jueves, 13 de marzo de 2014

CIRROSIS HEPÁTICA ALCOHÓLICA


La hepatopatía alcohólica ocurre después de años de consumo excesivo de alcohol. El alcohol puede causar inflamación en el hígado. Con el tiempo, se puede presentar cicatrización y cirrosis. La cirrosis es la fase final de la hepatopatía alcohólica.
La hepatopatía alcohólica no se presenta en todos los bebedores empedernidos. Las probabilidades de presentar la enfermedad aumentan según el tiempo que haya estado bebiendo y la cantidad de alcohol que consuma.  La hepatopatía alcohólica parece ser más común en algunas familias y las mujeres pueden ser más susceptibles a tener este problema que los hombres.
La cirrosis hepática es el estadio final de todas las enferme­dades hepáticas crónicas progresivas. Es una altera­ción histopatológica difusa del hígado caracterizada por pér­dida del parénquima hepático, formación de septos fibrosos y nódulos de regeneración estructuralmente anormales, dan­do lugar a una distorsión de la arquitectura hepática normal y a una alteración de la anatomía de la vascularización hepá­tica y de la microcirculación.El término cirrosis fue propuesto por Laennec hace más de 180 años. Deriva de la palabra griega sci­rro que se traduce tanto por “amarillo grisáceo” como por “duro” y se refiere a la coloración y consistencia que adquie­re el hígado en este proceso.
En el pasado se consideraba que la cirrosis nunca era re­versible, sin embargo, desde hace una
década el concepto de cirrosis ha pasado de ser un estadio estático a un proceso diná­mico. Hoy día se conoce que, cuando se elimina la agresión fundamental que ha producido la cirrosis, se puede llegar a resolver la fibrosis; esto se puede observar en pacientes con hemocromatosis tratados con flebotomías satisfactoriamen­te; enfermos con hepatopatía alcohólica en abstinencia alco­hólica; pacientes con cirrosis de etiología autoinmune trata­dos con inmunosupresores y hepatitis crónica C con estadio de cirrosis (F4) con respuesta virológica sostenida al trata­miento antiviral.
La cirrosis alcohólica es la más frecuente de las cirrosis hepáticas halladas en Europa y América del Norte. Se estima que afecta entre un 10 y un 20% de los alcohólicos crónicos.

El umbral para desarrollar una enfermedad hepática al­cohólica grave en los varones se calcula en un consumo su­perior a 60-80 g de alcohol durante 10 años, mientras que las mujeres tienen riesgo de desarrollarla consumiendo me­nos cantidad. El diagnóstico de hepatopatía alcohólica re­quiere de un interrogatorio preciso respecto a la cantidad y duración del consumo del alcohol. En los pacientes que han tenido complicaciones de cirrosis y que siguen bebiendo, la supervivencia a 5 años es inferior al 50%. En los que sus­penden el consumo de alcohol y conservan la abstinencia, el pronóstico es significativamente más favorable; en éstos, cuando la hepatopatía es avanzada, el trasplante hepático es una opción viable.

Visión anatomopatológica
El hígado sano tiene una pequeña cantidad de colágeno y de tejido conectivo. Cuando acontece una noxa crónica que produce una lesión hepática continua, se produce un proceso dinámico de formación continua, degradación y remodela­ción de matriz extracelular que tiene como consecuencia una acumulación progresiva de matriz extracelular. Igualmente, el tejido conectivo puede ser degradado y la fibrosis puede regresar al instaurar diferentes tratamientos específicos en las enfermedades hepáticas crónicas. No obstante, a largo plazo en muchos casos la transformación estructural cirróti­ca y la fibrosis pueden ser irreversibles. Entre los más fre­cuentes sistemas de estadificación de fibrosis está la escala METAVIR que distingue 4 estadios: estadio F0 con ausencia de fibrosis, estadio F1 con fibrosis portal, estadio F2 con fibrosis periportal, estadio F3 con fibrosis en puentes y estadio F4 que representa la cirrosis hepática. Otras escalas como los sistemas de puntuación de Knodell, Ishak y Scheuer evalúan semicuantitativamente la fibrosis en la biopsia hepá­tica.
Visión clínica
En la cirrosis se distingue la fase o estadio compensado, sub­dividida en estadios 1 y 2 según la ausencia o presencia de varices (hipertensión portal clínicamente significativa). La cirrosis descompensada se define por el desarrollo de com­plicaciones de la hipertensión portal (ascitis, hemorragia por varices, encefalopatía hepática) o insuficiencia hepática (icte­ricia). Este estadio se puede subdividir en un estadio más grave (estadio 4) definido por la presencia de hemorragias por varices recurrentes, ascitis refractaria, hiponatremia y/o síndrome hepatorrenal.

