Basado en el trabajo del gran Lamothe, inicio ésta pequeña serie, tras una pequeña reflexión mantenida ésta navidad junto a unos padres y amigos, espero sea de vuestro agrado.
Este
párrafo del libro «El niño insoportable, de Ross W. Greene», me
da ánimos, para seguir nadando contra corriente (pag.102)
“Un
niño presenta todos los signos de que se está ahogando. Usted
podría suponer que el niño simplemente estaba fingiendo que se
ahogaba para llamar la atención, en cuyo caso la propuesta adecuada
es ignorarlo. Si estaba en lo cierto , ignorarlo haría que dejase de
fingir. Claro que si se equivocaba el niño se ahogaría. También
podría suponer que el niño no estaba motivado para no ahogarse,en
cuyo caso podría nadar hacia él, enseñarle un billete de un dólar
y gritarle “NADA”. Si estaba en lo cierto, motivarle seguramente
haría que se pusiese a nadar. Claro que si se equivocaba el niño se
ahogaría.
Su
hijo se está ahogando en un mar de frustración e inflexibilidad.
Usted es el socorrista.
Si
su hijo supiese nadar lo haría. Es hora del plan B.
Descartar
las ideas motivacionales.
El
enfoque de Greene plantea:
1.
Crear un “entorno más favorable”. Lograr una comprensión más
clara de las dificultades de su hijo, es el primer paso.
Ayudarle
a :
1.Ser
más realista respecto a qué frustraciones puede soportar su hijo y
estar más abierto a eliminar frustraciones sin importancia.
2.
Pensar con mayor claridad cuando su hijo está en medio de un bloqueo
y entender que usted no su hijo tiene la clave para determinar como
acaba.
3.Ser
más sensible a las situaciones que causan frustración.
4.Alejarse
de la confrontación manteniendo la autoridad.
5.No
tomarse los episodios de inflexibilidad colérica de su hijo como
algo personal.
La empatía puede ayudar al niño a controlarse, y un niño coherente tiene más
posibilidades de responder a la persuasión lógica que
uno incoherente. Por eso no son muy efectivas, al principio con los
niños inflexible-coléricos severos.
Previamente,
puede funcionar:
La
distracción. Deben
ser fáciles, agradables y económicas en energía. La mejor es el
humor que no sea a costa del niño y que le ayude a ser un poco menos
estricto con lo que causa frustración en ese momento.
“Reducir
marchas” paulatinamente.
Como en un coche. No pase
de quinta
a marcha atrás de golpe escuchando al niño (como al motor)
paulatinamente.
Para
salir de la incoherencia necesitan un
adulto coherente.
Nuestros
remedios:
Lycopodium
Es
para mi el primero de los remedios en que pienso, del mismo modo que
lo hace el doctor Lamothe. Obviamente no es el momento de explicar
todo el remedio, tan solo haremos hincapié en los aspectos que
comportan dicho carácter.
Por
supuesto que Lycopodium presenta numerosas facetas clínicas, entre
las cuales podemos destacar siguiendo a Lamothe:
-
El Lycopodium de carácter difícil, inaguantable e insoportable.
-
El Ansioso, esta faceta de Lycopodium puede tener o no carácter difícil, sin embargo aquí domina la ansiedad y el miedo (es tan temeroso como Calcarea phosphorica, por ejemplo).
-
El Depresivo, en el que dominan los problemas de introversión e inhibición, tanto mental como motriz, e incluso también tienen un poco de angustia.
-
El Agitado – Inestable. Como sabemos, Lycopodium es un gran remedio de agitación, aunque no es demasiado frecuente, se encuentra en la práctica. Es agitado porque no es feliz; quizás es un poco como Tuberculinum, pero aún peor. Obviamente Tuberculinum es más constitucional, mientras que en Lycopodium suele estar provocado por un problema de carencia afectiva.
Es
Lycopodium, para mi, el primer remedio en los niños secretamente
rechazados, no deseados tanto por su padre como por su madre. Ocurre
a menudo en el primer hijo de padres añosos e incluso en familias
rígidas y ricas, así como de la alta sociedad con principios
religiosos rígidos.
Aquí
vamos a estudiar el niño Lycopodium difícil, inaguantable e
insoportable.
