lunes, 20 de diciembre de 2010

POSIBILIDADES DE TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO EN EL ENFERMO DE CÁNCER TERMINAL

Dra. Maria Teresa Guerrero Briz, 2007

Este trabajo pretende hacer un estudio sobre las posibilidades del empleo del tratamiento homeopático en el contexto del paciente de cáncer terminal. Nos referimos de forma específica a esta enfermedad, puesto que tiene unas características muy marcadas que distinguen a estos enfermos como realmente incurables, y con un pronóstico vital que no suele superar los seis meses. Entre estas características podemos destacar:
- La presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable, con un debilitamiento progresivo del enfermo, que se encuentra en una situación de escasa vitalidad.
- Afectación multiorgánica, que da lugar a la aparición de numerosos síntomas intensos, múltiples y cambiantes, que pueden hacer difícil la elección de un medicamento homeopático adecuado.
- Gran impacto emocional en el paciente y la familia, muy relacionado con la presencia, explícita o no, de la muerte.
- Enfermos polimedicados, que ha sido sometidos no sólo a los medicamentos de intención curativa para el cáncer (quimioterapia y radioterapia), sino además a los empleados para el control de los síntomas derivados de sus efectos secundarios.

Nos encontramos pues con un paciente es el que es muy difícil recoger síntomas puros propios del enfermo, ya que se mezclan los de la enfermedad en progresión, en la que hay un deterioro multiorgánico, los provocados por los efectos secundarios de la quimioterapia, de la radioterapia, y otros medicamentos que se suelen usar. En la medicina convencional estos enfermos son tratados con una batería de medicamentos agresivos, buscando el total control de los síntomas, sin importar ya los efectos secundarios y primando únicamente el bienestar de la persona en sus últimos días de vida. Generalmente este objetivo se consigue hasta la misma muerte, si el seguimiento del enfermo es muy intensivo. Pero en otras ocasiones el control de los síntomas no se consigue de forma completa, bien porque éstos son muy rebeldes y se llega al techo terapéutico de los medicamentos, o bien porque el médico que está a cargo del tratamiento no tiene un buen conocimiento de cómo usar éstos. Por eso podemos plantear la posibilidad de usar tratamientos homeopáticos, si no ya de intención curativa, ya que el deterioro orgánico del enfermo con cáncer avanzado es tan grande que ya no se puede pretender alcanzar la curación, sí de intención paliativa. Se pretendería con ello mantener la calidad de vida del enfermo el máximo tiempo posible y el control de los síntomas de forma urgente.

El dato que más debemos tener en cuenta en los enfermos con cáncer terminal es su comprometida situación vital, con una escasa capacidad de reacción a los medicamentos. La situación vital no es un parámetro medible de forma objetiva, de hecho hoy en día no se suele tener en cuenta en la medicina convencional, en la que se da más importancia a los resultados de las pruebas complementarias. Sin embargo, en los pacientes con una enfermedad tan avanzada, en los que se tiende a no hacer ya muchas exploraciones complementarias ya que sólo aportan malestar para el enfermo, si se observan este tipo de datos a la hora de predecir el avance de la enfermedad y la cercanía de la muerte. Consideramos para ello el aspecto de la cara (el color de la piel y las mucosas, la mirada, el aspecto general de los rasgos), la energía de la voz y de los gestos, la hidratación de la piel, la capacidad para mantener una conversación… Conforme la enfermedad va avanzando empezamos a notar el debilitamiento del enfermo con sólo mirarlo y hablar con él.

En el caso de usar un tratamiento homeopático en estos enfermos, en la mayoría de las ocasiones ya no deberíamos usar un medicamento muy profundo ni potencias muy altas, ya que están muy debilitados y con muy escasa capacidad de reacción. De hecho, con respecto a este tema Kent se refiere en sus observaciones pronósticas, concretamente en la primera observación: “Una prolongada agravación y aniquilamiento final del enfermo”. A continuación podemos leer la respuesta que da a este caso: “Nos hemos equivocado. El antipsórico era demasiado profundo y ha producido una destrucción. En este caso la reacción vital era imposible, pues era un caso incurable. Enseguida surge la cuestión: ¿qué hemos de hacer en estos casos?, ¿no vamos a darle ningún remedio homeopático? (…) En casos dudosos e incurables no deis más altas dosis que de la 30 a la 200 potencia y observar si la agravación va haciéndose demasiado profunda o intensa, o demasiado prolongada”. A continuación recomienda no dar un medicamento demasiado profundo cuando la enfermedad orgánica es manifiesta.

