicarme y me resulta difícil, pero a fuerza de terquedad intentaré hacerlo: Entré en aquella pequeña sala pensando que ya era hora de que mis compañeros pudieran acercarse a la que para mí es la terapia, pero que pensarían ustedes, conocedores de este Método terapéutico, si les contara, que allí se habló de “drogas” aplicadas a patologías ORL concretas, recetas incluso cuantificadas con repeticiones cada “x” horas y con tomas de hasta tubos enteros de glóbulos, todo ello apoyado por el “director técnico” de un Laboratorio homeopático. La desesperanza fue grande, pero comprendí, que dichas recetas era lo que interesaba al común de los presentes en aquella estancia, por cuanto que en su desconocimiento del Método Terapéutico para ellos la receta con oprobio era semejante a las que dichos Médicos alópatas están acostumbrados a usar.
En mi desesperanza simplemente callé, “cerré el pico” – cosa harto difícil en mí, como sabéis quienes me conocéis – y en cuanto el “ponente” puso fin a su charla, que adjetivando estoy, cogí “el tres” y me marché.
Rememorando el hecho comprendí que en dicho Congreso la intención del Laboratorio es vender, soy lento pero algo voy sacando en claro. La intención del ponente, ganar puntos y algún dinerillo para que el Laboratorio lo contrate para dar más charlitas de ese calado. La intención de los asistentes intentar acercarse a un Método Terapéutico que desconocen… Y es en este punto donde mis vísceras se remueven en lo más hondo. Puedo comprender que la formación de todos nosotros no sea la misma, ni en el mismo sitio, pero no entiendo que se pueda y se quiera hacer tanto daño desde “supuestamente dentro”, cuando alguien se presta a semejante patraña, simplemente está atentando contra todos nosotros. Ya se que somos pocos, y a veces incomprendidos pero es hora de empezar a retomar las armas de Hahnemann, no podemos dejar que nuestro Método Terapéutico, tan maravilloso en manos honestas se esté prostituyendo en base a la posible captación para la venta de “homeopatía alopática”. Nos están haciendo un daño terrible, el peor de los daños y además supuestamente desde dentro, se comprende en parte que la población general esté confundida, claro, como no, si también tratan de confundir a nuestros correligionarios alópatas. Esto es algo que bordea la estafa, hacer llegar a los demás fórmulas mágicas al estilo alópata que impregnen nuestro método, y que es todo lo contrario, se basa en el estudio. Estudio personalizado del caso como algo único, estudio y estudio que supone mucho tiempo y dedicación a cada uno de nuestros pacientes en base a encontrar su remedio, en base a conseguir la curación, bien digo, la curación sin ambages.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Javier, yo no tengo respuestas a tus preguntas, pero te hago una sugerencia: cambia el orden y, parafraseando el título de un curioso libro “Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?”, preguntémonos: si la homeopatía es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? Más que buscar respuestas dificilísimas a preguntas tremendas, busquemos las preguntas adecuadas, las realmente útiles para la comprobación o refutación de las diversas hipótesis que la homeopatía plantea. ¿Tú has visto que haya muchos colegas, pacientes o fabricantes de medicamentos preocupados por ello? Yo, no. Miras a un lado y todo parece explotación comercial desmedida: talleres en los que la única habilidad que se valora es la de prescribir. Miras al otro lado, el lado de lo supuestamente ortodoxo de la homeopatía, y qué vemos: un montón de gente video-flipando con mágicas curaciones a partir de inverosímiles y sensacionales teorías protomísticas, protomitológicas y protoloquequieran (siempre habrá seguidores) de los 3 o 4 gurus de turno, cada vez más alejadas de esa homeopatía que tú, yo y tantos otros colegas hemos aprendido. Más allá de las creencias de unos a partir de solo valoraciones subjetivas (homeópatas), de la fe ciega producto de la esperanza de otros (pacientes) y de los intereses comerciales de los de más allá (los fabricantes de medicamentos), ¿existe alguna posibilidad de que podamos avanzar en el conocimiento científico de la homeopatía? Otra pregunta realmente tremenda.
Saludos.
Marino