Desde
mi punto de vista Lycopodium es uno de los caracteres más difíciles
porque puede ser muy violento y muy malo (incluso malvado), a partir
de la más pequeña herida a su amor propio. Lo que más teme
Lycopodium, ya sea niño o adulto, es perder su imagen, ya que en el
fondo duda de si mismo y tiene un complejo de inferioridad. Incluso a
partir de la más pequeña frustración, que es vivida como un
rechazo de amor.
Pienso
que Lycopodium es un poco Silicea, está dominado en su vida por la
inseguridad, aunque la esconde a todos (mientras que Silicea no la
esconde, porque no tiene un amor propio muy importante). Pero está
claro que el problema es el mismo, y para mi es una de la razones que
nos lleva al equívoco en la elección del remedio. Ambos (Silicea y
Lycopodium) tienen un deseo de protección en la vida, los dos saben
que son débiles, sin embargo Lycopodium prefiere olvidarlo, ya que
la sola rememoración le hiere.
Lycopodium
reacciona entonces con deseo de poder, mientras que al niño Silicea
el poder le importa un pimiento.
Éste
tipo de Lycopodium tiene un carácter difícil, ya que es muy
susceptible. Son niños que se mortifican cuando la profesora los
riñe en clase, además son hipersensibles desde el punto de vista
afectivo, con acusada introversión. Esconden su afectuosidad. No
pueden decir: mamá te quiero, o si lo dicen es casi de manera
imperceptible por lo rápido que lo dicen. Sin embargo es el caso del
niño que no puede estar lejos de su madre, aunque no pueda abrazarla
fácilmente y mostrarle su cariño.
No
puede estar sólo, sin la protección de la madre o el padre, y ésta
es la razón por la cual exige constantemente la presencia de la
madre en todo momento y la sigue allá a dónde vaya. Está
totalmente apegado a su madre, y si ésta le pregunta qué quiere, el
le responde que no quiere nada, o en todo caso le responde que solo
quiere estar cerca de ella.
No
obstante, cuando el niño Lycopodium es pequeño, antes de la edad de
la razón, tiene menos amor propio consciente y no esconde tanto su
afectuosidad. Esto es algo normalizado en la edad pediátrica: Hasta
la edad de la razón, los niños son un terreno psicológico ideal
para los médicos homeópatas, también para los psicoterapeutas, ya
que no han escondido su juego y su inconsciente permanece bastante
abierto. Su comportamiento se manifiesta entonces de una forma más o
menos natural, sin tapujos.
Así
y todo, Lycopodium es uno de los niños que empieza a esconder su
juego tempranamente en su vida. Por ejemplo, a partir de los dos años
empieza a comprender que existe una vida social y que hay una imagen
que se debe dar a los otros, es por ello que empieza a intentar
presentar frente a los demás una imagen impecable, tal y como lo
hace Staphisagria.
A
veces se da cuenta de que es un poco salvaje y de que la gente podría
pensar que es un niño malo, y entonces va a modificar
artificialmente su comportamiento. Todo esto se puede ver con
facilidad en la consulta: es por ello muy importante abrir al máximo
los ojos y los oídos.
Sin
embargo, no debemos olvidar que frente a la familia no tiene gran
amor propio.
El
niño Lycopodium hasta los siete años es un niño terrible, de esos
que podemos denominar malos, pues hacen mucho ruido. Es un tirano
doméstico, indisciplinado, capaz de montar cóleras terribles,
romper objetos, quiere destruir y cuando no puede lo que hace es dar
golpes. También puede tener accesos de ira más interiorizados con
pérdida de conocimiento, por ejemplo: espasmos del llanto
(gran remedio).
Cuando
es un escolar, después de los seis años, es un alumno brillante,
sin embargo perturba la clase porque sabe demasiadas cosas y está
impaciente en demostrar lo que sabe, interrumpe al profesosr y
perturba mucho a los demás.
Es
también un remedio de tics.
Tiene
una apariencia seria y un aspecto un poco viejo para su edad (a todas
las edades).
Es
un alumno aplicado y meticuloso en extremo.
En
el fondo duda de si mismo, siendo ésta la razón por la cual no
puede aguantar la contradicción, aunque ciertas contradicciones las
aguanta menos que otras, cuando corresponden a su problemática.
Tiene miedo de ser minusvalorizado.
Frecuentemente
son niños mimados, hiperprotegidos. Hay una paradoja entre el hecho
de que en el fondo es rechazado y el hecho de que los padres le mimen
mucho y lo protejan.
