- Todos con quienes conversas tienen sus propias ideas y teorías. Cuando tienes preguntas sobre la homeopatía, estás en ella porque no es el comienzo. (Aforismo de Kent)
Hace
unos días tuve una aproximación real a la vida de la calle… Me
encontré a un antiguo compañero, viejo amigo de viaje en los
tiempos de la facultad, ambos nos sentábamos en la misma bancada
hombro con hombro, año tras año…, pasábamos las mismas
penalidades y luchábamos por conseguir nuestro propósito, en aquel
momento, acabar la carrera. La fortuna se alió con nosotros,
acabamos la carrera, después, en el postgrado, le perdí la pista;
volvió a mi vida pasados unos cuantos años cuando en cierta
ocasión, dando un paseo, lo encontré frente a mi en la nueva ciudad
en la que ambos habíamos decidido vivir. Retomamos la amistad, si
bien, cada cual imbuido en su ámbito de actividad. El respeto siguió
siendo una norma de conducta, y de hecho, yo he sido el médico de
sus hijos, y él nos ha ayudado en el ámbito de su especialidad
cuando en mi familia ha habido un problema subsidiario de su ámbito
de trabajo. Me dijo: «Joder, Javier, ¡la de hostias que os están
dando…!».
—Y
tu, ¿como lo ves? —le pregunté.
—Me
parece de todo punto injusto… ¡Si te conocieran a ti…! Tienes
que hacer algo…, no se, pero me da mucha pena, de verdad, tienes
que hacer algo…
Hasta
el momento he permanecido en silencio, no ha sido un silencio pasivo,
me explico: He escuchado todo tipo de discursos y disgresiones a
tenor de lo que nos une y nos separa, a la luz de un candil cuyo
aceite hace fluctuar la llama la mayor parte de las veces… Me
costaba formular mi discurso desde la rabia más profunda, también
desde el resquemor y el desencuentro, pero tarde o temprano uno ha de
decidirse, de poner pie en tierra y enarbolar su pequeña y bisoña
bandera.
En
primer lugar, afirmar con rotundidad que la homeopatía tiene un gran
y poderoso enemigo, poned nombre si queréis, sin ambages es
conocido…
En
segundo lugar, decir que el dinero trata de moverlo todo en este
planeta que los humanos hemos recreado, por tanto, no podemos
alarmarnos, es simplemente asumir una terrible realidad...
En
tercer lugar, y esto es terrible, hemos de afirmar que al dinero le
interesa que la enfermedad sea persistente, y cuanto más costoso su
tratamiento, mejor.
Este
es el paradigma resumido en tres postulados básicos… Ya se, no
digo nada nuevo, simplemente lo recuerdo.
Por
otro lado, el método terapéutico homeopático ha sido prostituido
hasta la saciedad… Y eso, no lo dudéis, ha jugado en contra de la
verdadera homeopatía. Estamos, o hemos estado, rodeados de complejos
y no tan complejas formulaciones homeopáticas para todo tipo de
dolencias al uso… Hay también intereses espurios de este lado,
grupos que se nos han pegado como lapas diciendo que ellos también
son homeopatía… Y no… ¡Basta ya! No se puede tolerar que los
intereses de esos manipuladores se asocien a los del verdadero
homeópata: ¡De ningún modo!
Dejemos
claro que el método homeopático no permite la prescripción para
tal o cual dolencia… No, no hay medicamentos homeopáticos para la
tos, la fiebre o la gripe… Eso es una falacia y sobre todo, una
grandísima mentira.
El
método homeopático solo prescribe a personas, hombres, mujeres,
niños o niñas enfermos y enfermas, pero en su unidad…, en su
conjunto, en la individualidad.
Pongamos
el ejemplo del caso clínico que ayer reproduje en este mismo medio…
Les diré que nuestra Materia Médica, es decir, el vademecum al uso,
lo componen más de tres mil remedios, y creciendo. La medicina
convencional u alopatía no llega a unos cientos… Con ello no
quiero desprestigiar a nadie, al contrario… ¡Yo también soy
médico!, y por tanto conozco la medicina química, he pasado los
mismos filtros que mis compañeros, también hube de tener nota para
entrar en la facultad…, estudié en los mismos libros y en las mis
aulas… Luego, mucho más tarde, decidí formarme como Homeópata,
en aras a los resultados que comprobé con mis propios ojos en
algunos pacientes… Volviendo al caso de ayer, podemos decir que en
nuestra Materia Médica hay más de doscientos remedios que cubrían
los síntomas de mi paciente… Sin embargo, solo uno de ellos iba a
ser útil… Tuve la fortuna de encontrarlo. He de decir que no
siempre ocurre, pero cuando pasa, te sientes el mejor de los
mortales.
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