En el parágrafo 275 del Organon, Hahnemann habla de que prescribir correctamente implica acertar con el remedio y con la dosis:
§ 275
“La adecuada prescripción de una medicina para un caso dado de enfermedad no consiste tan sólo en su ajustada selección homeopática, mas también en acertar con la magnitud apropiada -mejor sería decir la pequeñez- de la dosis. Si prescribiéramos una dosis demasiado fuerte de una medicina que hubiera sido seleccionada homeopáticamente con toda propiedad para determinado caso mórbido, ella resultaría dañina no obstante el carácter benéfico inherente a su naturaleza, simplemente debido a su magnitud, por la impresión innecesariamente fuerte que en virtud de su similitud homeopática de acción, habría de ejercer sobre la fuerza vital agrediéndola y, por medio de la fuerza vital, interesando a esas partes del organismo que son más sensibles y que están afectadas en mayor grado por la enfermedad natural”.

Y en el 276 habla del peligro de las dosis potentes y no mínimas, siendo este peligro mayor cuanto más homeopática sea la medicina.
§ 276
“Por esta razón una medicina, aun siendo homeopáticamente adecuada a un caso de enfermedad, dañaría con cada dosis demasiado grande y si ellas fueren muy fuertes más daño harían, tanto más cuanto mayor resultare su homeopaticidad y más elevada su potencia; dañaría mucho más que una dosis igualmente grande de alguna otra medicina que no resultare homeopática y en modo alguno adecuada al estado mórbido (es decir, alopática). Las dosis demasiado grandes de una medicina homeopatica bien seleccionada y en especial si se han repetido con frecuencia, traen como norma muchos problemas. No pocas veces ponen en riesgo la vida del paciente o hacen casi incurable su enfermedad; por cierto que extinguen a la enfermedad natural en la medida en que haya sido afectada la sensibilidad del principio vital y el paciente ya no sufre más a la enfermedad original desde el momento en que una dosis demasiado fuerte de la medicina homeopática haya actuado sobre él, pero ha quedado más enfermo a consecuencia de la afección medicinal, similar pero más violenta, que es más difícil de extinguir”.

A lo largo de la enfermedad, la presentación de los síntomas puede ser muy variada, en función de cuál sea la localización del tumor, las enfermedades previas que padeciera, etc., sin embargo, cuando tratamos con numerosos enfermos terminales, podemos observar que sí hay una serie de síntomas que son comunes a lo largo de todo el proceso de enfermedad terminal, de forma que en los estadios muy avanzados realmente pueden existir pocas diferencias, y por tanto se podría hacer de forma teórica un estudio conjunto de esos síntomas comunes a todos los enfermos y encontrar una serie de medicamentos a los que recurrir en un momento determinado. Todo ello teniendo en cuenta que en estos estadios avanzados no vamos a usar necesariamente el medicamento constitucional o antipsórico, que podría llegar a ocasionar más daño al enfermo, sino remedios más superficiales. A continuación hacemos el estudio de alguno de los medicamentos que podrían estar asociados al control de síntomas en la fase terminal, como ejemplo de la forma en que se podrían trabajar en el contexto del paciente de cáncer avanzado.


MEDICAMENTOS QUE PODRÍAMOS USAR EN LA AGONÍA

ARSENICUM ALBUM

“Ansiedad, inquietud, fatiga, postración, ardor, olores cadavéricos”.
En Arsenicum predomina una intensa inquietud y agitación, tanto interna (desasosiego, ansiedad) como externa (necesidad de cambiar constantemente de posición, con lo cual dará muchas vueltas en la cama, o bien sale y salta de ella). Es por tanto un medicamento de importante utilidad en los enfermos terminales en estadios muy avanzados, en aquellos en los que aparece una etapa de agitación preagónica, anterior a las últimas horas o días de vida. En el caso del enfermo agónico, que estará ya muy débil, no puede manifestar de forma externa su ansiedad, salvo por que moverá la cabeza de un lado a otro.

La ansiedad está asociada no sólo a la inquietud, sino también al miedo, con una expresión angustiada, que se acentúa de noche, sobre todo desde medianoche hasta las 3 de la mañana. El principal temor de Arsenicum es el temor a morir, desespera de curar, “piensa que es inútil tomar medicamentos, que es incurable, y que seguramente va a morir” (Allen). Tiene presentimientos de muerte, e incluso sensaciones de muerte.
Tiene un gran deseo de compañía, ya que la ansiedad y todas sus molestias agravan cuando está solo.
Tiene alucinaciones: ve animales, insectos, ratas en su cama, personas muertas, fantasmas, y teme que su cuerpo se va a pudrir. Sus sentidos están agudizados, es hipersensible a la luz, a los ruidos, a los olores y a los dolores, que lo desesperan y lo hacen gritar. “No puede soportar la vista ni el olor de los alimentos” (Vannier).

Ansiedad y desesperación por la salvación de su alma. Gran postración y debilidad, con la característica de que ya tenía importante postración cuando no estaba tan enfermo, y que se produce o se acentúa por el menor esfuerzo o movimiento. Los síntomas agravan después de medianoche, sobre todo a la 1 AM, y en menor medida, hasta las 3 AM.

Los dolores son quemantes, ardientes, las partes afectadas queman como fuego, pero mejoran con el calor, en general el calor lo mejora, por falta de calor vital. A pesar de ser un individuo friolento, tiene necesidad de oxigenarse, por lo que se abriga y sin embargo quiere estar constantemente con la ventana abierta (Vannier)

Secreciones mucosas excoriantes, ardientes, y de olor cadavérico. Las defecaciones son especialmente irritantes, produciendo excoriaciones perianales con prurito y ardor que mejora por aplicaciones muy calientes.


CARBO VEGETABILIS

Estado de colapso, provocado por pérdidas de fluidos orgánicos o por enfermedades agotadoras o caquectizantes. El colapso va acompañado de una frialdad general: sudores fríos, aliento frío, y todo el cuerpo helado, pero con verdadero deseo de aire libre, desea que lo abaniquen. El síntoma más característico es “FRÍO DE HIELO EN TODO EL CUERPO”, pero con deseo de aire libre. Agrava por acalorarse, por el aire caliente y el calor de la cama, por la ropa ceñida. Es característica la cara hipocrática, hundida, cetrina, verdosa, cianótica, oscura, terrosa, con expresión ansiosa y enfermiza. Es una cara fría, con sudores fríos en la cara y frente, o la cara fría y seca. Los labios pueden estar agrietados.
El intenso frío exterior que presenta contrasta con la sensación de quemazón, ardor interno.
Tiene una gran debilidad que hace que se desmaye al levantarse, caminando o al empezar a caminar, cuando hace cualquier esfuerzo, y sobre todo por la mañana al despertar. Es una debilidad temblorosa.
El pulso es imperceptible, pequeño, blando, débil. Suele tener la sensación de que la sangre se detiene mientras circula.
Las heridas sangran mucho y tardan en curar. Las encías sangran fácilmente, tiene sensación de frío en la boca y la lengua está fría al tocarla, el aliento es frío y fétido.
Disnea con gran deseo de que lo apantallen, quiere las ventanas y las puertas abiertas.
Tiene una gran distensión del vientre, con enorme flatulencia y sensación de plenitud, que mejora aflojando la ropa.
Mentalmente, el paciente tiende a la indiferencia y a la confusión. Según expresa Kent: “los afectos están prácticamente borrados, de manera que nada de cuanto se diga parece perturbarlo. Oye todo sin mostrarse agradado o desagradado, y sin pensar en ello”.
Tendencia a ulceraciones y gangrena en extremidades.
Encías sangrantes, dolorosas, ardientes, hinchadas. Lengua fisurada, seca, con ardor o sensación de quemadura. Boca seca, con aliento fétido, cadavérico, pútrido.
Muerde la cuchara cuando come de ella. Gorgoteo del esófago al beber. Sed de pequeñas cantidades, a sorbitos, y con mucha frecuencia.


ANTIMONIUM TARTARICUM

Es un remedio que tiene un especial interés en el caso de que en la agonía haya un predominio de la respiración ruidosa y disneica, con estertores. El enfermo se encuentra en una gran postración e incluso colapso, con marcada somnolencia, hasta llegar al coma. Puede ocurrir en pacientes que tenían de forma previa al cáncer una enfermedad pulmonar, que se reagudiza en los estadios terminales de la enfermedad, o bien que el cáncer en sí provoque afectación del pulmón, hasta llegar al edema agudo de pulmón. Es el primer medicamento en el que hay que pensar en los casos con gran acumulación mucosa en las vías respiratorias (Lathoud).

Se puede usar especialmente en pacientes cuyo estado se agrava rápidamente, con intoxicación profunda manifiesta por estado de asfixia progresiva. El enfermo presenta ruidos estertorosos en el pecho, que se oyen a distancia, provocados por una gran acumulación de mucosidades en el árbol respiratorio, con incapacidad para expectorarlas. Los ruidos en el pecho agravan estando acostado y mejoran estando sentado o erguido (edema de pulmón). Sin embargo, al sentarse en la cama debe sujetarlo alguien o sujetarse entre dos almohadas, por su gran debilidad. La respiración es disneica, acelerada, abdominal, ruidosa, intermitente. El comer provoca tos, acompañada de dolor de garganta y pecho, esta tos es paroxística y le induce al vómito
Hay cianosis evidente, con cara consumida y ojos hundidos. La nariz está afilada, con orificios muy abiertos y aleteo nasal. Orificios nasales oscuros, como sucios. Epistaxis incontrolable con encías esponjosas. Cara pálida, terrosa, hipocrática, cianótica, ansiosa, hundida, fría, con sudores fríos.
En este medicamento hay que tener en cuenta también las nauseas que mejoran con el vómito, aunque el vómito es muy dificultosos. Son nauseas intensas y con gran ansiedad
El enfermo agrava por la tarde y pos la noche, acostado, por el calor.
En el plano mental, no tiene síntomas muy característicos, salvo el miedo a estar solo y el abatimiento.
La lengua aparece sucia, recubierta por una capa amarilla, de tonalidad oscura y sucia.


DOLOR POR CÁNCER

ACONITUM

Se trata de un medicamento estrechamente relacionado con la muerte, ya que los pensamientos del enfermo giran alrededor de su muerte, la presiente e incluso predice la hora a la que va a suceder. Hay un verdadero temor a morir y tiene una terrible ansiedad con expresión ansiosa, asustada. La ansiedad va acompañada de una intensa inquietud. Los dolores son como cuchillos, punzantes, cortantes, se hacen intolerables, le producen gran ansiedad y desesperación, le hacen gritar, agravan de noche. El pulso es acelerado, a menudo irregular y casi imperceptible en estos enfermos. La respiración puede ser disneica, corta, acelerada y ansiosa, en la que hay sequedad de las mucosas de los bronquiolos. Si hay tos, es seca, y no hay expectoración.
Una característica importante de Aconitum es que el cuadro aparece de forma brusca, y especialmente de noche, sobre todo alrededor de medianoche. Otra característica es la agravación por el frío, la debilidad brusca e intensa y la tendencia a estar acostado con aversión al movimiento, ya que al erguirse o sentarse de estar acostado se encuentra peor, se marea y llega a desmayarse. Las manos están calientes y los pies fríos, las eminencias hipotenares están rojas en ambas manos. Puede tener fiebre alta, seca, con piel roja y caliente, y sed ardiente de grandes cantidades de agua fría, calor interno son escalofríos externos, cara roja o una mejilla caliente y otra fría.


ANTHRACINUM

Se emplea en al cáncer ulcerado con dolores terriblemente ardorosos e intolerables, La úlcera cancerígena es negruzca y se encuentra además sobreinfectada, arrojando secreción maloliente. Los dolores ardientes pueden hacer pensar en Arsenicum Album, de hecho Anthracinum se puede usar si éste falla.


COLOCYNTHIS

Es un medicamento que puede usarse en los trastornos por ira con indignación, por mortificación con cólera, por vejación, contrariedades o indignación prolongadas, produciendo dolores neurálgicos y cólicos.
Podemos usarlo en dolores neurálgicos intensos, desgarrantes, ardientes, presivos, extremadamente violentos, con gran agitación, ansiedad y gritos, incluso con náuseas y vómitos cuando es verdaderamente intenso. Los dolores mejoran por la presión, por doblarse, por la presión fuerte o por el movimiento o el calor local. Puede haber incluso pequeñas sacudidas y calambres dolorosos.
Cuando tiene el dolor desea estar solo y está muy ansioso, inquieto, irritable, malhumorado, se ofende fácilmente. Luego queda con gran postración y debilidad, a veces casi no puede hablar.
También debemos tenerlo en cuenta en los dolores abdominales cólicos, con vientre distendido, timpánico, con borborigmos. Los cólicos son muy violentos, paroxísticos, como calambres o punzantes o cortantes (después de comer) o constrictivos. El paciente mejora al doblarse en dos o flexionar las piernas, y tiene gran inquietud.
Puede aparecer diarrea cada vez que el paciente bebe o come, aunque sean muy pequeñas cantidades, amarillo verdosas o verdosas, de olor ácido, pútrido o mohoso.


BIBLIOGRAFÍA

1. GOMEZ SANCHO, M. Cuidados Paliativos. Control de síntomas
2. HAHNEMANN, S. Organon de la Medicina VI edición. Ed Porrúa
3. J.T. KENT. Filosofía homeopática. Ed Dilema
4. INMACULADA GONZÁLEZ-CARBAJAL Bases teóricas y aplicación práctica de las potencias LM.
5. VIJNOVSKY, B., Tratado de Materia Médica Homeopática. Repertorio Homeopático Digital II. Lince Expert Systems.
6. KENT, Materia Médica. Repertorio Homeopático Digital II. Lince Expert Systems.
7. LATHOUD, Materia Médica Homeopática. Repertorio Homeopático Digital II. Lince Expert Systems.
8. ALLEN, Materia Médica Pura. Repertorio Homeopático Digital II. Lince Expert Systems.
9. BOERICKE, W., Materia Médica Homeopática. B. Jain Publishers (P.) LTD, New Delhi, 2003.

1 comentario:

Martinez-Única dijo...

Gracias por este artículo.Muy útil.