Se
debe éste hecho a que los padres se sienten culpables porque saben
que en el fondo no han deseado a éste niño. Por ello los niños
Lycopodium suelen corresponder al primer hijo, la pareja suele estar
en dificultades y el niño no es deseado totalmente.
Es
un niño dictatorial y celoso que puede llegar a hacer cóleras
violentas.
Cuando
es pequeño no se retiene y explota como Staphysagria. Esta es la
manera de actuar de Lycopodium, de forma muy aguda y explosiva. A
veces es difícil establecer la diferencia entre ambos remedios
(Lycopodium y Staphysagria). Yo creo que hay que dar Staphysagria
cuando es un niño Lycopodium que ha recibido un traumatismo
particular. Por suerte hay ciertos síntomas de Stahysagria
diferentes, como son los orzuelos, las infecciones urinarias con
dolores específicos, etc.
El
Lycopodium insoportable es un niño siempre irritable, que está de
mal humor, hace mala cara, sobretodo al despertar. El mal humor al
despertar es un excelente síntoma, pero el mejor medio para ponerlo
en evidencia no es preguntarlo directamente, sino simplemente
preguntar: ¿Cómo está el niño al despertar?
Son
niños muy susceptibles, groseros, testarudos, que llevan la
contraria y lo critican todo. Son insolentes, pretenciosos,
provocadores y, sin su compañero más fuerte que ellos, se vuelven
cobardes y huyen, como los perros pequeñitos que ladran mucho y
cuando uno se les acerca huyen enseguida, es decir, son desafiantes
pero cobardes.
Si
pierden en el juego tienen una reacción de huida. Es un gran remedio
de los niños que se fugan. He visto a niños que se han marchado
tranquilamente de la propia consulta (realmente el niño me estaba
mostrando que era Lycopodium).
Los
niños Lycopodium quieren curarse.
Aunque
la situación causal, por ejemplo: el rechazo, haya desaparecido y
los padres hayan cambiado en ese sentido. El niño Lycopodium
permanece y se queda bloqueado en un determinado tipo de
comportamiento inaguantable. En estos casos el remedio hace un
milagro y el niño cambia profundamente.
Pero
si el rechazo de los padres sigue subsistiendo, hay que ayudar al
remedio con psicoterapia que haga mover la psicología de los padres.
Ross
Greene nos habla de los «patrones a evitar:
Interpretar,
especular con las razones que mueven al niño. “El se cree más
listo que nosotros”.
Cada
miembro de la familia debería comentar únicamente sus propios
pensamientos, motivaciones.
No
forzar el diálogo cuando no es el momento.
No
generalizar, no sacar conclusiones globales frente a acontecimientos
aislados.
No
caer en el perfeccionismo. Has mejorado, pero no lo suficiente…
Tomar una perspectiva realista. Así es mi hijo...
Evitar
el sarcasmo, el catrastofismo, , interrumpir, sermonear, y pensar por
terceras personas… has hecho esto mal y tu profesor se enojará...
Averiguar
cómo conceptualizamos los comportamientos del niño
inflexible-colérico.
Intentar
reconocer que retraso en el desarrollo de las habilidades o que otras
dificultades pueden estar provocando el comportamiento.
Examinar
con detalle la respuesta de los adultos.
Las
estrategias motivacionales posibilitan lo posible, pero no hacen que
lo imposible sea posible.
Crear
un entorno más favorabe:
1.-
Comprendiendo mejor.
2.-
Siendo más razonables.
3.-
Identificando desencadenantes.
4.-
Identificando señales de aviso y actuando lo más rapidamente
posible.
5.-
Reconocer los comportamientos durante los bloqueos o explosiones como
lo que son: residuos mentales.
6.-
Entender como es posible que estemos alimentando la inflexibilidad o
la cólera del niño.
7.-
Utilizar un lenguaje común preciso.
8.-
Sean realistas respecto a las expectativas con el niño.
Usar
el marco de trabajo de las CESTAS
A)
No
negociable;B)
negociable;
fuente de oportunidades educativas para resolver situaciones. C)
desestimable.
Cuando
sea posible incorporar a los niños en la discusión sobre premios o
castigos a sus comportamientos.
ESCUELAS:
“El
principal objetivo de una valoración no es un diagnóstico, no es
determinar si requiere los servicios de educación especial ; es
lograr la mayor comprensión sobre el niño y el entorno escolar en
el que se mueve”.
Los
niños hacen las cosas bien, si pueden.»
Son
niños, como Arsenicum, refinados. Pueden ser artistas o muy
intelectuales. Lycopodium es el niño que tiene un gran cerebro y
miembros pequeños.
Significa
que tiene problemas de músculos y de hígado:
-
Acetona.
-
Hipoglicemia.
-
Anorexia.
-
Enflaquecimiento.
Toda
la glucosa es utilizada en el cerebro. En la infancia, las crisis de
acetona se producen más fácilmente porque los niños tienen un
enorme cerebro que requiere un gran aporte de glucosa y son poco
productores de la misma (el hígado tiene pocas reservas de
glucógeno) y grandes consumidores, pues el cerebro y todo el sistema
nervioso están muy acelerados en sus funciones (en relación al
adulto), y necesita además crecer.
Lycopodium
tiene un problema con el azúcar (la glucosa), y simbólicamente lo
dulce corresponde al amor, al afecto. Tiene una máscara de dureza:
no puede mostrar su amor pero en el fondo es tan sensible como
Silicea, o quizás más, puesto que está más traumatizado. Silicea
no tiene la fuerza para luchar de Lycopodium, el cual tiene fuerza
porque tiene ambición (de ser mejor, de ser bueno a la vista de los
demás).
Esta
ambición es un motor que le tira con fuerza, pero en el fondo es un
gran hipersensible, el más hipersensible de la Materia Médica.
Es un niño capaz de sentimientos afectivos increíbles, tanto en el
sentido positivo (afectuosidad) como en el negativo (maldad).
Ciertos
Lycopodium tienen el síntoma Desconfiado, como Arsenicum. Desconfían
de los demás y también tienen celos de los otros.
Ser
celoso en Lycopodium significa ser celoso con envidia, pero menos que
Pulsatilla. Recordemos que en Pulsatilla los celos son envidia,
mientras que en Lycopodium es celoso porque no puede tener el mismo
poder de otro más fuerte que él. Tiene celos de los que son
semejantes a él, pero algo superiores porque tienen más poder.
Lo
que importa a Lycopodium no es el poder afectivo (como Thuja, que es
un manipulador, o Lachesis), sino el renombre, la fama, la opinión
que de él tengan los demás . Lo que le importa es que la gente diga
que es el mejor, que diga que es el que manda, aunque no sea real.
Otra
característica de Lycopodium es el deseo de ser muy diferente de los
demás, quiero decir: diferente en sentido positivo. Puede ser
también un remedio de marginales.
En
el fondo son solitarios. Como Sulphur, puede parecer que tiene muchos
amigos, que conocen a mucha gente, pero en el fondo está sólo: no
le aguantan. El niño en la familia también es un solitario, sus
hermanos y hermanas no le aguantan porque no permite que le toquen
nada de lo suyo y sus padres no le aguantan porque es insoportable y
agresivo.
Este
tipo de Lycopodium puede ser tímido o no. Posiblemente nunca será
tímido, pero se incomodará mucho en situaciones embarazosas, cuando
alguien dice algo que le toca en sus defectos, en su máscara. Si
Lycopodium se figura que tiene tal defecto, va a molestarse mucho, va
a avergonzarse, pero no va a dar la cara y va a marcharse (se fuga).
Está
cerca Kali carbonicum, porque como él, desea la compañía pero no
aguanta que los demás dirijan la actividad o la discusión. Querría
ser él quien lo dirigiera todo. Prefiere mandar y que los demás
sigan sus gustos.
No
le gusta mucho que la madre demuestre su afecto hacia él
abrazándole, besándole, si hay otras personas delante, pero si
están solos si lo desea.
Es
un niño muy engañoso, como Platina, porque esconde frente a todo el
mundo sus miedos, su ansiedad. Lycopodium tiene muchos miedos,
incluso aunque parezca seguro de sí mismo. Hay muchos miedos
posibles en Lycopodium, tanto los clásicos como otros que no están
en el repertorio. Dichos miedos corresponden a conflictos personales
secretos.
Puesto
que Lycopodium duda mucho de él mismo es un gran remedio para el
miedo por anticipación (al colegio, etc.). Primeramente tiene miedo
de no conseguir lo que quiere y después, si lo ha conseguido, duda
de que lo ha hecho, pero no lo dice como Silicea. Silicea dice: no lo
he conseguido, no lo he logrado, cuando a veces si lo ha conseguido.
Lycopodium lo piensa, pero no lo dice; y si se le pregunta, dice que
si lo ha logrado.
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