A nivel clínico, se aprecia una anorexia, adelgazamiento, una astenia cada vez más marcada y la aparición de una ictericia y de una ascitis.
La supresión del alcohol es absolutamente necesaria; también hay que procurar que el enfermo tenga una alimentación suficientemente rica en proteínas: al menos un gramo de proteínas por kilo de peso y de 2.000 a 3.000 Kcalorías al día. Es obligatorio restringir la ingesta de sodio ante una ascitis incipiente.

El tratamiento homeopático puede, en un gran número de casos, mejorar el estado general del paciente e impedir la evolución de la cirrosis. En caso de ascitis importante, se pueden asociar con prudencia diuréticos que no constituyen más que un tratamiento sintomático. Hoy día las punciones están prácticamente reservadas a las ascitis que provocan trastornos respiratorios.

- Phosphorus
El tóxico que provoca las lesiones hepáticas más análogas a las del alcohol es el fósforo; lo mismo sucede en cuanto al tejido nervioso. La acción de Phosphorus sobre las hemorragias refuerza su indicación. Dice Phatak: «Phos. causa inflamación y degeneración de las Membranas mucosas; de estómago e intestinos; inflama la médula espinal y los Nervios; causando parálisis; desorganiza la sangre; causando degeneración grasosa de los vasos sanguíneos y de los tejidos y órganos del cuerpo; de allí que produzca una imagen de metabolismo destructivo».
En mi experiencia, Phosphorus ses muy útil tanto en la cirrosis hipertrófica como en la atrófica.

- Arsenicum album
El anhídrido arsenioso provoca a nivel del hígado lesiones muy parecidas a las del fósforo. Arsenicum album se prescribe en las cirrosis en las que predominan la ascitis y los edemas (a nivel de las piernas, de los párpados inferiores).
Suele haber anemia; la astenia es muy marcada. El enfermo, que se ha vuelto muy friolero, presenta frecuentemente una agitación ansiosa. Afirma Phatak: «Mucha inquietud; inquietud aún en partes afectadas; aún el estupor es interrumpido por accesos de inquietud, con gemidos ansiosos. Pérdida de peso gradual. Olores pútridos y cadavéricos. Emaciación. Parálisis. Procesos destructivos - carbúnculos, gangrena, cancer; malignidad. Hidropesía; pálida, abotagada, abolsamientos. Inflamación».

- Lachesis mutus
La acción tóxica del veneno provoca una ictericia grave y hemorragias digestivas. En Lachesis se dan los siguientes síntomas:
- facies con cuperosis, conjuntivas subictéricas,
- gingivorragias,
- hepatomegalia, hígado doloroso al contacto,
- intolerancia a la constricción del cuello y de la cintura,
- hemorroides de color púrpura, procidentes, con dolores que mejoran al sangrar.
- excitación con locuacidad, sueño agitado, agresividad, celos.

- China rubra
China tiene en su patogenesia la hipertrofia del hígado y del bazo. El enfermo presenta trastornos digestivos como flatulencia, debida a la acumulación de muchos gases.
China combate la astenia y la anemia consecuencia de la ascitis y, eventualmente, de las hemorragias.

- Bryonia alba
Bryonia es un medicamento para la exudación de las serosas y de la sequedad de las mucosas. Este medicamento puede ayudar a la reabsorción de la ascitis y de los derrames pleurales incipientes.
La sequedad de las mucosas se traduce por una sed intensa. El enfermo se queja de dolores en la región hepática que mejoran con la presión fuerte.

- Aurum muriaticum
La intoxicación crónica por el cloruro de oro provoca una hipertrofia del hígado que adquiere una consistencia dura. Se observa una tendencia a la subictericia y a la hipertensión portal. El paciente tiene un rostro con cuperosis, a veces presenta rinofima. Tiene tendencia a la depresión que alterna con fases de cólera.


Bibliografía:
Cirrosis hepática  Medicine. 2012;11(11):625-33. L. García Bueya, F. González Mateosb y R. Moreno-Otero.
Terapéutica homeopática aplicada a patología Endocrina y del aparato digestivo. UNED.


·        Materia Médica de Phatak.

No hay comentarios: